Tras su última visita en diciembre pasado a Madrid volvía a nuestra ciudad el incombustible Jorge Martínez para presentar el segundo trabajo en solo un año de su nuevo proyecto con Los Magníficos, “El Guateque del Hombre Lobo”, ésta vez dedicada al rock y al twist más primigenio.
El inicio de la velada se caracterizó por las baladas y los boleros que tanto sorprendieron por su inclusión en el primer disco. No faltaron el archiconocido “Bésame Mucho” o el “Toda una Vida” de Antonio Machín, salpicadas en todo momento con anécdotas de sus autores por la habitual verborrea que siempre caracteriza al inconfudible Jorge.
El inicio de la velada se caracterizó por las baladas y los boleros que tanto sorprendieron por su inclusión en el primer disco. No faltaron el archiconocido “Bésame Mucho” o el “Toda una Vida” de Antonio Machín, salpicadas en todo momento con anécdotas de sus autores por la habitual verborrea que siempre caracteriza al inconfudible Jorge.
De esa forma llegó el “Inútilmente” una composición original de Alfredo Núñez, a la que siguieron canciones de facturación propia como “Estrella Venenosa” y “Nuevo Rumbo”, que perfectamente podían haber funcionado si se hubieran compuesto hace cincuenta años.
Entre bromas acerca del traje de Martínez, ya que corría peligro de romperse al agacharse a por su copa, terminó la parte acústica del show acompañados por el Hammond y la mala leche que destilan las letras de “Miradla” y “Maleficio Antiguo”.
Tras esta parte más tranquila del show pudimos disfrutar de la fiesta que nos tenía preparado el hombre lobo astur. Empezando por la archi popular “Rascayú”, para después centrarse en los temas que dan vida a “El Guateque del Hombre lobo”, entre ellas su homenaje a los mineros de su tierra a través de la versión de José Guardiola, “Dieciséis Toneladas”.
La primera concesión al repertorio de Ilegales fue “La Fiesta” que por su carácter retro es de la que más pega dentro del repertorio del nuevo grupo.
Entre las nuevas composiciones de Jorge destacaron “1962” o “La niña Vudú” que casaban perfectamente con clásicos como “Despeinada” de Palito Ortega o “El Piloto” otra de la primera etapa de los Ilegales. No terminaron ahí las referencias al grupo madre y en el instrumental “Spaghetti & Tequila” se marcaron un guiño al polémico “¡Heil Hitler!”.
La parte final fue dedicada a las versiones de Rock & Roll en castellano, canciones que en su día fueron traducida para que las cantaran los míticos Enrique Guzmán o Miguel Ríos, así pudimos bailar clásicos imperecederos como “La Plaga” o “Popotitos”.
El concierto terminó con una versión de gran Elvis, “Trouble”, tras la cual no hubo posibilidad de disfrutar de bis alguno pues Jorge se bajó a la barra para tomarse una copa en compañía de sus seguidores y de paso hacerse fotos con su flamante traje nuevo.
Texto: Jorge Bravo Crespo “El Gurú”
Fotos: Iván González