Breis: “Invisibles”

En algunos discos resulta casi igual de importante que lo estrictamente musical, o por lo menos poseedor de una relevancia mayor de lo habitual, su intrahistoria o contexto en el que surge. Rara vez cuando este aspecto es significativo, por el motivo que sea, las canciones no se ven fuertemente influenciadas por él. 

La “carta de presentación” del nuevo disco de Breis, “Invisibles”, es una hoja promocional que destila desesperanza por el mundillo musical aunque a pesar de eso expresa la necesidad de contar historias pero con la percepción de ser un trabajo casi perdido y por lo tanto una aventura kamikaze que solo él, y ningún colaborador más, debe afrontar. Lo que significa que el músico es responsable único de todo lo grabado. Bajo esa situación se nos presentan diez canciones con unos parámetros muy marcados, formando un conjunto homogéneo y de un carácter muy claro.

El murciano destila un cierto tipo de nostalgia en sus composiciones, como se demuestra en temas como “Tipos Invisibles” o “Sube el Volumen”, a medio camino entre Leiva y Quique González, en los que relata los entresijos y su relación con el mundo de la música y su profesión. El rock americano, uno de los pilares esenciales en la formación del músico, se impone por medio del clasicismo de “No te Fíes”. Con características similares pero optando por dotarle de un sentido más pop aparecen la melódica “Cuando Me Empeño”, la evocadora “1,2,3” o la sugerente “Malos Entendidos”. 

“Invisibles” es un disco, sino conceptual, sí que por lo menos construido bajo un hilo conductor relativamente estable como es el de dibujar una forma de vida (que abarca todos los ámbitos, desde el personal hasta el profesional) sostenida sobre la cuerda floja y la inevitable necesidad de aceptar esa situación. Como banda sonora a esa temática Breis vuelve a hacer gala de un pop rock de raíces elegante y sosegado que resulta idóneo para cerrar el círculo de un trabajo como éste. 

Por: Kepa Arbizu.