A Reikiavik los descubrí un día que no viene al caso en directo sobre el escenario de una sala madrileña y cuando por fin escuché el primer sencillo, “Acróbata”, con el que presentan este nuevo LP “Daño Universal”, me quedé sorprendido sin saber muy bien reaccionar ante la sorpresa de lanzarse con un tema de tempo relajado cuando tienen una buena potencia en directo que me hizo creer que su primer sencillo sería un tema rápido y con cierta pegada. Pero sin embargo, acabé contento de ver que el tema escogido bien valía ser single presentación. Después de esto tenía muchas ganas de descubrir ese nuevo trabajo. ¿Y qué es lo que pasa cuando tienes expectativas sobre algo, cuando esperas algo de alguien? Que como no sea lo que esperas te quedas un poco confuso, ni bien ni mal, confundido simplemente por no recibir lo que en realidad tu creías que te llegaría.
Reikiavik graban en 2011 una demo a la que siguió un año después su primer EP “Instantes” que ya consiguió que algunos empezaran a prestar atención al sonido del grupo. En este primer largo, la banda se lanza a dejarnos diez temas que están unidos uno tras otro por una delgada línea que se mueve entre la fragilidad y el caos del indie rock.
''Plan de despedida número 1”, la canción con la que abren el disco podría resultar algo así como mucho ruido ordenado de una manera perfecta para dar pie a la única canción que tiene un final directo y seco. Esto, si vienes con su sencillo aprendido, te va a sorprender de todas las formas posibles.
Hay temas en los que queda muy patente de dónde beben los chicos de Reikiavik, canciones como “Alrededor de la Tierra” (cuya intro creo que no dejará de resultarme interesante en un tiempo) y “Puede Ser” nos dejan un recuerdo claro de Oasis y todo ese Britpop que tanto marcó a una generación. También en este último tema, barriendo un poco para nuestra tierra, si afinas un poco, puede que veas un pequeño eco de algún tema de Amaral, aunque igual esto es darle mucha vuelta a la historia.
Hay un corte que ya de primeras llama la atención nada más leer su título: “Tú el dictador y yo el Revólver”. Tintes de oldie actualizado (aquí se respira Sympathy for the devil de los Rolling Stones) y carnaza de campaña publicitaria que apunta a ser uno de esos temas que en directo alimentará la locura del público, como bien pasará con “Abismo”.
“Aquellas Calles” es probablemente el tema más cercano al pop-rock que tiene el disco, cumple todos los requisitos para que hubiera sido un buen tema de presentación pero habríamos matado el factor sorpresa de lanzar un tema como “Acróbata” que en el largo marca un punto de inflexión donde las cosas se empiezan a relajar dando paso a “Septiembre”, un tema que bien podría salir de un disco de Iván Ferreiro porque podrías imaginártelo cantando sus estrofas sin ningún tipo de problema, y que acaba de crear el preámbulo perfecto del “Plan de despedida Número 2”, tema con el que poner el broche final al disco.
Parecidos razonables a un lado, aquí hay donde rascar. Este es un disco al que merece la pena pegarle más de una escucha. ¿Por qué? Muy sencillo, es un disco en el que es fácil perderse de primeras. A veces son las melodías las que te hacen que te evadas y te dejes llevar, en otras ocasiones es la letra la que conecta directamente contigo y te hace olvidar por un momento la música que la acompaña, y entonces, en cualquier caso, así de repente el tema se ha terminado sin que puedas percibir cada uno de los cortes con su máximo potencial. Por lo que mejor repetimos y suma y sigue. Escucha y descubre este “Daño Universal”, que a veces el dolor puede ser placentero.
Carlos Fernández