Es bien sabido por todos lo que son seguidores habituales de “El Giradiscos” que una de nuestras grandes debilidades dentro del panorama alternativo estatal son los chicos de Pony Bravo, hacia los que como decimos profesamos un cariño, respeto y admiración profundo; elementos que no serán obstáculo alguno para que nos mostremos de lo más objetivos a la hora de abordar críticamente “De Palmas y Cacería”, su tercer trabajo publicado recientemente.
Una obra que confesamos, tal vez por eso mismo, por unas expectativas demasiado elevadas, que nos ha dejado relativamente fríos.
Que nadie se engañe “De Palmas y Cacería” no es un mal disco, ni mucho menos, pues en él se repiten gran cantidad de las constantes que han hecho posible que los focos mediáticos se hayan fijado en la propuesta de los sevillanos; siguen mostrando su particular vertiente crítica, acompañada siempre por unas letras repletas de sorna y costumbrismo, perfectamente revestidas de esa mezcla tan enriquecedora de rock, kraut, electrónica, tropicalismo y psicodelia que les han encumbrado al lugar que ocupan actualmente.
En éste caso el pero radica en que no se sorprende como antaño, en parte por la clara repetición de esquemas y también porque el afán crítico se torna repetitivo hasta la saciedad en muchos casos. Si a eso le añadimos el hecho de que falta algún tema reconocible, coreable e innovador al estilo de “El Pony Bravo” o “Noche de Setas”, el resultado final de la obra acaba por empequeñecer sobre todo comparado con entregas anteriores.
A pesar de todo lo dicho anteriormente “De Palmas y Cacería” encierra momentos disfrutables como los que brindan “Turista ven a Sevilla”, una fotografía actual de lo que para ellos es su ciudad, “El Político Neoliberal”, aunque previsible es inevitable esbozar una sonrisa al comprobar el descaro que se gastan, o “Guajira de Hawaii”, probablemente la más fresca de toda la colección.
También se encierran cortes que creemos que acabarán por despegar del todo en los muchos directos que a buen seguro dará la banda en los próximos meses. En esa categoría incluiríamos “Mi DNI”, su palito dirigido todos los listillos que pululan alrededor del mundillo musical, “Eurovegas”, un tortazo en toda regla contra políticos e instituciones, e “Ibitza”, un corte de lo más bailable.
El principal escollo que encontramos a este de “De Palmas y Cacería” es la falta de frescura y la reutilización de algunos esquemas que hacen de su escucha algo disfrutable pero tan solo a medias; unos elementos que unidos a la inevitable comparación que se realizará con entregas anteriores como “Si Bajo de Espaldas no me da Miedo” o “Un Gramo de Fe”, le harán empequeñecer un poco más si cabe.
Sin lugar a dudas estamos ante un pequeño traspiés en la carrera de Pony Bravo del que se sobrepondrán a buen seguro. Talento y actitud les sobran para hacerlo. Además, visto desde el punto de vista más positivo, este es el gran escollo que tiene el hecho de estar empezando a forjarse una leyenda propia. Y es que uno, a pesar de tener grandeza y descaro para regalar, no puede estar siempre a la altura de la misma. Ese es sin lugar a dudas su reto a partir de hoy.
Por: Javier González/ javi@elgiradiscos.com