Hace ya bastante tiempo que Jean Paul, o lo que es lo mismo el alter ego tras el que se esconde Raúl Bernal, nos ganó para su causa con la publicación de aquel lejano e inicial, “Breve Historia Universal”; uno de esos grandes discos (sí, de los que esconden canciones enormes) que como tantas y tantas veces ocurre pasó casi inadvertido para los oídos del gran público, más preocupado, ya se sabe, en buscar la melodía fácil y la simplicidad de la rima asonante, aunque en muchos casos ésta carezca de sentido alguno.
Confirmó, tanto alternativa como un espectacular estado de lucidez creativa, dos años atrás con la publicación de “Manqué”, un trabajo de apenas seis cortes de carácter atemporal, letras profundas y poéticas con el que dejaba claro que su propuesta estaba completamente asentada sobre las convicciones artísticas de un tipo que se siente como lo que innegablemente es: Un artesano de canciones.
Unas constantes que ahora vuelve a demostrarnos una vez más con su tercera obra, “Ocho Variaciones sobre el Futuro”, un trabajo que viene a representar el más perfeccionista y brillante de cuantos ha publicado hasta la fecha, algo que tratándose de una carrera que camina con paso tan firme como la de Jean Paul, nos hace sentir que hablamos de palabras mayores.
Ocho canciones que dan vida a un disco de canciones, con lo importante que eso es aunque a menudo tienda a olvidarse. Donde cada canción es capaz de cumplir su función que no es otra que la de emocionar por sí mismas a través de temáticas existencialmente universales que hablan de la vida, la muerte, el mundo y el tiempo…
Y en las que Jean Paul vuelve a vestirse de sí mismo una vez más, logrando una relativa inmediatez inusitada hasta la fecha, en la que es inevitable no observar las sombras de grandes nombres de hoy y de siempre como los de Leonard Cohen, Diego Vasallo, Yves Montand, George Brassens, Nacho Vegas o José Ignacio Lapido, alguno de los maestros de los que a buen seguro ha aprendido pequeños trucos que colaboran a la hora de hacer de su propuesta algo tan altamente disfrutable.
Hoy, en éste texto, más que nunca, me sería altamente complicado elevar la categoría de unas composiciones sobre otras. Lo único que puedo asegurar, desde la sinceridad más absoluta, es que desde que “Ocho Variaciones sobre el Futuro” llegó a mis manos no puedo parar de escucharlo una y otra vez. Me siento atrapado por éstas ocho canciones y por una grandeza, la suya, capaz de sobrecogerme como pocas veces ha conseguido hacerlo disco alguno.
Por: Javier González/javi@elgiradiscos.com