Hace algunos meses que Rodrigo Mercado presentó su primer trabajo en solitario, “Puntualmente Demora”, un interesante trabajo que partiendo de la música negra, el reggae y el hip-hop, nos invita a movernos entre el vitalismo más absoluto y la certeza de que en estos días es necesario cerrar los puños para sobreponerse a las dificultades que se nos presentan.
Un álbum repleto de luminosidad que nos muestra la personalidad de un artista de los más cercanos y sinceros que jamás nos hayamos echado en cara; de ese tipo de músicos que te muestran en un breve intercambio de frases que detrás de ellos no hay trampa ni cartón posible, algo que en un mundo como éste, repleto de pose y pretenciosidad, siempre es de agradecer.
Hoy os dejamos en su compañía para que conozcáis un poco más de cerca qué es lo que se esconde en las canciones que han dado vida a este “Puntualmente Demora”.
Has formado parte de Ganyahmun durante más de una década en la que os ha dado tiempo a editar dos trabajos y dar por cerrada vuestra andadura. ¿Qué fue lo que motivo el decir adiós a la que había sido tu banda desde los tiempos de juventud?
Rodrigo: La verdad que dar por finiquitado el proyecto fue algo doloroso porque éramos una familia. Nos conocimos en el instituto y somos amigos de toda la vida. Pero llegó un punto después de editar dos discos, teniendo canciones para un tercero inclusive, en que la cosa se rompió porque no acabábamos de levantar cabeza y ya cada uno tiraba musicalmente para un lado, por lo que creímos que lo más conveniente era dejarlo. Es paradigmático porque la cosa se quedó bastante arriba ya que lo último que hicimos fue montar una pequeña gira por toda España en la que nos gestionamos todo nosotros, saliendo bastante bien.
¿De qué manera y en qué momento te planteaste comenzar tu carrera como solista?
Rodrigo: Hubo un impass de tiempo en que me alejé de todo lo relacionado con la música. Me puse a escribir pero era prosa, porque necesitaba hacer otras cosas distintas. Se dio el típico proceso de desintoxicación después de diez años peleando, pero a los pocos meses surgió la música de nuevo porque básicamente es lo que me gusta hacer. La idea desde un principio era hacer un proyecto en solitario con mis canciones, algo que ya me planteé estando con Ganyahmun, aunque fuera en forma de historia paralela más que nada para ver dónde podía llegar yo solo componiendo.
Desde fuera da la sensación que tenías muy claro por dónde querías que transitaran musicalmente hablando las canciones de “Puntualmente Demora”. ¿Estamos en lo cierto?
Rodrigo: Dentro de unos límites sí que lo tenía claro. Quería partir de la música negra, del reggae y del hip-hop. En definitiva de las cosas que más me influencian. Me apetecía hacer un disco que no fuera muy líneal, para que no fuera monótono, pero que sí se moviera dentro de una línea musical relativamente común. (Risas)
Algo que creemos has conseguido puesto que de “Puntualmente Demora”, nosotros destacaríamos dos cosas; una que lo que se impone es el conjunto sobre las partes y también que la paleta estilística es amplia puesto que en ella cabe el hip-hop (“Brisa”), la música jamaicana (“Sin Novedad”), el funk (“Puntualmente Demora/ Por la Ribera”), la música andina (“No Pararé”) y caribeña (“Mentira”), el pop (“A Pie”) y el ramalazo rock (“Sensible”). ¿Se va a convertir en una constante el jugar con géneros de lo más diverso en tu carrera?
Rodrigo: La verdad es que me gustaría que fuera así. Me alegra que lo que más valores del disco sea su conjunto, no elevando unas canciones por encima de otras. A mí me gustan mucho los artistas como Ben Harper que por lo general tienen trabajos que abordan diversos géneros, sus discos tienen una línea común pero no son planos. Al escucharlos te vas encontrando diversas pinceladas. También me agrada mucho escuchar trabajos dedicados a un solo género que conste, pero en un álbum propio buscaba variedad. La idea que tengo a la hora de trabajar es que todo salga redondo pero que haya mucho movimiento musical.
Personalmente me sigue sorprendiendo mucho que siendo hijo de quien eres no te hayas dejado abrazar de una manera más rotunda por el rock and roll… ¿A qué crees que es debido?
Rodrigo: En casa siempre ha habido mucha música y creo que me he ido quedando con un poco de todo lo que escuchaba. Recuerdo escuchar mucho en discos de The Talking Heads, Peter Gabriel, The Cars o The Specials. Evidentemente también había álbumes de Led Zeppelin y cosas más rockeras. Dentro de todos esos grupos más pop que he mencionado creo que hay muchos que han bebido de las fuentes de la música africana y caribeña. Personalmente desde pequeño esos matices me han llamado mucho la atención y a la hora de ponerme a componer, acaban apareciendo en mi música. Uno de los primeros conciertos a los que recuerdo haber ido fue de King Creole and the Coconuts, un grupo americano que hacían funk con toques de Calypso. A mí eso se me quedó muy marcado. Creo que lo que vives de pequeño te marca de una manera inconsciente, siendo fundamental para lo que haces en el futuro cuando ya eres más mayor.
Y sin embargo algunas de las colaboraciones más notables que hay en el disco son de dos de los nombres más grandes de nuestro rock: Fito y Rosendo. ¿Por qué les elegiste para que colaboraran contigo en este primer trabajo?
Rodrigo: La colaboración de mi padre la hubiera metido aunque hubiera hecho saetas (Risas). Quería que estuviera en mi primer trabajo en solitario sí o sí. Es cierto que él no era muy reticente a la hora de hacerlo porque pensaba que si ya de por sí nos asocian, si colaborábamos juntos, lo harían mucho más. Pero bueno la verdad es que personalmente creo que tenemos una edad para poder pasar página sobre eso y el qué dirán me importa poco. Así que le dije “Hacemos esto porque eres mi padre y somos músicos los dos; además de porque nos sale de los cojones” (Más Risas). Por otra parte, lo de Fito es una cosa que lleva a la otra. Con la compañía se buscó alguna colaboración para el lanzamiento y se pensó en él porque es amigo de mi padre. Además, él participó en el primer disco de Platero y creíamos que era una forma de cerrar el círculo. Ni que decir tiene que para mí es todo un lujo.
Quizás sea tu padre el que dejé una marca más profunda en su colaboración, por su peculiar voz y por esos fraseos de guitarra que aporta, tan de su estilo…
Rodrigo: Personalmente lo que más valoro de su aporte es que entra perfectamente en la canción. Algo que demuestra que mi música es abierta a diferentes matices. Eso es algo que me gusta mucho.
En “Puntualmente Demora” también hay espacio para el recuerdo emocionado a Ángel Reverendo…
Rodrigo: Reverendo era muy amigo de Eugenio Muñoz, mánager y productor del disco. Necesitábamos a alguien que nos grabara los teclados por lo que se pensamos en él. Yo le había conocido con anterioridad, pero no habíamos pasado de varias conversaciones. Creo que resultaba una persona muy entrañable que sabía mucho de música.
Antes de pasar página, me apetecía hablar de las letras del disco. En ellas se ve un espíritu muy vitalista, pero no en el sentido de que se toquen temáticas necesariamente luminosas, sino más bien de hacer de la vida un disfrute con sus cosas buenas y sus pequeñas batallas… ¿Quizás sea el espíritu que mejor refleje lo que está ocurriendo en estos días?
Rodrigo: Me gusta que me digas esto porque veo que has entendido bastante bien el disco (Risas). A veces me preguntan que si hago canciones optimistas. Mis letras no son de color de rosa ni hablan de que todo sea estupendo; más bien hablan de un afán de superación y de intentar seguir para adelante. Hay muchos temas en el disco así. El proceso de composición me pilló en una etapa un poco rara y creo que yo también necesitaba salir hacia adelante tirando de mí mismo.
Como músico, ¿qué opinión te merece el hecho de que en nuestro país sea tan complicado vivir de la música?
Rodrigo: Creo que hay gente que se tira toda la vida intentando grabar un disco y no llega a ver la luz pero aún así mantienen la ilusión. Desde luego si no lo peleas nunca lo vas a conseguir. Personalmente, como dice mi padre, siento que la música es una enfermedad. Al final puedes dejarlo durante un tiempo pero ella siempre vuelve a ti. Yo hago canciones porque es lo que siento y es mi forma de expresión. Supongo que a muchos otros les pasará lo mismo.
¿Y la situación tan complicada que vive el mundo de la música?
Rodrigo: La cosa está muy mal en general y en la música, la cultura, o los oficios de la farándula (risas), llámalo como quieras, está mal en particular. Cada vez es más difícil salir adelante y ahora encima está el tema del I.V.A. que es otro auténtico palo. También vivimos la metamorfosis que está generando Internet y que en algún momento se tendrá que encauzar. Pero bueno, como decía antes, esto es vocacional y si dejas de luchar es cuando no hay solución.
Miremos el lado positivo de la historia, a pesar de todo sigue habiendo un montón de propuestas interesantes. ¿Qué bandas del panorama actual llaman tu atención?
Rodrigo: Me gusta mucho lo que hacen Mártires del Compás, La Excepción y Violadores del Verso, gente con una trayectoria larga. Hace poco descubrí a Los Deltonos, a los que jamás me había parado a escuchar y ahora he tenido la oportunidad de oírles mucho en la furgoneta. Debo confesar que me molaron bastante.
¿Qué planes de futuro manejas para los próximos meses?
Rodrigo: Hemos estado de gira hasta hace unas semanas y la verdad es que estoy bastante satisfecho con el resultado final de la misma. Creo que estamos sonando bastante fieles con respecto al sonido del disco. Ahora queremos volver a Madrid a tocar en alguna sala a corto-medio plazo. También estoy enfrascado ya en la composición de lo que será mi segundo álbum, aunque no tenemos fechas previstas para la grabación. Quizás tengáis noticias mías en unos meses para que tampoco haya que esperar mucho.
Por: Javier González/javi@elgiradiscos.com