Querían que Madrid volviera a disfrutar del directo de ‘Trece Lunas’. Se quedaron con ganas de más cuando en la presentación del álbum se quedó gente fuera de la sala. Querían que su público disfrutara de los nuevos temas tanto como lo hicieron de los anteriores, que los cantaran y bailaran de principio a fin. Era necesario despedir el 2013 llenando una sala en la capital, una sala como La Riviera, donde repetir la experiencia que tuvieron cuando cerraron su anterior gira en el mismo recinto. Y así fue, este pasado 28 de diciembre, lo lograron, La Riviera volvió a bailar y cantar al son de Fuel Fandango.
La Riviera empezaba a llenarse durante la actuación de O’Hara & The South Fish, los encargados de ir calentando los motores de un público que, aunque receptivo a esta propuesta, estaba deseando entrar en calor con la música de Fuel Fandango. El escenario lucía la ilustración que realizó Íker Muro para la gira del grupo y las ya características rosas de la banda enredadas en algunos instrumentos y los pies de micro, esta vez con las plumas de pavo real que marcan esta nueva etapa. Cualquiera pudiera pensar al ver el escenario antes de empezar que se les quedaría grande, pero nada más lejos de la realidad. Si hay algo que saben hacer Nita y Ale es aprovecharse del escenario, hablando claro, hacerlo suyo.
El último concierto del año fue cuanto menos equilibrado, optaron por un setlist que mezclaba a la perfección los temas de su primer largo con los de este último trabajo. No es sencillo elegir las canciones que van a formar parte de cada directo, seleccionar qué canciones se quedan fuera y cuáles entran en el concierto. Los fieles de la banda pudieron disfrutar de un espectáculo en el que no hubo un disco más protagonista que otro. Seguro que se quedaron fuera temas que algunos estaban deseando escuchar, como por ejemplo alguno de los inéditos que el grupo ha publicado recientemente en un EP junto a un par de remezclas y un cover de Daft Punk, hubiera sido una buena ocasión para descubrir cómo suenan en directo pero pese a privarnos de ello, lo cierto es que la banda ofreció igualmente un concierto casi perfecto, la línea que siguieron fue completamente acertada, la energía fluía sin parar entre los temas más movidos y los más relajados en los que resultaba imposible no dejarse llevar. Si algo tiene el directo de Fuel Fandango es que te cautiva y te invade de una manera sorprendente e inevitable.
Resulta increíble ver cómo sólo cuatro personas son capaces de llenar por completo un escenario como el de La Riviera, el nervio de Nita tiene parte de la culpa en el asunto, no importa si lo que llega es una parte más instrumental o si es su parte vocal la que entra en acción, en cualquier caso, la presencia que tiene sobre las tablas es sencillamente magnífica. La puesta en escena de Fuel Fandango no deja indiferente, es tan sencilla como elegante y se nota que está cuidada al dedillo.
Pero no sólo de la presencia sobre el escenario vive una banda, hay un punto muy importante a la hora de dar un concierto, una barrera invisible que no siempre se rompe, lo marca la energía, la retroalimentación entre lo que ofrece el grupo y lo que devuelve el público. En este caso, la barrera se hizo completamente añicos. Es ese momento en el que el concierto deja de ser un espectáculo sin más, para convertirse en una completa fiesta entre unos y otros, es ese instante en el que le pides a tu público que se agache, que se ponga de cuclillas, que aguante, que mantenga el tipo, y que a tu señal, salte hasta tocar el techo de la sala y disfrute del último estribillo como el tema se merece. Si el respetable responde y la sala se viene abajo (o en este caso arriba), es entonces cuando queda claro que no hay barrera, estáis en el mismo plano, el concierto es todo un éxito. Misión cumplida.
No faltaron algunos temas ya clásicos como “The Engine”, “Talking” y por supuesto “Shiny Soul”, a los que se sumaron otros nuevos que están enganchando por completo al respetable como son el nuevo sencillo “Read My Lips”, “Trece Lunas”, que llegó justo antes de “New Life” siendo ambas toda una inyección de energía, y “Nature” que junto al aclamado “Always Searching” hacen un tándem perfecto como broche final del concierto.
Después de un directo así, los discos se quedan pequeños. A un concierto en el que se despide el año, un concierto como el de La Riviera, hubiera estado bien añadir algún tema más, darle un poco más de longitud a la fiesta en la que se convirtió la cita con Fuel Fandango, pero desde luego que fue un concierto ejemplar, de esos que te dejan con ganas de más y que te dejan claro que no será el último que verás, te quitan las dudas de si volver a verles actuar, la respuesta es un rotundo sí.
La Riviera empezaba a llenarse durante la actuación de O’Hara & The South Fish, los encargados de ir calentando los motores de un público que, aunque receptivo a esta propuesta, estaba deseando entrar en calor con la música de Fuel Fandango. El escenario lucía la ilustración que realizó Íker Muro para la gira del grupo y las ya características rosas de la banda enredadas en algunos instrumentos y los pies de micro, esta vez con las plumas de pavo real que marcan esta nueva etapa. Cualquiera pudiera pensar al ver el escenario antes de empezar que se les quedaría grande, pero nada más lejos de la realidad. Si hay algo que saben hacer Nita y Ale es aprovecharse del escenario, hablando claro, hacerlo suyo.
El último concierto del año fue cuanto menos equilibrado, optaron por un setlist que mezclaba a la perfección los temas de su primer largo con los de este último trabajo. No es sencillo elegir las canciones que van a formar parte de cada directo, seleccionar qué canciones se quedan fuera y cuáles entran en el concierto. Los fieles de la banda pudieron disfrutar de un espectáculo en el que no hubo un disco más protagonista que otro. Seguro que se quedaron fuera temas que algunos estaban deseando escuchar, como por ejemplo alguno de los inéditos que el grupo ha publicado recientemente en un EP junto a un par de remezclas y un cover de Daft Punk, hubiera sido una buena ocasión para descubrir cómo suenan en directo pero pese a privarnos de ello, lo cierto es que la banda ofreció igualmente un concierto casi perfecto, la línea que siguieron fue completamente acertada, la energía fluía sin parar entre los temas más movidos y los más relajados en los que resultaba imposible no dejarse llevar. Si algo tiene el directo de Fuel Fandango es que te cautiva y te invade de una manera sorprendente e inevitable.
Resulta increíble ver cómo sólo cuatro personas son capaces de llenar por completo un escenario como el de La Riviera, el nervio de Nita tiene parte de la culpa en el asunto, no importa si lo que llega es una parte más instrumental o si es su parte vocal la que entra en acción, en cualquier caso, la presencia que tiene sobre las tablas es sencillamente magnífica. La puesta en escena de Fuel Fandango no deja indiferente, es tan sencilla como elegante y se nota que está cuidada al dedillo.
Pero no sólo de la presencia sobre el escenario vive una banda, hay un punto muy importante a la hora de dar un concierto, una barrera invisible que no siempre se rompe, lo marca la energía, la retroalimentación entre lo que ofrece el grupo y lo que devuelve el público. En este caso, la barrera se hizo completamente añicos. Es ese momento en el que el concierto deja de ser un espectáculo sin más, para convertirse en una completa fiesta entre unos y otros, es ese instante en el que le pides a tu público que se agache, que se ponga de cuclillas, que aguante, que mantenga el tipo, y que a tu señal, salte hasta tocar el techo de la sala y disfrute del último estribillo como el tema se merece. Si el respetable responde y la sala se viene abajo (o en este caso arriba), es entonces cuando queda claro que no hay barrera, estáis en el mismo plano, el concierto es todo un éxito. Misión cumplida.
No faltaron algunos temas ya clásicos como “The Engine”, “Talking” y por supuesto “Shiny Soul”, a los que se sumaron otros nuevos que están enganchando por completo al respetable como son el nuevo sencillo “Read My Lips”, “Trece Lunas”, que llegó justo antes de “New Life” siendo ambas toda una inyección de energía, y “Nature” que junto al aclamado “Always Searching” hacen un tándem perfecto como broche final del concierto.
Después de un directo así, los discos se quedan pequeños. A un concierto en el que se despide el año, un concierto como el de La Riviera, hubiera estado bien añadir algún tema más, darle un poco más de longitud a la fiesta en la que se convirtió la cita con Fuel Fandango, pero desde luego que fue un concierto ejemplar, de esos que te dejan con ganas de más y que te dejan claro que no será el último que verás, te quitan las dudas de si volver a verles actuar, la respuesta es un rotundo sí.
Texto: Carlos Fernández
Fotos: Gema Escudero