El pueblo bizkaino de Getxo es uno de esos lugares que parecen disfrutar de un microclima cultural que posibilita la existencia de una proliferación, teniendo en cuenta su pequeño tamaño, de grupos musicales. Si su cénit lo alcanzó con el denominado Getxo Sound, a día de hoy sigue produciendo constantemente proyectos a tener en cuenta. Uno de ellos es The Fakeband, que recientemente acaban de publicar su segundo disco, Shining on Everyone.
La propuesta musical de la banda, liderada por Txomin Guzmán y compuesta por integrantes bregados en la escena y provenientes de bandas como Smile, Rubia o John Wayne, bebe directamente de las raíces norteamericanas principalmente en su representación más elegante y melódica, como ya quedó demostrado en su disco debut Too Late, Too Bad. En el actual trabajo, aunque todavía heredero de ese tipo de sonido, hay un empeño por embellecer y mejorar lo hasta este momento manejado, además de ampliar el abanico de influencias. El (genial) resultado se puede encuadrar con esa sentencia de “cambiar todo para que todo siga igual”.
Ese “nuevo rumbo”, que para nada supone romper con su tradición musical sino al contrario apuntalarla más, tendrá algunas representaciones importantes y obvias, como la mejora del sonido, que se muestra más redondo y todavía más cuidadoso en detalles e instrumentación, o la contundencia con la que se manejan las guitarras. Todo ello tendrá un papel clave a la hora de expandir las canciones y dotarles de una amplitud de matices que terminan por engrandecerlas.
El comienzo del disco con Top of the World evidencia parte de lo comentado, y el sonido chirriante pero a la vez brillante y melódico de las guitarras es lo primero que llama la atención en un tema a medio camino entre el sonido americano y Big Star, algo aplicable también a su directa continuación, Full Me. Las melodías soleadas, pero con alta carga de electricidad, que asoman por Parking Lot nos traen a la mente a The Jayhawks, mientras que los arranques más rockeros y contundentes vendrán de la mano de She Told Me y Something About You, con aroma al binomio The Rolling Stones / Faces.
Existe un grueso de canciones en este disco que le hace elevarse hasta la altísima calidad media que atesora. Son aquellas en las que los arreglos toman una presencia muy relevante y demuestran que el trabajo sonoro que hay detrás supone un salto cualitativo importante. La entrada de metales y teclados aportan un tono soul en canciones como Healing Time, unos terrenos en los que la E Street Band de Springsteen es una referencia casi obligatoria pero en este caso también la de Wilco y su gusto por este tipo de composiciones, o la más íntima y excelente Kate, apoyada por unos magistrales coros. Get You Back recupera ritmo y cadencia, a lo Kinks, proponiendo unos ritmos pegadizos asombrosos. En Someone destaca por encima de todo el tratamiento instrumental, con una guitarra que se explaya en solitario desarrollando un cautivador ambiente. La despedida llega con la envolvente, entre otras cosas por los arreglos musicales hipnóticos, The Secret con ecos a The Beatles.
A priori este excelente Shining on Everyone debería de poner encima de la mesa a un grupo como The Fakeband, porque el resultado que han logrado es realmente brillante. Haciendo de las raíces norteamericanas su eje central han sabido jugar con la instrumentación, añadirle matices y construir un sonido personal, así que no hay excusas para dejar pasar la oportunidad de escucharlos con calma y atención.
Kepa Arbizu