Despacio, sin prisa, poco a poco. Cómo los amores más profundos, los que te van calando y ganando momento a momento hasta agarrarte por dentro bien fuerte. Leonor, Alejandro, Óscar y el resto de la banda fueron subiendo de intensidad y ganándose a un publico que si bien recibieron el principio del concierto del pasado viernes con cierta frialdad acabaron convirtiendo la cita en Madrid en una velada intensa y calurosa.
Repasaron un total de veintidós canciones mezclando temas de sus cinco álbumes de estudio aunque manteniendo como espina dorsal del repertorio los temas pertenecientes a “Un Día Extraordinario”. Al principio sobreponiéndose a problemas de sonido que impedían escuchar la voz de Leonor como merece, y tras las quejas del sector de público de las primeras filas solventaron el fallo, para como una bala a cámara lenta ir atravesando al público, que si bien no llenó La Riviera, poco les faltó.
Nerviosos se reconocieron al indicar que Madrid es una ciudad especial y que al igual que cuando se trata de recibir amigos en casa, querían ofrecer lo mejor de la mejor manera, cosa que les imponía y les ponía los nervios de punta. De menos a más fue el concierto a medida que mitigaban ese nerviosismo y crecieron ante la audiencia.
Versionaron a tres grandes como Fito Páez, Antonio Vega y Radio Futura (“Pétalo de Sal”, “El Sitio de Mi Recreo” y “Semilla Negra” respetivamente) invitaron a un Suso Saiz productor de su ultimo trabajo y que les sigue los pasos muy de cerca desde los comienzos de la banda, éste subió con su guitarra para no bajarse en toda la segunda mitad del concierto y ser uno más de la formación.
El trio, cada vez más numeroso sobre escena, demostró que son una banda como la copa de un pino. Realizaron un recorrido de canciones que refleja la evolución y maduración de la banda. Desde sus comienzos más jazz y blues hasta el presente castellano de raíces copleras. Deslumbrando por momentos al público, emocionando y contagiando su mensaje que optimista y alegre, no cae en la frivolidad, y conscientes de la dificultad del presente, hacen hincapié en la importancia de luchar con el pesimismo general manteniendo la sonrisa para vencer o sobrellevar el momento de crisis moral, económica e individual que atraviesa este bendito país. Quizá no esté en nuestra mano encontrar las grandes soluciones que necesitamos, pero sin duda podemos cambiar las pequeñas cosas que nos rodean y afectan día a día.
Texto: Aethos Papanikas
Fotos: Iván González