Lagartija Nick: “Hipnosis”

Hay discos que siempre serán perseguidos por el apelativo de seminales, ese es el caso de “Hipnosis”, el álbum que supuso el debut de Lagartija Nick. Un trabajo fundamental en la historia de nuestra música más reciente, que supuso la piedra de toque inicial con la que comenzaría a labrarse la carrera de uno de los grupos más grandes, innovador e imprescindible de nuestra escena alternativa; al que además hay que agradecer el hecho de haber sido en su momento un aldabonazo fundamental para la incipiente escena independiente que terminó consolidándose en nuestro país a lo largo de la década de los noventa.

Finiquitada “La Movida”, el espejismo que cubrió de música la realidad española de los años ochenta se desvaneció, dejándonos un panorama desolador, alegrado tan solo por un puñado de nombres de interés mediático que en algunos casos continuarían sus carreras con un desigual apoyo por parte del público y un movimiento de carácter underground que en nuestra ciudad tuvo como epicentro el barrio de Malasaña, donde bandas como Sex Museum, Pleasure Fuckers y Los Enemigos, entre otros pocos valientes, seguían empeñados en demostrar que aún quedaban bandas de rock con talento por emerger de las catacumbas.

En una tesitura similar, aunque a cientos de kilómetros más al sur, parecía moverse por aquel entonces Antonio Arias, el mítico bajista de 091, quien después de grabar “Doce Canciones Sin Piedad” decidió abandonar el proyecto con el que logró granjearse una merecida notoriedad. Su intención era clara: Buscar nuevos cauces de expresión sonora alejados de los parámetros imperantes en los cero. 

Por el camino que le llevaba a iniciar una nueva andadura por terrenos menos trillados, Antonio Arias, aquel niño que creció escuchando los discos de Kraftwerk que su hermano mayor ponía en la barbería de su padre, encontró el apoyo de otro mito de la ciudad granadina, Eric Jiménez, batería de KGB. En su compañía, y arropados por las guitarras de Juan Cordoniu y de Miguel Ángel Rodríguez, dieron vida en el año 1990 a Lagartija Nick, tomando el nombre de una canción de sus siempre admirados Bauhaus, toda una declaración de intenciones sin lugar a dudas. 

Fue en este cruce de caminos donde, después de ser desechadas amablemente las maquetas de sus primeras canciones por multinacionales y compañías como Dro, encontraron el apoyo del sello independiente Romilar-D, propiedad de Juan Hermida, quienes después de una peculiar primera toma de contacto se decidieron a apoyar el proyecto de Lagartija Nick

De esa forma, no sin antes editar un single que incluía dos temas, “No lo Puedes Ver” y “Gansterville”, nació “Hipnosis”, un álbum totalmente novedoso de punk-rock furioso, acelerado, vanguardista y arriesgado, deudor del manual que décadas antes habían escrito The Stooges y que posteriormente revitalizaron bandas como Sonic Youth, dando como resultado una obra mayúscula que ahora, más de veinte años después de su edición, recibe el calificativo de mítica. 

Un calificativo que es fácilmente asumible con solo acercarse brevemente a las canciones que encierra. Y es que muy a pesar del tiempo transcurrido, inclusive pese a no haber vivido por cuestiones cronológicas lo que “Hipnosis” significó de primera mano, las letras de Antonio siguen sonando a día de hoy absolutamente vigentes, gracias a una lírica punzante y críptica, moderna y etérea, melancólicamente acertada y visionaria, que atrapa y desarma desde el mismo momento en que uno se sienta para escuchar a todo volumen joyas atemporales como “No lo Puedes Ver”, “Hipnosis”, “Disneyworld”, y “Tan Raro, Tan Extraño, Tan Difícil”, y hasta ejercicios tan arriesgados, casi fallidos, si es que no lo son, como “La Gran Depresión”, perfectamente escupidas por la voz urgente y el bajo distorsionado del señor Arias, formando una base rítmica debastadora con Erick y perfectamente arropados por las guitarras afiladas de Juan y Miguel Ángel

Un enorme trabajo, como decimos, que recientemente ha sido reeditado por Chesapik, incluyendo en su interior una serie de bonus tracks y versiones inéditas – The Beatles, Electric Prunes y Syd Barret- que no habían visto la luz hasta ahora, a las que hay que añadir hasta tres textos escritos por Antonio Arias, Fino Oyonarte, productor del mismo, y Juan Hermida, que nos ayudan a conocer un poco más el proceso de gestación de “Hipnosis” y que a buen seguro harán las delicias de los seguidores más fieles de Lagartija Nick

Más de veinte años después de su edición, “Hipnosis” sigue siendo uno de los discos fundamentales de la música reciente de nuestro país. No solo por el valor intrínseco de vigencia que encierra dentro de sí, tanta que llega a asustar, al anticipar un mundo casi en llamas, sino porque, más allá de todo eso, supuso el primer paso de una de las leyendas más sólidas, interesante y personal de cuantas se han alumbrado en suelo patrio. Una primera muesca llamada a hacer historia desde el instante inicial, que sin embargo no hace sombra a todo lo que vino después. Básicamente porque lo que vino detrás, también es historia de nuestra música. 

Por: Javier González/javi@elgiradiscos.com