Tras un 2012 marcado por los
problemas, la inquietud y la inseguridad, MUCHO decidió no rendirse y aferrarse
a la música, su música. A raíz de la entrada de la banda en el sello Marxophone
y ante la posibilidad de grabar sus nuevas canciones en el estudio de
grabación, tomaron la decisión de convertir su nuevo proyecto en el salvavidas
que les permitiría salir airosos de ese fatídico año y afrontar el 2013 con un
espíritu renovado, lleno de energía y repleto de nuevos objetivos a cumplir.
Con esto en mente, nos acercamos “El Apocalipsis según MUCHO”, un álbum
conceptual, que decide enfrentarse al fin, con un espíritu luminoso, renovado y
aguerrido.
De hecho, ya desde la primera
escucha de su segundo álbum, comprobamos que no estamos ante una obra oscura o
pesimista, ni mucho menos continuista. No tenemos así ante nosotros un trabajo
pop de melodías “perfectas” y estructuras sencillas, donde los estribillos
llevan en volandas a temas de acordes limpios y elegantes (como pasó en su
primer disco). Ni tampoco hay espacio para la redención, el consuelo o la pena.
La luz inunda el disco. La regeneración, la vida y la ruptura de las barreras
son los himnos que quedan perfectamente ensalzados en sus letras.
Estamos ante un proyecto que se
basa en nuevos sonidos, ritmos y estructuras. De hecho, el cambio musical que
ha experimentado el ahora cuarteto (tras la salida de Fausto el año pasado), se puede percibir en dos grandes canciones: “En la base de la montaña” y “Las Plantas”, que han delimitado por
dónde debería ir el disco. Descubrimos así estructuras complejas, con estribillos
que al final no lo son y donde la importancia de los sintetizadores y pianos (que
llevan la melodía principal), dejan a la percusión, bajo y guitarras centrarse
en adornos, acompañamientos y arreglos. La profundidad musical es ahora enorme,
el sonido novedoso y las letras son críticas directas y reflexivas. De hecho,
encontramos influencias de otros estilos y grupos, que han marcado
especialmente la introducción de los sintes. Podríamos destacar así el homenaje
a Air en “En la base de la montaña” (extensible de forma más moderada en “Más feliz sin televisión”), la mezcla
de guitarras rabiosas, batería y sintes de The
Black Keys en “Como si no hubiera
mañana”, “El lustroso alarido”… o
el hit “La larga risa del emperador”,
en el que la electrónica de Delorian
o Mendetz parece aupar a un tema que
escuchado a todo volumen podría acompañarte en cualquier larga noche de fin de
semana sacudiendo tu cuerpo sin parar.
Sin embargo, pese a todos estos
cambios, no queremos decir, que estemos ante un disco que no se pueda
categorizar (pese a las odiosas etiquetas) dentro del estilo pop. De hecho, “Motores”, sirve de enlace para ver que
estamos ante el grupo que nos sorprendiera con su debut hace dos años. Pero la
buena noticia es que no se han quedado ahí, han querido sorprender, arriesgarse
y eludir el corsé creado por el ya manido pop español. Por ello, no podemos
sino animaros a escuchar este discazo, que a buen seguro (aunque nos gustaría afirmarlo), será de lo mejorcito que nos deparará este 2013.
Preparaos para el fin, porque
según MUCHO, promete ser muy movido.
Por: Rubén López / ruben@elgiradiscos.com