Tras diez años de silencio vuelve Antonio Smash. El que fuera batería de la banda sevillana abanderada del rock progresivo en nuestro país, está de vuelta con un nuevo álbum bajo el brazo. Su título es “Balas de Amor”, un estupendo compedio de canciones rock de mirada heterodoxa que no tienen prejuicios a la hora de mezclar las guitarras cristalinas con ecos de clara raigambre latina, en pos de esa eterna búsqueda de la belleza que siempre ha caracterizado la carrera del músico andaluz.
Como no podía ser menos desde “El Giradiscos” no quisimos dejar pasar la oportunidad de ponernos en contacto con Antonio, para que nos hablara de todo lo relacionado con “Balas de Amor”, y ya de paso con el mayor de los respetos, ese que siempre se debe a las grandes figuras como él, obligarle a retrotraerse un poco más atrás en el tiempo, concretamente al período en que militó en Smash para lograr arrancarle un emocionado recuerdo.
Hace diez años que publicaste tu primer disco en solitario, “Jardín Secreto”, y ahora, hace tan solo unos meses, vio la luz “Balas de Amor”. ¿A qué has dedicado todo este tiempo?
Antonio: Diez años dan para mucho. A lo largo de todo este tiempo, a parte de hacer canciones, he tocado con la banda de directo defendiendo mi primer disco, “Jardín Secreto”. También he realizado algunos conciertos puntuales con Smash, al ser reclamado el grupo para tocar en directo a partir de la emisión del documental “Underground: La ciudad del Arco Iris” de Gervasio Iglesias. Recuerdo que tocamos en la presentación de dicho documental en el Teatro Central de Sevilla, también en la Bienal de Flamenco en Sevilla, o en festivales como el de blues de Torreperogil, el Extremusika (Extremadura), o el Abuela Rock. Por otro lado he colaborado en grabaciones para otros artistas como Kiko Veneno en su disco “El Hombre Invisible” tocando el vibráfono, metiendo baterías para Juan de Lola o con el músico sevillano Enrique Laborde. Actualmente estoy con la promoción de mi nuevo disco, “Balas de Amor”, y dando conciertos en teatros y salas con una formación de trío en acústico.
Un trabajo que como decimos ha sido cocinado a fuego lento a través del tiempo. ¿De qué manera fueron surgiendo las canciones que finalmente han dado vida al álbum?
Antonio: Las once canciones que conforman “Balas de Amor”, exceptuando “Adela”, que es una versión de una canción inédita de Mane, un músico amigo sevillano, y “Forever Walking”, canción que compuse estando en Smash y que he retomado haciéndole nuevos arreglos, fueron seleccionadas de entre una treintena compuestas a lo largo de los últimos años. Cada una surgió de manera diferente; la composición de la música en algunas de las canciones fue partiendo de una melodía inspirada que luego armonizo, desarrollo y estructuro, en otras fue a partir de una atmósfera sonora conseguida mediante una sucesión de acordes que me provocan añadir una melodía e incluso en algún otro caso partiendo de un ritmo.
¿Pertenecen todas al mismo período de tiempo?
Antonio: Se podrían decir que sí, excepto las dos ya mencionadas “Adela” y “Forever Walking”.
Es álbum que partiendo del rock no tiene ningún prejuicio a la hora de abrazar estilos cercanos a lo latino, como queda patente en cortes como “Cuadros” o “A Ritmo de Cha-cha-cha”, algo que nosotros ponemos en relación con esa búsqueda de la belleza que siempre ha caracterizado a tu música, por encima de estilos. ¿De dónde surge esa eterna necesidad de fundir músicas diversas?
Antonio: Al llevar tantos años haciendo, escuchando y tocando con diversidad de músicos, y no tener prejuicios a la hora de dejar que fluya cualquier tipo de música que me llegue al corazón, es lógico que esto suceda en mis canciones. Por otro lado también la música rock permite ser fusionada con otros muchos estilos.
Otra cosa que llama poderosamente la atención es el hecho de que hayas decidido dar un paso atrás en el apartado de las letras, casi todas ellas centradas en el amor, la soledad y hasta con algún amago de crítica social, confiando en la lírica que te brindan artistas del calado de Santiago Auserón, Pive Amador o Dogo. ¿A qué responde este hecho?
Antonio: No creo que sea un paso atrás, me gusta que haya colaboraciones y tengo la suerte de contar con este equipo de amigos autores dispuestos a trabajar conmigo. En mi forma de componer, la música es fuente de inspiración para las letras. Parto de una melodía para la voz que utilizo como instrumento, una vez armonizada dicha melodía la muestro al letrista. Se puede hacer al contrario, primero el texto y después musicarlo, pero la formula que sigo me da mucha libertad a la hora de hacer música. A los letristas con los que trabajo les gusta esa manera de colaborar conmigo, es decir dejando que la música que les presento los inspire para luego ceñirse a la métrica de esa melodía dada.
No sabemos hasta que punto te habrá sido complicado sentirse identificado con letras ajenas a ti mismo, aunque quizás en este caso la relación de amistad que sabemos mantienes con todos ellos hiciera más fácil todo el proceso. ¿Estamos en lo cierto?
Antonio: Con cada uno de los autores con los que trabajo me identifico en muchos aspectos, y a lo largo del proceso de creación en las letras mantenemos el contacto, se trata de conseguir un resultado redondo entre letra y música, una vez conseguido esto me es cómodo interpretarlas.
La producción del álbum recae totalmente en ti, de la misma forma que haces las veces de “multiinstrumentista”. ¿Sentías que quizás nadie podría haber sonar las canciones de la misma forma que lo hacían en tu cabeza?
Antonio: Hace tiempo que tenía ganas de grabar ejerciendo las diversas funciones que he realizado en este disco. Con “Jardín Secreto” rodé los temas con la banda de directo, para más tarde meternos en el estudio. Dirigí la grabación y tome parte en los arreglos de las canciones, lo disfruté mucho. En “Balas de Amor” ha sido diferente, después de mucho tiempo trabajando para otros artistas tocando diversos instrumentos, escribiendo arreglos o produciendo, sentí el deseo de hacer todo eso para mí y ver qué resultado conseguía. El proceso de trabajo en este disco ha sido más íntimo que con “Jardín Secreto”. Pasé tiempo con cada instrumento hasta conseguir el tratamiento adecuado para las canciones, a partir de ahí es cuando contacto con los músicos que han colaborado en el disco, teniendo claro qué es lo que quería de cada uno.
Debemos confesar que de entre todo el minutaje hay varios temas que nos ha parecido se elevan sobremanera por encima del resto. El primero de ellos es “Emily”, un rock “bastardo” ambientado en el San Francisco de 1968 con un trasfondo crítico. ¿Cómo nació un corte así?
Antonio: “Emily” surgió partiendo de una atmósfera sonora provocada por una sucesión de acordes dentro de un ritmo, y un clímax de notas mantenidas con los teclados dentro de la armonía. Esto sucedió trabajando un día cualquiera en mi estudio, buscando un ambiente sonoro sugerente, ese ambiente musical me inspiró construir la melodía, lo grabé y se lo mostré a Pive Amador pensando que le podría apetecer escribir una letra, y efectivamente fue así.
Tampoco pasa desapercibida “Ser Espacial”, sobre todo por la carga explícita de puro sentimiento y añoranza que desprende una letra que firmas a medias con Pedro Oliva. ¿Hasta qué punto es complicado en ciertos momentos cantar una letra de amor tan sincera y directa?
Antonio: Si te refieres al hecho de que no siempre se tiene el ánimo adecuado para realizar las cosas, te diré que una vez en el escenario, cuando vas a interpretar, todo adquiere otra dimensión y el carácter emocional de “Ser Espacial” me facilita entrar en situación.
También has decidido rescatar un clásico de Smash cómo “Forever Walking”, desvistiéndole de esa afán experimental que tenía el original para dar paso a una composición que apenas se sustenta en unas guitarra acústica y unas violas. ¿Por qué has decidido hacer esta relectura?
Antonio: “Forever Walking” es una canción, al igual que muchas de mi repertorio, que se presta a la interpretación en acústico, y el carácter clásico que se da en la melodía y la armonía me llevó a pensar en un arreglo de cuerda, en este caso para un dúo de violas, y así conseguir una versión de un ambiente distinto a la original con Smash.
Ya hemos citado con anterioridad el nombre de Santiago Auserón, personaje que se nos antoja como capital para que “Balas de Amor” esté en manos del gran público. ¿De dónde surge la relación con él?
Antonio: La relación que tengo con Santiago Auserón surgió hace tiempo. Él fue muy importante a la hora de grabar “Jardín Secreto”. En la gira que se celebró en 1993, que llevaba como nombre “Kiko Veneno y Juan Perro vienen dando el cante” y en la que iba como batería, recuerdo momentos vividos en las habitaciones de hoteles donde nos reuníamos después de los conciertos para pasar un rato divertido. Allí siempre había una guitarra, yo tocaba canciones que tenía almacenadas, algunas eran bocetos o ideas no acabadas, Santiago veía interesante lo que hacía y me animó a grabarlas, de hecho lo hice en su sello discográfico “La Huella Sonora”, e incluso se ofreció a colaborar en las letras. A mí me pareció fantástico que esa propuesta viniera de una persona de la categoría humana y artística de Santiago. A partir de ahí comencé a trabajar las canciones, monté la banda y se grabó “Jardín Secreto”. Desde entonces no hemos perdido el contacto. “Balas de Amor” es el segundo disco que saco con su sello.
Cualquiera que pare a echar un vistazo a tu biografía se dará cuenta de que siempre has estado rodeado de auténticos genios. Primero en tu militancia con los siempre añorados Smash, pioneros del rock progresivo en nuestro país, y después colaborando con figuras como Pata Negra, Lole y Manuel, e incluso colaborando con el sin par Silvio. ¿Supongo que al mirar atrás sentirás un gran orgullo?
Antonio: Sí, me siento orgulloso de haber crecido participando en tantos proyectos interesante con todos estos artistas.
De entre todos esos músicos. ¿A quién destacarías y por qué?
Antonio: Es difícil destacar a uno, puesto que citas cuatro ejemplos de relevante importancia por lo que han aportado y la indiscutible personalidad que se da en cada uno de ellos. De Smash destaco la capacidad creativa de los miembros del grupo. Recuerdo ensayando, como trabajábamos en equipo intercambiando ideas. La manera de componer de cada uno era distinta, por ejemplo canciones como “Scouting” de Julio, “Love Millionaire” de Henrik, “One Hopeless Whisper” de Gualberto o “Forever Walking” , son de estilos diferentes esto aportaba riqueza a la música que hacíamos. La forma de trabajar en equipo fue lo que hizo que el grupo tuviera el sonido que lo caracterizó. Más tarde con la entrada de Manuel Molina experimentamos en la fusión con el flamenco. Smash fue un grupo que abrió muchas puertas. De Pata Negra destaco la improvisación, el ingenio y la inspiración. De Lole y Manuel su delicadeza, la calidad y su exquisitez. Silvio, por su parte, era un artista por excelencia.
¿Queda algo más por decir de Silvio que no se haya dicho?
Antonio: Tengo muchas anécdotas vividas con él, que darían para escribir un libro o hacer una película.
Hace relativamente poco tiempo adquirimos el recopilatorio de “Rama Lama Music” que contiene todas las canciones que grabasteis Smash, al escucharlo volvimos a quedar asombrados por lo adelantado de vuestra propuesta. ¿Qué sientes al volver a escuchar hoy aquellas canciones?
Antonio: Alegría y satisfacción de haber tenido que ver con toda esa movida.
¿Qué recuerdas con más cariño de aquel período de tiempo tan libre para la creación musical?
Antonio: La pasión, la entrega con la que se hacían las cosas y la complicidad con el público en los conciertos.
Es sabido por todos que nuestro país es poco amigo de tratar con respeto a mitos de nuestra música como pueda ser tu caso, llegando a ningunearles, algo que no ocurre en países como Francia o Gran Bretaña. ¿Es complicado para los artistas de larga trayectoria abrirse paso en nuestro mercado musical?
Antonio: Sí que lo es, en este país para dedicarte a la música buscando expresarte de manera sincera y honesta, tienes que tener mucha vocación, y más en el terreno del rock, forma de expresión musical universal… aquí sigue habiendo reparos a la hora de aceptar eso, ya que al ser este un país tan tradicional y folclórico… el tipo de artistas que se sale de ese perfil interesa poco. Entonces, tienes que usar de tu propia iniciativa y de medios a tu alcance para que lo que haces camine. Por un lado está bien tener independencia para realizar y mover tu trabajo mediante lo que te ofrecen las nuevas tecnologías, como poder grabar sin tener que depender de una compañía de discos, la ayuda de Internet para mostrar o publicitar tu trabajo o encontrar un sello discográfico que distribuya ese trabajo ya hecho. No obstante te sigues encontrando con muchas dificultades que tienes que vencer. Yo me siento privilegiado de poder seguir haciendo la música que me gusta, a pesar de todas las dificultades.
Si te parece para terminar cuéntanos, ¿Qué planes de futuro manejas a corto y medio plazo?
Antonio: En estos momentos a parte de estar con la promoción de “Balas de Amor”, estoy trabajando en nuevas canciones para mi próximo disco.
Por: Javier González/ javi@elgiradiscos.com