Y lo hacemos de esa forma porque consideramos que la figura del bueno de Quique bien merece que nos enfrentemos a su obra con ciertas dosis de calma. Más que nada con el objeto de poder escuchar, re-escuchar, dejar de lado y, en última instancia, volver a retomar las canciones de “Delantera Mítica”, para disfrutar de las mismas en todo su esplendor e intentar así desgranarlas de la mejor manera posible, alejándonos del poso de inmediatez que impone Internet, el cual evita en muchos casos saborear como verdaderamente fuera necesario muchos discos y canciones.
Aunque visto desde otro punto de vista, también creemos que a estas alturas de la película poco o nada quea que desentrañar sobre Quique González, su carrera y sus distintos trabajos. Por lo que quizás lo más sensato, y a la vez honesto, sería empezar diciendo que “Delantera Mítica” no es más que una notable y acertada celebración de lo que es la trayectoria vital de nuestro cantautor electrificado favorito, algo que sin lugar a dudas debemos tomarnos como la mejor de las noticias posibles.
Y es que una vez más vuelve ese universo confesional, repleto de heridas abiertas que se nos muestra en canciones que pasean con cadencia parsimoniosa por los medios tiempos, bebiendo con el acierto de siempre sorbos de rock, folk y blues, perfectamente aderezados por un riff inesperado que se clava como un cuchillo, un slide juguetón que cobra protagonismo o un simple fraseo repleto de franqueza; elementos que ayudan a volver a crear un paisaje sonoro que conocemos a la perfección pero que no por ello deja de asombrarnos por su personal efectividad.
Hay que destacar la grandeza de cortes como el single de anticipo “Tenía que Decírtelo”, un dardo envenenado que invita a múltiples lecturas; “La Fábrica”, dolorosa y punzante, aunque repleta de instantaneidad y belleza, o “Dallas- Memphis”, una ranchera arrastrada que pondría los dientes muy largos a mitos como José Alfredo Jiménez, Enrique Urquijo o Joaquín Sabina.
El pedal del acelerador se acciona gracias a “¿Dónde está el Dinero?”, dedicada con toda la mala baba del mundo a políticos, banqueros y demás corruptos que rigen nuestros destinos; de la misma manera que el de la intensidad lo hace con “Viejos Capos”, un pequeño homenaje a las glorias eternas que siguen al píe del cañón.
Entre la nómina de colaboradores que han hecho posible este “Delantera Mítica”, hay que destacar la más que reconocible labor de Zahara en “Las Chicas son Magníficas”o “Me lo Agradecerás”, donde comparte protagonismo vocal con Quique, engrandeciendo la categoría de ambas composiciones con su emocionado aporte.
Mención especial debemos realizar también de “No Encuentro a Samuel”, dotada de un in crescendo y con una letra repleta de simbolismo, hasta el punto de lograr hacernos esbozar una sonrisa de complicidad, casi la misma que hace tiempo brotó de nuestra cara la primera vez que caímos en la cuenta de la grandeza del señor González hace ya mucho tiempo atrás.
El disco encara su recta final sin perder un ápice de interés con “No Hagas Planes”, “Delantera Mítica” y “Es tu Amor en Vano”, la acertada revisión del clásico de Bob Dylan, que sirve como perfecto colofón a un enorme trabajo.
En “Delantera Mítica”, Quique González vuelve a dejar constancia del motivo por el que para muchos, entre los que por supuesto nos contamos, es uno de los músicos más grandes que desde hace años pasean palmito por nuestro panorama, gracias a un álbum compacto, elegante y disfrutable en toda su extensión, que no hace más que reafirmar su condición de grande de nuestra música.
Por: Javier González/javi@elgiradiscos.com