La voz de John Fogerty es uno de los emblemas más significativos con los que cuenta el rock. Y es que si habría que mostrar a alguien desconocedor del todo de lo que significa este tipo de música, valdría con ponerle delante de alguno de los temas de la Creedence Clearwater Revival para que comprendiera con exactitud cuál es su esencia.
Pero la figura del norteamericano en la actualidad no es válida únicamente como material para museos o de contenido para los libros, su actividad sigue siendo relativamente alta y aunque no ha realizado material nuevo (o por lo menos el suficiente para un álbum completo) en los últimos años, si que demuestra estar en una buena forma. “Wrote a Song for Eveyone” surge como un disco homenaje en el que el propio cantante se rodea de grupos y músicos que de alguna manera han sido influenciados por él y su banda.
En discos de este tipo hay algo que resulta importante y es intentar no caer en la mera reverencia al artista de turno sin aportar gran cosa, al margen de que por la propia esencia del trabajo es complicado sorprender al oyente. En este caso concreto hay que resaltar que los participantes, en general, han aportada su visión particular de los temas elegidos aunque siempre con una merecido respeto a las composiciones originales, no obstante muchas son clásicos imperecederos.
El álbum intenta aglutinar los aspectos básicos de los que se ha nutrido la música de Fogerty/Creedence Clearwater Revival, por ejemplo la influencia de los sonidos de raíces. En ese aspecto optará en ocasiones por mostrar un lado más comercial, como su dueto con Keith Urban en “Almost Saturday Night”. Mucho más llamativo, y efectivo, resulta la traslación al mundo campestre que hacen Zac Brown Band de “Bad Moon Rising”. Con un tono más rock y dinámico aparece “Lodi”, en la que toman parte sus hijos Shane y Tyler. En un sentido más tradicional, pero igual de contundente, se desarrolla “Mystic Highway”, uno de los temas inéditos que aporta el disco y que deja bien a las claras que su talento sigue intacto para crear melodías.
Evidentemente la música del grupo también bebía mucho de rock and roll poderoso. Precisamente esa es la máxima que los Foo Fighters imprimen a todo un himno como es “Fortunate Son”, uno de los momentos más aguerridos del álbum. “Train of Fools”, la segunda composición nueva, es un hard rock realmente musculoso y de un sonido rabiosamente actual. Otra de sus creaciones más conocidas como es “Proud Mary”, se resuelve de forma sorprendente al mezclar por un lado el soul adrenalítico (en consonancia con la versión de Ike y Tina Turner), no obstante se juntan dos generaciones de los sonidos negros como Jennifer Hudson y Allen Toussaint, con el sonido tradicional americano.
La parte más interesante del disco llega con la recreación de los temas más profundos. My Morning Jacket parece una banda idónea para interpretar “Long as I Can See the Light”, por su esencia soul, a la que le dotan de esa atmósfera particular del grupo. Mientras que Dawes imprimen su serenidad y elegancia a “Someday Never Comes”, el dúo entre Fogerty y Miranda Lambert, con la guitarra de Tom Morello, en “Wrote a Song for Everyone” eleva el ambiente romántico. La aparición de Bob Seger supone uno de los momentos estelares a la hora de interpretar la bella “Who’ll Stop the Rain”, a la que decelera el ritmo e imprime más crudeza. Alan Jackson sin embargo sigue el camino contrario con “Have You Ever Seen the Rain?”, llevándola a un terreno más tradicional americano.
“Wrote a Song for Everyone” es un disco, básicamente, de versiones, con todo lo que eso conlleva. Dicho lo cual, las canciones que aquí se encuentran son algunas de las más representativas del rock, por lo que puede ser un buen acercamiento de las nuevas generaciones a este auténtico genio que es John Fogerty. Para los demás es una gran oportunidad para revivir grandes momentos, descubrir acercamientos personales y de calidad a su obra y confirmar el buen momento en el que está el músico.
Kepa Arbizu