Desde hace unos meses en los círculos underground capitalinos no deja escucharse con asiduidad el nombre de Pasajero, un proyecto de vida relativamente corta que está compuesto por una serie de jóvenes-veteranos del circuito musical madrileño como son Daniel Arias y Josechu Gómez (ex componentes de Zoo) a los que se han unido Eduardo Martín (Gizmo) y Edu R. Paynter (La Casa del Árbol), para conseguir en relativamente poco tiempo consolidarse como una de las propuestas más interesantes y de mayor calado dentro del panorama de nuestra ciudad. O al menos eso es lo que se desprende después de observar la respuesta del público en sus habitualmente repletas presentaciones en directo, algo que ya ocurrió hace unas semanas en recintos tan importantes como el Costello y la mítica Sala “El Sol”.
Días atrás la sorpresa llegó en formato “Ep” hasta el buzón de nuestra redacción. Ahí, de manera totalmente inesperada, encontramos un pequeño cartón de color gris y espartana presentación que contenía cuatro de las canciones registradas por Pasajero a finales del año 2011 en los estudios “El Lado Izquierdo” de Madrid bajo la producción de la propia banda, pero contando con la colaboración del siempre poco reconocido Manuel Cabezalí (Havalina, The Cabriolets, Anni B Sweet) en dichas labores. Además de hacerse rodear de otro buen puñado de amigos como Álex Ferreira, Nahúm García, Jorge García (Vetusta Morla) o Javier Couceiro, quienes también dejaron su impronta en la grabación introduciendo coros y percusiones en algunos de los temas.
Debemos confesar que el resultado de este trabajo de título homónimo al del grupo, “Pasajero”, es inmejorable. Cuatro canciones redondas y rotundas en las que con una instrumentación básica, alejada de cualquier atisbo de estridencia, logran que la suma de las partes prevalezca sobre cualquier protagonismo, elevando de esta forma el contenido global del minutaje hasta la exponencialidad.
Buena parte de culpa de este hecho la tiene el tratamiento dado a cada uno de las cortes en los que cabe destacar el tratamiento de las ambientaciones, repletas de crudeza y belleza a partes iguales, pero también de unos silencios, esos que tanto ama el maestro Cabezalí, quien podría haber firmado la autoría de la inicial “Perdóname”, ante los que es sencillamente imposible no caer rendido desde el instante inicial. Y eso a pesar de que las canciones incluidas en “Pasajero” solo mostrarán todo su esplendor a lo largo de sucesivas escuchas, algo digno de agradecer que es patente en composiciones como la desgarradora “Volverme a Preguntar” o la insuperable “Accidentes”.
Sin duda alguna nos vemos en la tesitura de poner una muy buena nota a los primeros bocetos en formato canción que nos ha regalado Pasajero, esperando expectantes un hipotético primer trabajo del que poco o nada ha trascendido, pero que mucho nos tememos será recibido con los brazos abiertos tanto por el público como por la crítica especializada.
Por: Javier González/javi@elgiradiscos.