Cuando parece que todo se va al
garete (economía, industria musical, trabajo, futuro…), sólo queda aferrarte a lo que
más te gusta. Si eres músico, está claro que a tu proyecto, y si eres
aficionado a la música, pero no la creas, pues a escucharla siempre que puedes,
y si es en directo mucho mejor.
Esta sencilla premisa es la que nos motiva a asistir a casi todos los conciertos que estamos disfrutamos a lo largo del año. Sin embargo, esta tendencia parece ser cada vez menos compartida por el público en general (lo cual vuelve a generar otro problema que acentúa la crisis musical y exige buscar culpables).
Tras esta intro (que puede ser comprendida y compartida; o no), retomamos el asunto que nos ocupa, que no es otro que hablar del último concierto de la gira presentación de “3”; tercer proyecto de la banda torrijeña The Home Phonema, que tras visitar ciudades como Barcelona, Valencia, Murcia, Pamplona o Sevilla, eligió el emblemática Nasti Club, como punto y final del peregrinaje (bueno, como punto y aparte, porque los nuevos temas están tomando forma).
Esta sencilla premisa es la que nos motiva a asistir a casi todos los conciertos que estamos disfrutamos a lo largo del año. Sin embargo, esta tendencia parece ser cada vez menos compartida por el público en general (lo cual vuelve a generar otro problema que acentúa la crisis musical y exige buscar culpables).
Tras esta intro (que puede ser comprendida y compartida; o no), retomamos el asunto que nos ocupa, que no es otro que hablar del último concierto de la gira presentación de “3”; tercer proyecto de la banda torrijeña The Home Phonema, que tras visitar ciudades como Barcelona, Valencia, Murcia, Pamplona o Sevilla, eligió el emblemática Nasti Club, como punto y final del peregrinaje (bueno, como punto y aparte, porque los nuevos temas están tomando forma).
Teloneados por unos sorprendentes
Susan's Red Nipples, banda de rock nacida
en Cornellá, que fue un agradable descubrimiento para muchos de los allí
presentes (esperamos en breve acercaros más información del grupo y su nuevo EP);
ocuparon el escenario la formación que encabezaba el evento.
Tras algunos déjá vus generados por la íntima relación existente entre la banda y la sala (que comenzó hace aproximadamente 10 años), que trajeron a nuestra cabeza los cambios de formación, temática y sonido que ha experimentado este grupo a lo largo de todo ese tiempo; nos encontramos sobre las tablas al trío torrijeño (que siempre ha estado ahí), así como a su bajista durante la gira (y seguramente de ahora en adelante), Mae (cuya banda paralela, Diecisiete, ha iniciado recientemente un proceso de crowdfunding para grabar su segundo disco).
Tras algunos déjá vus generados por la íntima relación existente entre la banda y la sala (que comenzó hace aproximadamente 10 años), que trajeron a nuestra cabeza los cambios de formación, temática y sonido que ha experimentado este grupo a lo largo de todo ese tiempo; nos encontramos sobre las tablas al trío torrijeño (que siempre ha estado ahí), así como a su bajista durante la gira (y seguramente de ahora en adelante), Mae (cuya banda paralela, Diecisiete, ha iniciado recientemente un proceso de crowdfunding para grabar su segundo disco).
Por delante, teníamos una hora de
concierto, en el que el protagonismo absoluto iba a ser acaparado por los temas
que conforman su último trabajo, “3”, pues son ellos los que en gran parte confirman
las características que hacen a esta banda singular y atrayente: la calidad de
su sonido y efectos, la belleza melódica de sus canciones y los agitados y
frenéticos ritmos de guitarras y percusiones, que delimitan estructuras originales y complejas. De hecho, esos elementos son los que les hace diferentes, pues lejos
de los manidos términos que hablan de su evolución a universos sonoros más
oscuros, hipnóticos y afilados o de sus continuas similitudes u “homenajes” a
bandas de los ochenta y noventa; lo que realmente destaca es que estamos ante
un grupo que, con tres canciones instrumentales en su setlist (pocos grupos pueden decir los mismo), puede evocar sensaciones, experiencias
y conceptos sin necesidad de
recurrir a potentes lemas, fáciles estribillos o frases lapidarias; abriendo así un abismo de separación entre ellos y la gran mayoría de grupos pop-rock españoles que si tratan de
captar la atención de público, sellos y agencias de manera prioritaria, identificándose
con los denominados grupos del momento o creando a su alrededor un perfil o estética atractiva, pero falsa.
“Crisis” es buen ejemplo del carácter y estilo de la banda, pues este tema, que abrió el concierto, no necesita de letra para expresar la fiereza y cruda realidad
que nos ha tocado vivir, pues la suple a través de unos potentes riffs de guitarra, bien encuadrados
por una poderosa batería que delimita ritmos y compases (y claro está, sacudió nuestros cuerpos
de forma casi inconsciente, introduciéndonos de lleno en el directo).
A partir de ahí, la banda repasó tanto temas de su anterior disco (“There's Nothing Left To Give Up”, 2009), donde cabría destacar la ya mítica “Kennedy” (canción que ha acompañado a la banda durante años y ha sabido evolucionar al igual que el grupo), “Plastic Plastic” (hija de la distorsión, los coros y el rock sucio), “Landscape from the train” (cara más amable que ofrece un brillo pop-rock que no suele tener mucho protagonismo) o “Cellulitis” (quizás una de las más bella composiciones instrumentales de post-rock creada en los últimos años por una banda ajena al circuito festivalero nacional); como también los principales cortes que forman su último trabajo. De hecho, el concierto remarcó especialmente estos nuevos temas, pues aquí The Home Phonema amplia registros y se mueve por universos sonoros que bucean en el grunge (“Sex”), el garage rock (“Screaming nuns”, “Gray Hairs”), un post-rock primitivo y punzante (“Beer me up”) y, cómo no, en ambientes instrumentales, que se tornan oníricos y etéreos (“Carranque”).
A partir de ahí, la banda repasó tanto temas de su anterior disco (“There's Nothing Left To Give Up”, 2009), donde cabría destacar la ya mítica “Kennedy” (canción que ha acompañado a la banda durante años y ha sabido evolucionar al igual que el grupo), “Plastic Plastic” (hija de la distorsión, los coros y el rock sucio), “Landscape from the train” (cara más amable que ofrece un brillo pop-rock que no suele tener mucho protagonismo) o “Cellulitis” (quizás una de las más bella composiciones instrumentales de post-rock creada en los últimos años por una banda ajena al circuito festivalero nacional); como también los principales cortes que forman su último trabajo. De hecho, el concierto remarcó especialmente estos nuevos temas, pues aquí The Home Phonema amplia registros y se mueve por universos sonoros que bucean en el grunge (“Sex”), el garage rock (“Screaming nuns”, “Gray Hairs”), un post-rock primitivo y punzante (“Beer me up”) y, cómo no, en ambientes instrumentales, que se tornan oníricos y etéreos (“Carranque”).
Finalmente, la banda
no se cortó en mostrar en directo una de sus nuevas creaciones, que fruto de la
gira, la incorporación de Mae y las
nuevas situaciones particulares de todos sus componentes, augura nuevo material
en un tiempo no muy alejado del presente.
En conclusión, un
directo que confirma que sobre el escenario, pocas son las bandas de su nivel que
pueden rivalizar con el ahora cuarteto toledano-madrileño; pues son pocas las cosas que les falta para pasar al siguiente escalón (de hecho, quizás lo que necesiten
tiene que venir de fuera en forma de sello, promoción y management).
Texto: Rubén López
Sánchez (ruben@elgiradiscos.com)
Fotos: Julián Callejo Ruiz (www.juliancallejo.com)