Hay grupos que han conseguido que su nombre traiga consigo aparejada la propia idea de rock and roll. Los madrileños Los Chicos representan uno de esos casos. Su quinto disco, con el clarividente nombre de “In the Age of Stupidity”, vuelve a enarbolar todos las derivaciones posibles de dicho estilo bajo un entorno festivo y dispuesto a poner en pie a aquel que esté dispuesto a escucharlo.
Algo parecido ha debido de pensar Mike Mariconda para trabajar de nuevo con la banda, produciendo también este trabajo. A estas alturas no debe de extrañar a nadie que en su nuevo disco sigan ampliando su visión musical, un destino que no deja de ser el lógico tras un camino en el que paulatinamente han ido haciendo más evidentes, y visibles, las múltiples influencias que han nutrido todos estos años su sonido.
Un vistazo a la portada del álbum (con estética de cómic) nos enseñará de manera somera en qué consiste y qué persigue la música que realizan Los Chicos, que viene a ser diversión y desenfreno aunque intercalando entre ese barullo su mirada hacia la realidad (no olvidemos el título elegido para el disco). Un espíritu jovial que se desprende de temas como “Hear it Again”, en la que se mezcla a partes iguales melodía y aceleración como si de unos Muck and the Mires se trataran, del power pop dinámico de “War Or Party” o el músculo rockandrollero con clara influencia de los Devil Dogs de “Sportsmans Paradise”.
Si una característica tiene este álbum, y por extensión el grupo, es lo variado y los diferentes matices con los que cuentan. Así nos vamos a encontrar con un abanico sonoro, incluidas influencias clásicas, que incluye el country, sin perder el ritmo trotón de punk, que se asoma por el tema “Age of Stupidity” y en el que aparece como invitada especial la guitarra de Hendrik Röver (Los Deltonos) ; el soul, camuflado entre el rechinar de guitarras, de “You Sold Me”; el rock and roll-garage (esta vez con Josele Santiago como aparición estelar) de herencia Trashmen de “Motel Ford” o los ritmos percusionados y sincopados típicos de Bo Diddley de “Willie and the Handjob”.
Un tema como “On my Face” también abordará el lado más crudo y turbio de la banda, situándose a medio camino entre The New Christs y The Replacements, grupos expertos en ese tipo de composiciones. El punto más heterodoxo, y novedoso, del disco llega precisamente en su recta final. El folk irlandés acústico y festivo de “Fire in Our Souls” hace de prólogo a “One Bourbon, One Scotch, One Beer, One Wine”, la que mantiene ese tono “borrachuzo” y festivo pero esta vez en clave de punk.
Los Chicos han dado con “In the Age of Stupidity” otra lección de rock and roll festivo y abierto a todo tipo de influencias, de hecho puede ser esta la vez que de una manera más variada lo han escenificado. El resultado final sigue inmutable, un manejo perfecto de la situación y una banda sonora perfecta que invita a no parar quieto ni un solo segundo.
Kepa Arbizu