Un nuevo disco de Willie Nile no llenará las páginas culturales de los diferentes medios ni creerá una excesiva expectativa, una situación debida exclusivamente a los mecanismos de promoción o marketing y nada que ver con el talento de este poeta antes que músico (cronológicamente hablando) que sin hacer demasiado ruido ha creado una carrera consistente y repleta de calidad dentro del rock americano
En este nuevo trabajo, “American Ride”, no hay grandes sorpresas, algo de agradecer teniendo en cuenta el nivel medio que desde los ochenta, fecha en la que comenzaron sus grabaciones, ha mantenido y que incluye una visión personal, también respecto a las historias que esconden sus canciones, de la música de raíces. El norteamericano ha sabido aunar en su mirada musical un acercamiento acústico y tradicional con el más guitarrero y visceral.
Precisamente dentro de ese dualismo perfectamente integrado en su perfil nos vamos a encontrar con una parte realmente directa e impactante. En ella nos topamos con aguijonazos directos a ritmo de punk, “made in” The Clash principalmente, como “This is Our Time” o “People Who Died”, la arrolladora épica de “Holy War” e incluso el rockabilly que nos trae
a la mente a los Stray Cats de “Say Hey”.
Precisamente dentro de ese dualismo perfectamente integrado en su perfil nos vamos a encontrar con una parte realmente directa e impactante. En ella nos topamos con aguijonazos directos a ritmo de punk, “made in” The Clash principalmente, como “This is Our Time” o “People Who Died”, la arrolladora épica de “Holy War” e incluso el rockabilly que nos trae
a la mente a los Stray Cats de “Say Hey”.
Por su parte las maneras más relajadas, y de alguna manera íntimas, tendrán su representación más sobresaliente en el folk-country tradicional de “American Ride” o de la nostálgica “There’s No Place Like Home”, el americanismo dirigido por el camino de un pop luminosos en “Sunrise in New York City” o la desnuda (prácticamente piano y voz la sustentan) “The Crossing”.
Willie Nile vuelve a conseguir con este “American Ride” la difícil tarea de incorporar al imaginario musical del sonido tradicional de raíces un desparpajo y variedad notable. Algo que también se filtra en el contenido de sus letras, dando forma a la postre a una visión multiforme de la sociedad estadounidense, en la que se juntan lo real con lo imaginario y lo bondadoso con lo trágico.
Por: Kepa Arbizu.