“No me gustan las canciones felices”
Hasta hace unas semanas no habíamos tenido la oportunidad de conocer personalmente a Rulo. Nuestro encuentro con él tuvo lugar en las oficinas que su discográfica posee al norte de nuestra ciudad. Allí, en una sala del enorme edificio y a la hora prevista, nos esperaba paciente el artista cántabro. Rápidamente estrechó nuestras manos con fuerza y sinceridad, para a continuación hacernos pasar cuarenta y cinco de los mejores minutos que jamás hayamos compartido con artista alguno, en buena medida gracias a su locuacidad y cercanía.
Hasta hace unas semanas no habíamos tenido la oportunidad de conocer personalmente a Rulo. Nuestro encuentro con él tuvo lugar en las oficinas que su discográfica posee al norte de nuestra ciudad. Allí, en una sala del enorme edificio y a la hora prevista, nos esperaba paciente el artista cántabro. Rápidamente estrechó nuestras manos con fuerza y sinceridad, para a continuación hacernos pasar cuarenta y cinco de los mejores minutos que jamás hayamos compartido con artista alguno, en buena medida gracias a su locuacidad y cercanía.
Nuestro objetivo no era otro que hablar con él de “Especies en Extinción”, el fenomenal disco que hasta la fecha representa su último trabajo de estudio. Ni que decir tiene que en todo momento se mostró encantado de hacerlo, siendo especialmente certero en cada una de sus respuestas, posibilitando de ese modo que ahora nosotros nos podamos sentir especialmente orgullosos de dejar a nuestros lectores con ésta gran entrevista.
Hace unos meses editaste “Especies en Extinción”, tu segundo disco de estudio. Desde fuera da la impresión de que está siendo un período realmente productivo y de verdadero éxito para ti. ¿Crees que todo esto es el premio a casi veinte años de lucha?
Rulo: No sé si es un premio, pero sí es un regalazo que me da la música. Si me llegan a decir hace tres años, cuando estaba en casa con depresión, que me iba a ocurrir todo lo que ha pasado, no me lo hubiera creído. Es parte de la montaña rusa de la vida. Lo bonito de la música es que te quita y te da. En mi caso sobre todo me ha dado. Ahora me alegro de no haber sido conformista y haberme marchado de un sitio en el que no era feliz. Dejé La Fuga porque no estaba a gusto con ciertas situaciones, pero sinceramente no me di cuenta de lo que había hecho hasta mucho tiempo después, cuando analicé que me había marchado de un grupo que meses atrás había metido doce mil personas en el Palacio de los Deportes de Madrid. Tocaba reinventarse. Quizás por eso ahora estoy cómo cuando monté mi primer grupo con catorce años. De ahí viene tanta actividad y tantos lanzamientos, aunque el álbum en directo nos lo tomamos como un hijo bastardo. (Risas)
Nosotros entendimos “A ras de Cielo” como el capricho de un músico que quería plasmar todo lo bueno que le estaba ocurriendo en su carrera.
Rulo: Había mucha magia en la banda, tanto en lo espiritual, como en lo personal y también en el aspecto musical, por lo que creíamos que teníamos que plasmar el recuerdo. Por otro lado me gusta mucho la actitud de gente como Bunbury que graba directos pero no les da un tratamiento especial de disco. De hecho con “A ras de Cielo” no hicimos promoción, igual hicimos alguna entrevista porque la gente se puso en contacto con nosotros pero le dije a la compañía que prefería no hacer nada especial. Para nosotros “A ras de Cielo” se trataba de un regalo para los fans y un capricho propio. Nuestra idea principal era guardar aquel momento. Ahora estamos haciendo un libro que se llamará “Adentro”, en el que un setenta u ochenta por ciento de todo el material está recogido desde los camerinos y la furgoneta. Tanto el disco como el libro hay que entenderlas como un patrimonio sentimental.
¿En qué momento comenzaron a surgir las composiciones que finalmente han dado vida al disco?
Rulo: La verdad es que exceptuando “Las Olas” y “Buscando el Mar”, todas las demás surgieron en gira. “El Vals del Adiós”, salvo las últimas estrofas que las hice en México, ya la utilizábamos de despedida para brindar con la gente al final de los conciertos. A los tres meses de sacar “Señales de Humo”, ya había canciones nuevas. “Al Infinito” y “El Vals del Adiós”, fueron las dos primeras canciones que compuse, además son las encargadas de abrir y cerrar el disco. “Especies en Extinción” es el primer álbum que hago en mi vida en la carretera, lo tenía en la cabeza desde hace año y medio. Me ha costado mucho, pero al final ha salido.
La última vez que hablamos nos dijiste textual que querías hacer un disco de “dinámico, en el que ocurrieran cosas y que no sea monocromático”. En tu opinión, ¿se ha conseguido el objetivo?
Rulo: Tenía claro que quería hacer once cortes con naturaleza propia. No quería un disco monocromático y homogéneo. Si coges las canciones que citábamos antes podrías pensar que son de bandas diferentes. A mi eso me encanta. Cuando escucho un disco así a alguien pienso que es digno de alabar. Una de las “pegas” que se le puede poner al álbum es que escuchando una de las once canciones, no te haces una idea de lo que hay en el mismo. Para mí no hay ninguna representativa. Algo que puede ser engañoso porque la gente quizás no me ubique.
A nosotros nos da la impresión de que has editado un gran disco de rock en castellano, con todo lo bueno que encierra esa acepción, en el que es fácilmente rastreable tu personalidad como artista, a través de unos textos que consiguen tocar la fibra.
Rulo: Es algo que no se consigue con todas la canciones. Aquí estamos sacando las once mejores de veintiocho. Hay algunas que no lograban emocionar. Pienso que es muy importante que los compositores sepamos hacer criba para elegir las mejores. Nosotros hemos incluidos éstas porque son las que emocionan. Existe un montón de canciones más que nunca verán la luz, aunque hay gente que me insiste para que las publique, pero no va a ocurrir. A lo mejor podrían gustarle a alguien muy fiel pero no a mí, y por eso no las voy a publicar. También es cierto que hay dos que se quedaron fuera por concepto. Se trata de “Canciones y Tragos” y “Esa gran Mentira”, que quizás se puedan currar para otros discos.
Hemos rastreado en tus canciones un pequeño poso de tristeza o desamor, algo que se nota en cortes como “Al Infinito” o “El Prota”. ¿Por qué esa dinámica en las canciones?
Rulo: Verdaderamente es que las canciones felices no me gustan. Por otro lado creo que en ocasiones se equivoca el término tristeza por melancolía. Estas son canciones melancólicas. Creo que mi marca de fábrica es la melancolía, porque siempre estoy mirando hacia delante. En ocasiones digo que soy un optimista de mierda, por hacer una contradicción (Risas). También es cierto que compongo cuando estoy revuelto, tengo vaivenes sentimentales o cuando tengo algún desencuentro, quizás todo eso se plasme en mis letras.
Rulo: Es una canción que habla de la situación actual de manera reflexiva, viene a explicar que desde la ventana de casa todo lo que se ve fuera va mal, pero también las cosas que ocurren dentro son doblemente tristes. De ahí un poco el juego que planteamos en el video, puesto que nuestra intención era no caer en lo panfletario. Por otro lado, el clip es parte de mi patrimonio sentimental porque fue grabado en Reinosa y aparecen varias generaciones de familiares míos. Desde mi abuelo que está enfermo, pasando por mi padre y mi hija.
No me resisto a preguntarte por “A Solas”, quizás nuestra canción favorita de todo el disco.
Rulo: Siempre digo que grabar es una trampa porque en muchos casos se hace por separado. Antes de que surgiera “A Solas” ya teníamos grabadas todas las baterías y los bajos; pues bien hasta que no di con ésta canción no paré. Cuando la compuse en el estudio, volvimos a montar todo y se grabó. Mis favoritas de “Especies en Extinción” son “Buscando el Mar”, “La Flor” y por último “A Solas”, por ese orden. Es un tipo de canción que tiene dinámica, como pasó en el primer disco con “A la Baja”, que empieza como un susurro, llega el estribillo y es como una patada en la oreja, para terminar por recogerse. Los temas así me flipan. Siempre digo que la caña no es estar todo el rato como Los Ramones, que me encantan, pero eso no es caña. De la misma forma que el recogimiento me llega a cansar. En ese sentido “A Solas” es un vaivén de sensaciones. Y por cierto, ésta no es una canción de desamor sino que habla de la expectativa de lo que pueda pasar.
Otro corte que nos ha gustado mucho es esa reivindicación al oficio de ser músico que te marcas en “El Mejor Veneno”.
Rulo: “El Mejor Veneno” es una canción casi autobiográfica. Más que nada porque no son veinte años de trayectoria sino diecinueve, pero eso no rimada (Risas). Es una letra que viene a decir que más allá del punto de inconsciencia que hay que tener para ser músico y de esas cosas que se van enumerando, que pueden entenderse como lo menos agradable de la profesión, luego llega el estribillo, estallando de alegría, diciendo que es el oficio más bonito del mundo. Quizás musicalmente es la que menos me gusta, pero es cierto que se trata de una canción que en directo funciona muy bien, cobrando otra dimensión.
Los créditos del álbum están repletos de agradecimientos a todo tu equipo de trabajo, sin lugar a dudas tu otra gran familia.
Rulo: Fíjate que Richard, la persona que lleva el tema de merchandising, es amigo mío desde hace veinte años. Nos conocemos desde antes de grabar la primera maqueta de La Fuga. Igual pasa con Fito que es con quien duermo. Yo intento hacerles sentir participes de éste proyecto, no solamente presentándoles en los conciertos, sino involucrándoles en todos los aspectos del mismo. Algo que trato de hacer con la gente de backliners, y con la banda, que pasa exactamente igual. Estamos muy unidos, compartiendo muchos instantes juntos, buenos y malos. Sé que en muchos instantes se me ha tildado de dictador, pero yo me considero un hombre de banda. No trato de defenderme ante esos ataques, porque no me siento agredido por ellos. Es más, creo que a la gente lo que le gustan son las canciones, no quién las hace ni cómo. Con esta actitud demuestro que soy un hombre de banda. Y ahora me he blindado porque levantar un nombre cuesta mucho, y en ocasiones ni tan siquiera se consigue, por lo que no quiero que pasen ocho años para que alguien me llegue y me diga que él es compositor, porque somos un grupo y hay que dejarle componer. En ese sentido somos Rulo y La Contrabanda, estoy blindado, aunque creo que en nuestra banda todo el mundo es feliz en su sitio, que es lo ideal. Yo soy el compositor, el que lleva el timón, pero todo el mundo está contento. Cuando en un grupo alguien no está feliz se desestabiliza todo.
Una familia en la que en esta ocasión se ha colado Enrique Bunbury, para poner toda su calidez y fuerza en la emotiva “El Vals del Adiós”. ¿Cómo surgió la colaboración?
Rulo: Bunbury es uno de los músicos que más me ha marcado a lo largo de mi vida. Por supuesto que está en la lista de mis diez cantantes favoritos; y ahora la música me ha dado la oportunidad de cantar con él, como antes me la ha dado de hacerlo con otros artistas que admiraba. Gente como Fito Cabrales o El Drogas y Barricada, con los que he compartido muchas noches de concierto. Además soy muy mitómano y aunque seamos amigos, no me acabo de acostumbrar a estar con muchos de ellos. Haberlo hecho ahora con Enrique ha sido todo un privilegio. En cuanto escuché la canción me di cuenta de que era muy “bunburyana”, por lo que pensé que quizás pudiera pedirle que colaborara pero me daba corte pedírselo. Lo cojonudo fue que él llamó antes para invitarme a cantar en su concierto de Santander. Aún así seguía sin saber cómo entrarle, y eso que teníamos un montón de lazos de amigos en común, por lo que esperé un mes para hacerle el ofrecimiento. Recuerdo que al hacérselo le dijimos que nos parecía que éste “traje” le sentaría muy bien, y su respuesta fue que “él se veía capaz de ponerse también cualquiera de los diez restantes de “Especies en Extinción””. Fue algo muy emotivo, la verdad.
¿Qué planes de futuro manejas para los próximos meses?
Rulo: Hemos estado en diecinueve firmas de discos y ya se han realizado las primeras fechas de presentación. Ahora la idea es parar en Enero y Febrero, para volver a retomar el asunto en Marzo, donde por ejemplo estaremos en La Riviera. Después la intención es marcharnos a Sudamérica. Iremos a Buenos Aires y Montevideo, e intentaremos hacer una parada en Santiago de Chile. Haremos dos escapadas a México, una acompañado de Fito para hacer un acústico de promo y otra con la banda. En verano estaremos tocando en España, porque el año pasado no quise girar para acabar de preparar el disco. Es difícil parar una gira que te está yendo bien y en la que estás disfrutando mucho. Lo bueno es que ahora tenemos muchas ganas de tocar.
Por: Javier González/javi@elgiradiscos.com