Hace unos meses tuvimos la oportunidad de entrevistar a Los Trogloditas en su local de ensayo, dónde nos contaban las ganas que tenían de volver a los escenarios y demostrar lo grandes músicos que son. Jordi Vila batería y Josep Simón bajista, los dos Trogloditas originales han montado una nueva banda para recuperar el repertorio mítico que en su mayoría ya no interpreta el Loco en directo.
Las dudas iniciales se disipan cuando empieza a sonar “En las calles de Madrid” y volvemos a ver el entusiasmo que derrochan Jordi a las baquetas y Simón al bajo dándolo todo, cierto es que la voz de Lobo el cantante poco o nada tiene en común con Loquillo pero también derrocha actitud y buen rollo, haciendo participe al publico del espectáculo. Completan la formación Diego y Tony a las guitarras, dando fuerza a canciones que creíamos que no volveríamos a escuchar en directo, como “Carne para Linda”, “La policía” o “Piratas”. Son estos temas oscuros los que más disfrutamos, aunque lógicamente la gente estaba esperando los clásicos: “La mala reputación”, “Rock suave” y “Besos robados”, con un espectacular Vila a los coros.
Para terminar las inevitables “Rock & Roll star” y “Cadillac solitario” con toda la sala, que presentaba un buen aspecto, volcada con el grupo, haciéndolos volver al escenario para un bis, siendo “El rompeolas” la canción con la que cerrarían su actuación.
Muy difícil se lo dejaron a La Frontera para superar la emoción de la actuación anterior, pero los madrileños nunca fallan y es que casi treinta años en la escena no los cumple cualquiera. Javier Andréu cantante y guitarra no se cansó de agradecer a todos nuestra asistencia en estos tiempos tan difíciles y Toni Marmota, bajista y co-fundador, no perdió en ningún momento su sonrisa. Vicente Perelló batería y Nico Álvarez guitarra también en Los Fabulosos de Silvia Superstar completan una formación que repasa los clásicos de la banda. La gente disfruto de lo lindo de “Siete calaveras”, “Duelo al sol” o el que fue su mayor éxito “El limite”. Aunque donde dan todo su potencial es en canciones como “Mi destino”, dónde el duelo de guitarras de Nico y Andréu toma especial protagonismo.
Todo el público bailó al final y la sensación de fiesta se fue acrecentando con “Juan Antonio Cortés”, “Pobre Tahur” o el final con “Judas el miserable”, con la que terminaron abruptamente. Los dueños de la sala tenían preparado su otro negocio de discoteca latina, que sin duda les supondrá más beneficios. Y es que el rock, ese que nunca muere, sigue marginado. Cada vez más.
Texto y fotos: Jorge Bravo Crespo “El Gurú”