Hace un año que vio la luz “Pesadilla Adulta”, el segundo trabajo en la siempre particular discografía de Juanita y Los Feos, un álbum que en su momento debemos confesar no sin un punto de rubor que nos pasó totalmente desapercibido entre la inmensidad de novedades que pueblan el mercado musical, pero que ahora en un ejercicio poco habitual dentro de nuestra web nos vemos obligados a rescatar del cajón del olvido, después de que por méritos propios no haya parado de sonar insistentemente en nuestro equipo de alta fidelidad.
Abrir el catálogo de canciones de “Pesadilla Adulta” supone realizar una mirada atrás en el tiempo para situarse a nivel cronológico en uno de los períodos más fértiles y efervescente para la música pop como fue el que se desarrolló desde finales de los setenta a través del estallido punk del 77 y su posterior sacudida en forma de new wave, llegando hasta nuestro país en forma de la ya tan manida y recurrente “Movida Madrileña”.
Sin lugar a dudas es ahí, en ese seminal cruce de caminos arriba citado, donde uno encontrará el germen de todo lo que con total acierto han sabido llevarse hasta su terreno los componentes de Juanita y Los Feos, para acabar dando vida a un trabajo sorprendentemente personal y acertado, en el que como decimos es imposible no rastrear las huellas de bandas tan grandes y dispares como The Smiths, The Cure o Alaska y Los Pegamoides, que conviven a la perfección con ciertos tics que nos hacen pensar en otras formaciones menos afamadas pero igualmente genuinas y queridas como son Los Nikis o Las Vulpess, todo ello sin perder de vista ese toque genuino y único del propio grupo, sobre todo presente en unas letras repletas de lucidez, sorna, y relativamente críticas, ante las que es imposible no esbozar una sonrisa continuada.
Especialmente lúcidos se muestran en canciones como “El Final”, encargada de abrir el disco, que engancha principalmente por la potente base rítmica que posee haciendo recordar por momentos al mítico Andy Rourke, “500 Muertos”, un acertadísimo ejercicio de pop que tiene ese sabor inequívoco a nueva ola, o la “Bomba del Islami”, otro corte directo y sin manierismos de clara herencia The Cure.
Su vertiente más irónica se muestra en cortes del calado de “Autolesionarse”, “Hostal Osona”, “Traga, Mástica, Vómita” y “Lunes Otra Vez”, donde mezclan la capacidad de análisis de ciertas realidades cotidianas con una impresionante vena cómica hacia la que es imposible no sentir grandes dosis de empatía.
Todo ello da como resultado final una propuesta capaz de enganchar desde primeras escuchas, especialmente en el caso de aquellos amantes de la música pop de claras reminiscencias ochenteras; que además encierra dentro de sí la particularidad y grandeza de ser uno de esos proyectos que no encontrarán término medio a la hora de presentarse en público: Serán amados u odiados, no habrá opiniones tibias, algo que es de agradecer en una escena cada vez más mimética donde Juanita y Los Feos jugarán el tan necesario papel de unos “rara avis” de lo más entrañables, ácidos y divertidos.
Por: Javier Gonzáez/javi@elgiradiscos.com