“Poder hacer éste disco ha sido muy enriquecedor para nosotros”
El centro de Madrid nos recibió semanas atrás con una tarde de calor asfixiante típicamente veraniega, algo que no nos importó en absoluto. Básicamente porque el motivo de nuestra visita a la capital tenía el inmejorable sentido de acudir a entrevistar al gran Antonio Arias, uno de los músicos favoritos de la gente que hace posible “El Giradiscos”, quien en esta ocasión se encontraba en la inmejorable compañía de Soleá Morente.
Ambos nos hablaron de los pormenores de la gestación de “Encuentro”, el segundo trabajo de Los Evangelistas en el que a la banda que se compone a partes iguales por la mitad de los miembros originales Lagartija Nick, Antonio y Eric, y por dos de los componentes principales de Los Planetas, J y Florent, se une ahora decididamente la hija menor del maestro Enrique Morente en el que casi podríamos definir como su álbum de debut.
Con ellos compartimos casi una hora de intimidades, confesiones casi familiares, sentimientos y risas en una tarde repleta de embrujo granadino que hoy hacemos vuestra.
Con ellos compartimos casi una hora de intimidades, confesiones casi familiares, sentimientos y risas en una tarde repleta de embrujo granadino que hoy hacemos vuestra.
La relación entre la familia Morente y Antonio Arias viene de muy atrás, por lo que creo que antes de centrarnos en el aspecto puramente musical de la misma es obligatorio hablar de vuestro primer “Encuentro”, nunca mejor dicho. ¿Cuál es el primer recuerdo que tenéis el uno del otro?
Antonio: El primer recuerdo que tengo de Soleá puede que sea falso, puesto que ya ha pasado muchísimo tiempo desde que nos conocimos. Quizás el mismo tuviera lugar en algún ensayo de preparación de la gira de “Omega”; o en el Festival Provincias, donde recuerdo haber hablado con tu padre estando vosotras allí. E inclusive puede que fuera antes porque hay que tener en cuenta que yo conocí a su hermana Estrella con tan solo un año, y por aquel entonces ella todavía no había nacido.
Soleá: Yo tampoco tengo el recuerdo fijo de haber visto a Antonio por primera vez. De lo que sí me acuerdo es de cuando mi padre nos hablaba de él. Ese amigo suyo que era especial y diferente. Al verle siempre le preguntaba que quién era él y mi padre nos decía que era “El rockero, el de Lagartija Nick”. Mi hermana y yo le veíamos como a una rock star. No tardamos demasiado tiempo en darnos cuenta de que era un tipo con muchísima personalidad.
Antonio: Personalmente recuerdo con mucha nitidez los momentos en que estaba junto a Enrique preparando la selección de canciones que darían vida a “Ómega”. Su madre, Aurora, les cogía, tanto a Soleá como a sus hermanos, y se los llevaba fuera de casa. Nos decía “Para que trabajéis a gusto” y salían a dar una vuelta. Y allí nos quedábamos Enrique y yo haciendo mil probaturas. Se daba una situación curiosa porque me sentía muy en familia con ellos, y a la vez un poco mal porque obligaba a Aurora a irse de su casa cada vez que me acercaba a verles.
Soleá: Queríamos estar todo el rato con ellos en la casa del Sacromonte. Lo pasábamos genial hablando, jugando, tocando las palmas y quitándole la guitarra a Antonio. En definitiva, haciendo cosas de niños. (Risas)
¿Qué recordáis de vuestra primera colaboración sobre un escenario?
Soleá: Yo tendría once o doce años y era muy tímida. Pero aun así me acercaba a verles a los ensayos, cargada con los libros del colegio. Mi padre tenía por costumbre llevarnos a todos porque le gustaba vernos dando vueltas por allí, algo que nosotros no entendíamos, básicamente porque debíamos ser una auténtica lata. De hecho creo recordar que mi debut sobre un escenario tuvo lugar en el primer concierto de “Omega”.
Antonio: Por eso te hablaba antes de la fragilidad de ciertos recuerdos. La primera vez que visualicé a Soleá fue con “Omega”, pero seguro que debía conocerla de tiempo atrás.
Como vemos la relación que tienes con Antonio es casi como la que podrías tener con uno de tus hermanos. Ahora bien, me interesaría conocer cómo entraste en contacto con el resto de Los Evangelistas. ¿De dónde surge la relación con Florent y J?
Soleá: Como bien dices, Antonio es parte de mi familia, sin él no hubiera sido posible “Omega” ni “Encuentro”. Para mi padre era una persona importantísima y para nosotros también lo es. Por otro parte a mí siempre me han gustado mucho Los Planetas, sobre todo a raíz de hacerme mayor e ir a la universidad. Me gustaban sus canciones y lo que decían. Pero el contacto musical con Florent y J, porque a Eric le conocía de antes, vino a raíz del primer disco de “Los Evangelistas”, donde cantamos “La Estrella” y “Yo poeta Decadente”. Ahí fue la primera vez que tuve la oportunidad de trabajar con ellos y conocerles más de cerca, sin tener en mente ni mucho menos todo lo que ha ocurrido después.
Las huellas de “Encuentro” debemos rastrearlas en “Homenaje a Enrique Morente”, obra que dio píe al surgimiento de Los Evangelistas. Sin embargo, los métodos de trabajo a la hora de elaborar ambos álbumes son totalmente distintos. ¿Por qué ese trabajo se concibió de aquella manera?
Antonio: Toda la historia de montar Los Evangelistas, surge a raíz del concierto de homenaje a Enrique en Córdoba. Una idea de la que nosotros quisimos hacer partícipe a la familia para así contar con su apoyo y que todos pudiéramos disfrutar del mismo plenamente. A raíz del concierto, les presentamos la idea de hacer el disco pero aquel era un momento complicado por todo lo que había ocurrido. Nuestro homenaje les pareció muy bien y lo cierto es que a medida que fueron recobrando algo de ánimo fueron colaborando en el mismo. Tuvimos toda la complicidad posible y pudimos compartir la música de Enrique.
Decimos eso porque en “Encuentro” parece percibirse el hecho de que Soleá ha dado un paso al frente, tanto en la labor compositiva como interpretativa. ¿Cuáles fueron los motivos que te impulsaron a hacerlo?
Soleá: Entrar en contacto con ellos me ha dado la vida. La verdad es que no tenía nada previsto y de pronto surgió la idea de colaborar para el primer disco. Me sentí muy a gusto y libre a su lado. Después me invitaron a cantar con ellos en los conciertos. Y fue ahí donde me di cuenta de que me curaba el alma cantar juntos por lo que me planteé continuar a su lado. Recuerdo el día en que escuché a Antonio tararear en el estudio “Dormidos”, rápidamente le dije “trae para acá que esto me lo quedo”. Entonces empezamos a investigar con textos y canciones, creándose una atmósfera muy bonita de trabajo. De hecho, no pensábamos sacar un disco por eso decidimos titularlo “Encuentro”. Quedábamos para ensayar y de pronto veía una canción con la que me sentía identificada. Nacían canciones que encajaban con mi gusto por el flamenco, pero desde un punto de vista no peligroso, por así decirlo.
Vamos que podríamos decir que te has sentido muy a gusto rodeada de tanto genio.
Soleá: Todo ha sido muy natural, la verdad. Aunque la primera vez que fui al estudio de Jota a escuchar el disco que habían hecho y elegir la canción que quería cantar, todo me imponía, básicamente porque les respeto mucho. Son gente muy sabia y potente en el mundo de la música, pero a la vez son grandes y es algo que han demostrado dejándome un pequeño sitio.
Antonio: El hecho de conocernos nos ha dado la posibilidad de trabajar mucho con las canciones. Algo que aprendí de Enrique Morente es que había muchas maneras de componer. Él componía mejor en su mente, con su voz, que si sentaba con la guitarra. Era tipo Mozart. Lo último era sentarse a escribirlo. A ella le ocurre algo muy parecido. Ella compone la estructura y la canción a través de la voz. Esa era la idea que manejamos con las canciones. También fue importante tener un estudio en el que ir haciendo probaturas para desechar las partes que no funcionaban.
¿Qué creéis que ha aportado su implicación en el resultado final del disco?
Antonio: Un grupo de mataos como nosotros con una voz de puta madre tiene que ganar sí o sí (Risas). Por otro lado, una persona cuando es músico no quiere parar de aprender y de crecer, y en éste caso, aparte de aportar su voz y su presencia espectacular como “frontwoman”, personalmente creo que me libera mucho para poder concentrarme lo máximo posible en mi instrumento, haciendo que la banda gane muchos enteros y podamos disfrutar de las actuaciones un poco más si cabe.
Suponemos que durante las sesiones de grabación habréis vivido momentos realmente emocionantes. ¿Qué recuerdos tenéis de las mismas?
Soleá: Han sido todas y cada una de ellas inolvidables. Qué cosa más maravillosa puede haber para una hija que el hecho de ver cómo admiran a mi padre sus compañeros de profesión. Hasta el punto de llegar a ponerse como nombre Los Evangelistas por él, algo que lo dice todo. La energía ha sido muy potente en todo momento. De hecho no hemos necesitado muchas sesiones para hacer el disco. Se ha hecho relativamente despacio porque todos estábamos con mil cosas más a la vez, pero no por otras causas. Cada vez que nos juntamos surgían cosas muy productivas. La verdad que ha sido todo un placer.
Antonio: Ha sido un disco muy enriquecedor, más si cabe para unas personas que somos tan inquietas como nosotros. Él hecho de haber grabado en el estudio de Soleá, que era donde yo me sentía más a gusto, y poder trastear con las armonías de Enrique, ha sido todo un lujo. Poder estar en ese espacio físico y a la vez tan espiritual. Ese poder se muestra en el resultado final de éste disco.
¿Cuáles son las diferencias estilísticas que percibís desde entre “Homenaje a Enrique Morente” y “Encuentro”?
Antonio: En el primer disco está el sentido trágico que nos invadía en aquel momento utilizado de una manera artística. Buscábamos sonoridades en nuestros instrumentos que reflejaran lo que sentíamos. Utilizamos el dolor de una manera líquida, como ya hicimos anteriormente en “Omega”. Es cierto que los tiempos son muy graves y en cierta medida expresan el sentimiento que teníamos todos en aquel momento, tanto personal como musical. Luego está la participación de Soleá, que si te das cuenta ya está en “Homenaje”, el cual empieza y termina con su participación, aunque luego ha quedado más como un disco de Los Evangelistas. Pero también es cierto que, como decía antes, creo que Soleá no tenía mucho más ánimo para colaborar, sino seguro que el álbum se habría llevado por los mismos derroteros que “Encuentro”. No en vano ya teníamos la idea de hacer algo semejante con Enrique Morente y Los de la Chana.
Dentro del disco debo reconocer que me gusta particularmente un fraseo de “Dormidos” que dice “Voy por el mundo y sobrevivo/ y solo veo seres dormidos”. Me parece que ahí se encierra encierra mucha carga emocional y a la vez sentimiento de pura empatía con lo que está pasando en el mundo a la vez. ¿Hasta qué punto se ha compartido la responsabilidad de elaborar los textos?
Soleá: Con el tema de las letras debo ser honesta, porque la mayoría son de Antonio y J, aunque yo haya aportado alguna palabra en momentos concretos. E incluso hay algún aporte de Estrella, como en la parte final de “Dormidos”.
Otro hecho llamativo es la portada que acompaña a “Encuentro”, un óleo de tonos azulados obra de Aurora “La Pelota”, madre de Soleá, que se contrapone con la violencia y dolor que desprendía aquella presentación en rojo intenso que acompañó al anterior álbum, producto seguramente de los sentimientos que aún ardían en vuestras entrañas después de la muerte de tu padre.
Soleá: Yo creo que la portada lo que muestra es otro estado de ánimo. En el fondo creo que la música es eso, son estados de ánimo. Personalmente, cuando sucedió la muerte de mi padre, me agarré a la música de Los Evangelistas para salir un poco a flote y sobrevivir a todo lo que me estaba ocurriendo. De hecho cuando escuché el tema “Dormidos”, no pude sentirme más identificada. Era eso lo que me estaba ocurriendo exactamente. Estábamos todos en un estado de shock por la tragedia que acaba de ocurrir. A día de hoy seguimos hechos polvo, pero nos hemos ido agarrando al arte: a la música, a la pintura para sobrevivir…Yo empecé a hacer este disco con ellos y es algo que me ha permitido desarrollarme como persona: mi voz, mi personalidad. Todo se refleja en el disco, en las canciones y en su sonido. No es lo mismo que en el anterior que en el fondo era una misa.
Antonio: En este disco debo decir que creo que ha habido una mayor involucración por parte de todo el mundo. En el caso de la canción “Dormidos”, debo confesar que creo que todo viene porque Soleá un día me dijo: “En ésta casa nadie coge el teléfono y nadie abre las cartas, parece que estamos todos dormidos”. Y de esa conversación tomé la idea para la composición.
Soleá: Es cierto, aunque ya no me acordaba de aquello. Vivíamos un momento en el que todos teníamos muy pocas fuerzas y personalmente tuve que tomar un poco las riendas para tirar hacia adelante. Dentro de la tragedia que hemos vivido, que no tiene nada positivo, de hecho es lo peor que me ha ocurrido en mi vida, nos ha tocado buscarnos la vida. Creo que en cierta medida hemos perdido el miedo a todo y hemos tomado ciertos riesgos impensables antes, algo que nos ha hecho avanzar.
Debo confesarte que al escuchar el disco por primera vez no pude evitar pensar que en cierta medida estabas recogiendo el testigo de la labor llevada a cabo por tu padre. Me refiero al hecho de buscar una relativa heterodoxia al unir géneros de lo más variado como ya hiciera él con “Omega”.
Soleá: Para mí es un orgullo que me digáis esas cosas. Creo que no hay nada más bonito que se me pueda decir. Personalmente me siento en pleno proceso de aprendizaje y desarrollo. Creo que me falta mucho camino por recorrer, no para compararme ni con mi padre ni con mi hermana que no es mi objetivo ni mucho menos, sino para ser una artista más completa. Lo que sí te puedo decir es que siempre canto con mi padre en el corazón y le tengo presente en cada momento de mi vida. Supongo que eso se notará por algún lado a la hora interpretar.
¿Qué crees que te hubiera dicho tu padre al escuchar “Encuentro”? Y el resto de tu familia. ¿Qué opinión tiene del mismo?
Soleá: La verdad es que sí que he pensado en lo que le habrá parecido a mi padre. Creo que en primera instancia se hubiera reído e incluso nos hubiera dicho “¡Qué habéis liado!”. Aunque pienso que le hubiera gustado. O a lo mejor no (Risas). Quizás me hubiera dicho “¿Qué haces con estos?”. (Más Risas)
Antonio: Hubiera dicho “Dile a estos que vengan”. (Risas)
Soleá: A mi familia la verdad es que les ha gustado. Están un poco sorprendidos porque he salido con esto por los cerros de Úbeda, pero se sienten muy orgullosos del trabajo realizado y me apoyan mucho. Estrella nos ha ayudado a muerte en todo lo que nos ha hecho falta. Y a mi hermano Enrique le ha encantado, a pesar de que el resto de mi familia hacen cosas más flamencas.
Tu caso es el de una artista multidisciplinar puesto que eres también actriz. ¿Cuál de los dos mundos te atrae más?
Soleá: Ahora mismo no sé lo que va a pasar. Estoy haciendo la carrera de música porque creo que mi camino está en la música y voy a pelear por ello a muerte.
¿Cuáles son los planes musicales más inmediatos que se os pasan por la cabeza?
Soleá: La verdad que no sé qué es lo que va a pasar en un futuro. Tengo pendiente editar un disco en el que estaba trabajando con mi padre y debo volver a él. Lo que ocurre es que no acabo de hacerlo porque estoy dando un montón de vueltas. Ya teníamos seleccionadas las canciones y el concepto, lo que ocurre que a raíz de la muerte de mi padre tuve que dejarlo pero lo retomaré.
Antonio: Yo estoy trabajando en la continuación de “Multiverso”. La idea es que comencemos a trabajar en una serie de canciones que darán vida a un trabajo mucho más conceptual que el anterior y que previsiblemente será financiado a través de crowdfounding.
Por: Javier González/javi@elgiradiscos.com