El idilio del público madrileño con este grupo australiano se remonta hasta hace más de veinte años, cuando el sello vasco Munster editó sus primeras canciones, desde aquel lejano momento la parroquia power-pop de nuestro país los acogió con los brazos abiertos y desde 1995 han sido numerosas las veces que han pisado nuestra tierra.
Al frente de la banda siguen Duanne Smith y Adrian Allen, que reparten las labores compositivas (las guitarras y las voces), junto a Jeff Halley en el bajo y la contundente batería de Paul Di Renzo.
Durante hora y media repasaron todas sus etapas, desde los riffs incendiarios de Get It On o C´mon Everybody, a hits pretéritos con los que conocimos a los como Show Me your Love o Valentine.
La simpatía y la sonrisa en sus caras mientras tocaban era contagiosa, algo que caló en un público que casi llenó la sala, en el marco de una velada en la que además de temas propios también sonó alguna versión como la increíble Out of my Mind de Backdoor Men´s, haciendo honor a su devoción por el garage de los sesenta. Mostraron otro bonito detalle de grandeza al invitar al cantante de The Volcanics, el grupo telonero, con él se marcaron un antológico The Kids Ain´t Hip!.
A la espera de que se publique un nuevo trabajo, adelantaron Bettie Page, dedicada a la famosa “pin-up”. Tampoco faltó su homenaje a Zaragoza, en el que Allen relata el amor de una noche tras un bolo en la capital maña.
Sólo hubo tiempo para un bis, Memories, en la que casi rompen los tímpanos de las primeras filas al sonar brutales.
Ojalá no tengan que pasar cinco años de larga espera para que nos vuelvan a visitar cargados de dosis de guitarra y melodía facturadas en las antipodas.
Texto y fotos: Jorge Bravo Crespo “El Gurú”