Siempre conlleva un cierto riesgo para un músico situarse delante de su segundo disco. Se agranda todavía más esa situación si el anterior trabajo tuvo en su momento una buena acogida y la presión de, como mínimo, mantener ese nivel, se hace más patente. Soledad Vélez vive esa circunstancia, tras el éxito de su debut, ahora llega el momento de refrendar esa apuesta.
En la portada de “Wild Fishing”, su anterior álbum, nos encontrábamos con algo que se asemejaba a una cueva con forma de ojos, una imagen con su dosis de incertidumbre. “Run with Wolves”, ahora, parece que pretenda escenificar de manera patente lo que se escondía en aquel, topándonos con el rostro del lobo en primer plano. Utilizando esta simbología como (atrevida) metáfora podemos resumir que el sonido de estas nuevas canciones tienen como base lo atisbado en el pasado pero bajo una representación más oscura y contundente.
Soledad Vélez va a optar en este trabajo por trasladar el sonido americano por derroteros más blues- rock en su vertiente más sombría y profunda. Un viaje en el que tiene un papel decisivo su forma de cantar, que colabora determinantemente en esa idea, y la presencia de Jesús de Santos, músico que también toma parte en la producción, con el que certifica un tándem perfecto.
Un disco que se abre con la hipnótica ”On Fire”, sostenida sobre una guitarra tenebrosa, una percusión profunda y la temblorosa e incisiva voz de la chilena, afincada en Valencia. Una construcción que recuerda inevitablemente a la personalidad de alguien como PJ Harvey o en un contexto más local a la vasca Anari. Un referente que también es aplicable a “Head Pain”, dotada de mayor melodía, en la que se introduce un acertado juego de voces y coros de lo más inquietante.
Pero no sólo la electricidad va a ser el canalizador sonoro de este trabajo, también los teclados y sintetizadores adquirirán un peso importante, puestos siempre al servicio del sonido global del álbum, como sucede en “Milky Way”, de forma más palpable en “Silver Wolf” e incluso mezclados con el sonido más tradicional del ukelele en “How to Disappear”.
Las raíces americanas más clásicas, que no podían faltar, se abren paso en temas como “South Mountain”, con una forma de death country con repuntes épicos a lo 16 Horsepower o el tono grandioso que también se deja ver en “I’ve Been Gone so Long”. La parte más recogida y delicada llegará por medio de “She Thinks She’s a Teenager Again”, edificada sobre el ritmo constante del teclado; el country-rock de “The Path” o el folk acústico y sobrio de “Good Morning Darling”, que como punto y final parece poner algo de serenidad relajada a tanta intensidad.
Con este “Run with Wolves” Soledad Vélez crea toda una galería de miedos musicados por medio de la instrumentalización de los sonidos americanos de una forma intensa e íntima. Un disco que consigue un tono global de los más penetrante y que cada vez que se escucha parece expandirse más y más.
Kepa Arbizu