Holly Goligthly además de ser la excéntrica protagonista de “Desayuno con diamantes” interpretada por Audrey Hepburn también es la que durante los años noventa fue cantante del grupo Thee Headcoatees, proyecto apadrinado por Billy Childish y surgido a rebufo a la banda de éste (Thee Headcoats), y que tras su desaparición inició una prolífica carrera en solitario.
Si en aquel proyecto grupal había una clara influencia de los sonidos negros y clásicos, no es menos obvia esa influencia en la actitud de la cantante posteriormente. Más respetada y reconocida probablemente desde dentro del “mundo” de la música (ahí están sus múltiples y variadas colaboraciones) que en parámetros de popularidad, en los últimos años se presenta junto a The Brokeoffs , o lo que es lo mismo, el músico Lawyer Dave.
En esta relación, no cambian las características de la intérprete sustancialmente, aunque evidentemente se incorporan algunos matices que a la larga pueden incluso ser determinantes. Al obvio contraste de voces, donde tiene el peso el tono agudo de ella pero en el que sobrevuela el contrapunto más profundo de él, hay que añadir la elección de un tono musical más orientado a las raíces puras del sonido norteamericano y su presentación oscura y sobria.
Con todo lo dicho no es extraño verla moviéndose por terrenos puramente country. Se asemejará a la Carter Family con”A Whole Lot More”, en la que da paso a su plenitud de voz, y su consiguiente contraste de su acompañante que dota de profundidad al resultado global, o a la más relajada Emmylou Harris en “I Forgot More”. De una manera más peculiar tratan el género en “One for the Road”, bajo el compás de un vals instrumentado de forma primitiva y peculiar, o “Hard to Be Hamble” donde toma la parte masculina la importancia y con un tono de rock and roll. Ambas perfectamente podrían estar ambientadas e interpretadas en un desvencijado porche de la América profunda.
Pero las caras que muestra esta mujer, y su proyecto, son muchas y tampoco debe asombrar verla en ambientes más oscuros y lúgubres. “Goddamn Holly Roll” toma el camino del blues pantanoso de la escuela Fat Possum, algo parecido a lo que hace con “Goodnight” aunque se aparte de él en algunos momentos para dar forma a melodías más melódicas. “Hand in hand” y “They Say” recupera el tono más sobrio y polvoriento y se mete de lleno en esos ambientes casi apocalípticos a los que suele dar forma Dave Edwards.
La parte más animada y juguetona se muestra con temas como “Tank”, a ritmo de rockabilly, o “The Shit is Gold”, a medio camino entre el rocck and roll primitivo y el garage, como si de unos Black Lips limpios y relajados se tratara. Composiciones que se acercan a su primera época en solitario, donde era más habitual verla moverse por esos derroteros. Por si eso fuera poco en “The Future’s Here” saca su lado más vintage acercándose a lo que realizan Kitty, Daisy & Lewis.
Holly Goligthly es un “rara avis” en la industria musical. Construye su camino (plagado de discos) sin pensar en modas ni estilos y en cada nuevo álbum reivindica su capacidad para mirar atrás y rescatar los viejos sonidos en todo su esplendor y bajo su peculiar prisma. En definitiva, una de esas magníficas rarezas que nos brinda la músicas y de la que hay que disfrutar.
Kepa Arbizu