Desde “El Giradiscos” no podíamos dejar la ocasión de acudir a la cita con una de las leyendas del garaje – rock de los primeros sesenta como The Sonics; la banda formada en Washington durante el año 1963 por la pasión y dedicación de cinco estudiantes llegó a grabar una serie de singles y Lp´s en un corto periodo de tiempo, apenas tres años, que les convirtieron en influencia capital para grupos posteriores. La suciedad de su sonido y enérgicas actuaciones, les labraron una reputación que se ha mantenido desde su separación en 1973, momento en el que abandonaron la música para dedicarse a sus respectivas profesiones.
Sorprendentemente, la formación volvió a juntarse casi cuarenta años después de su separación para realizar una gira durante el año 2007, llegando inclusive a registrar un nuevo Ep en el 2010, bajo el título de “8”, teniendo desde ese instante en nuestra web la espina de no haberles podido ver nunca en directo. Una asignatura pendiente que logramos superar el sábado pasado en una Sala Caracol que presentaba un más que interesante ambiente.
Durante una hora y cuarto, escasa pero intensa, repasaron parte de las joyas que esconde en su discografía. Haciéndonos bailar al ritmo de cortes como “Keep a Knockin”, “Have Love Hill Travel” o “Jenny, Jenny”, en la que Freddie Dennis calcaba en la voz al mismísimo Little Richard.
Rob Lind, saxofonista y armónica del grupo, derrochó simpatía en todo momento entre las primeras filas, siendo muy aplaudidas sus intervenciones como cuando interpretó la intensa “More Beer”, mientras que su compañero Larry Parypa demostró a la guitarra porque es el precursor de la distorsión y el acople, bordando con maestría su archiconocida “Phsyco”.
Tras cuarenta escasos minutos de actuación se retiraron momentáneamente, para volver con una cruda versión de Neil Young, la reivindicativa “Rockin in the free World”, representando la canción mas contemporánea que sonó el pasado sábado.
Dieron por concluida la velada por todo lo alto como no podía ser menos con “I´m a Man” y la brutal “The Witch” con la que se despidieron hasta nueva orden del siempre agradecido público de nuestra ciudad.
A pesar de la corta duración del show, la satisfacción de la gente era palpable en el puesto de merchandising, donde sus adorables señoras se encargaban de recoger en forma de dinero parte de los frutos de su triunfo y también parte del cariño y calor de un público que sabe de la importancia capital de una banda que hace tiempo forma parte de las denominadas como “históricas”.
Texto y fotos: Jorge Bravo Crespo “El Gurú”