Debo confesar que el trabajo que hoy nos ocupa es sin lugar a dudas uno de los más particulares y peculiares de cuantos hemos radiografiado a lo largo de estos cinco años de andadura musical en “El Giradiscos”.
Hablamos de peculiaridad y particularidad porque “El Día que Murió Marcello Mastroianni” es uno de esos álbumes de extraña idiosincrasia; facturado a mediados de la década de los noventa en un directo acaecido en la barcelonesa sala Bikini, por parte de uno los mejores autores de canciones que había dado nuestra música a lo largo de los ochenta como era Sabino Méndez, el tipo que firmaba la mayoría de los éxitos de Loquillo y Los Trogloditas, quien en un momento de aparente retiro en su vida pública, dedicado casi por entero a su vocación literaria, empezó a facturar composiciones sin demasiado ánimo de presentarlas ante el gran público, algo que hubiera ocurrido de no haber aparecido en mitad de ese proceso creativo un grupo semiprofesional como Los Montaña, la banda que le sirve de acompañamiento a lo largo de casi todo el álbum y al que en parte hay que culpar, siempre para bien, de que éste gran puñado de canciones no hayan quedado para siempre en el olvido.
Porque si bien es cierto que el disco vio la luz en su día con escasa repercusión, recuperar hoy, con la perspectiva que da el tiempo, esta colección de canciones no deja de encerrar un interés máximo para el hipotético lector por la carga de rock urgente, rhytm´n´blues, poesía y vigencia que encierran unos textos absolutamente actuales que bien podrían figurar entre lo mejor que nunca haya escrito Sabino Méndez, algo que atestigua el propio autor y también el hecho de que alguna de las canciones del álbum se hayan recuperado para formar parte de “La Nave de los Locos”, el último y aclamado disco de Loquillo, donde “Planeta Rock”, “Sin Novedad en el Paraiso” o “El Mundo Necesita Hombres Objeto”, han vuelto a ser regrabadas con total acierto.
Un trabajo que transmite sensación de actualidad, rabia, mordacidad, cinismo y una actitud totalmente descarnada, donde el brillo y el matiz no se aportan a través del perfeccionamiento y del recording, sino que se hace a través del pequeño error y de unos versos con una crudeza a prueba de bombas que dan forma a cortes repletos de grandeza como “Los Buitres de Santa Coloma”, “Bajando de la Fama (Al Fondo a la Derecha)” o “Libertad para Arruinarse Precozmente”, por citar tan solo unos ejemplos.
La reedición de “El Día que Murió Marcello Mastroianni” que ahora llega de la mano de Warner, debe ser catalogada como uno de los grandes aciertos del año musical, puesto que nos da la oportunidad de redescubrir una obra injustamente valorada en su momento y que ahora, en los tiempos que corren, suena misteriosamente más vigente que nunca.
Por: Javier González/javi@elgiradiscos.com