Detrás del rotundo nombre de Delanada se encuentra el músico catalán Javier Molina. Duelo al Alba es su segundo disco largo tras El Enemigo Silencioso, antes ya había presentado otras grabaciones en un formato reducido. Este recién editado trabajo puede ser entendido como continuación de su predecesor a grandes rasgos, pero también se hace visible un evidente nuevo paso en ese camino por la consolidación de una mirada propia y muy particular.
Si echamos un vistazo a la evolución de este proyecto podemos llegar a la conclusión de que hay un claro interés por cincelar el sonido hasta dejarlo en una forma depurada. Si en sus inicios estaba más apegado al rock americano clásico, aunque siempre trabajado desde una perspectiva minimalista y profunda, paulatinamente ha ido derivando o asestándose en la búsqueda de unas formas más “limpias”, apartando todo lo que considera ornamentación y centrándose en la esencia.
Aplicando estas características al nuevo disco se visibilizan en una altísima sobriedad y una presencia todavía más importante de su voz, colocándose en un primer plano evidente. Una concreción sonora que es aplicable a otros elementos como el gusto por portadas monocromáticas, si en el anterior optaba por el blanco únicamente decorado por una inquietante suciedad, aquí es por el color oscuro de la tierra. Algo que también se puede aplicar a sus letras: sencillas y concisas (reflexionando sobre el paso del tiempo) pero con la suficiente carga emotiva como para hacer de acompañante perfecto a sus melodías.
En ese juego de silencios, de sobriedad, que plantea el disco, tiene un papel relevante el hecho de que de las ocho canciones que lo forman cuatro (Es Tiempo de Hallar, Despierta Inconsciente, Hombre Mira Piedra y Campo a Través) sean instrumentales. Todas ellas aparecen intercaladas, como si fueran el título de breves capítulos. Musicalmente , en consonancia con el resto del álbum, optan por la (aparente) sencillez, en esta ocasión basada en una guitarra acústica capaz de transmitir y transportar al oyente.
El resto de composiciones se mueven en ese interés por la pulcritud en el sonido y la búsqueda de la profundidad. Una propuesta influenciada por músicos que también optan por ambientaciones de fuerte calado emocional como Bill Callahan o Sun Kil Moon (Mark Kozelek). Mi Dedo en Tu Llaga, por ejemplo, es respaldada por la voz del músico, que se presenta casi en forma de plegaria. En Presente Continuo se permite algo más de instrumentación, siempre muy contenida, produciéndose la combinación entre acústico y eléctrico. La Canción de los Muertos es una auténtica joya, por medio de un decelerado ritmo cercano al country y guiado por un piano, construye una melodía estremecedora. El colofón al álbum lo pone Enésimo Manual de Conducta, poseedora de una épica impactante, en gran medida lograda por la aparición de una guitarra con alta distorsión.
Javier Molina y su Delanada ha hecho todo lo que tenía que hacer, este Duelo al Alba respalda con rotundidad la idea de que estamos ante una proyecto musical muy personal y de una desbordante intensidad. A partir de aquí cada uno debe decidir si desea acercarse a él o no, pero hay que saber que la primera opción difícilmente defraudará.
Por: Kepa Arbizu