El nuevo trabajo en estudio del mallorquín viene marcado por la reinterpretación de sus canciones bajo el manto sonoro de una orquesta sinfónica.
Anglada ha querido dar un giro radical para este trabajo, (el séptimo de su carrera), dando descanso a su banda de rock después de la energizante descarga de watios que supuso “Stereo” (2010). Pero quizá era el momento de asumir nuevos retos, embarcarse en nuevos proyectos, volver a ilusionarse al descubrir que sus canciones bien pueden pertrecharse de nuevas sonoridades con arreglos orquestales, y así vestir de gala sus canciones de siempre.
Anglada ha querido dar un giro radical para este trabajo, (el séptimo de su carrera), dando descanso a su banda de rock después de la energizante descarga de watios que supuso “Stereo” (2010). Pero quizá era el momento de asumir nuevos retos, embarcarse en nuevos proyectos, volver a ilusionarse al descubrir que sus canciones bien pueden pertrecharse de nuevas sonoridades con arreglos orquestales, y así vestir de gala sus canciones de siempre.
Y la jugada le ha salido redonda, realmente las canciones cobran otra dimensión, la voz de Anglada brilla como nunca, en perfecta armonía con la sinfónica. Las piezas encajan bien, su voz y las letras de sus canciones fluyen de manera natural entre los preciosos y acertados arreglos de Miguél Ángel Aguiló y Toni Cuenca, personas clave junto a la orquesta de las Baleares.
El repertorio de Tempo Sinfónico se basa en una recopilación de canciones de toda su discografía, pero para esta ocasión, Jaime ha querido presentar y añadir dos canciones inéditas y especialmente emotivas, dedicadas a Madrid y a Palma de Mallorca. Además, colabora en “Todo lo que puedo dar” un Miguel Ríos enorme, como no podría ser de otra manera. A medida que va avanzando el disco nos encontramos con piezas muy bien conseguidas como la poética “Amigo del pincel”, o “Cincuenta por ciento”, esta última pedía a gritos esa atmósfera cinematográfica de la que tan bien se la ha dotado. Otros clásicos de su cancionero no han querido quedarse fuera a esta adaptación sinfónica, canciones como “Cridaré el teu nom”, o algunas de sus composiciones más logradas como “Navegando sólo”.
En definitiva, Jaime Anglada sale airoso y pasa con muy buena nota esta prueba en la que ha querido embarcarse. Más adelante veremos cómo soplan los vientos y si vuelve a desempolvar las guitarras eléctricas y la “chupa” de cuero. Ahora toca disfrutar de este tiempo sinfónico, como el pasado día hicieron los afortunados que asistieron al Auditorium de Palma en su presentación.
Por Alberto Vicente