Hay veces, en el panorama nacional, que algún músico decide hacer lo que le da la gana. Eso es bueno por varias razones, porque siempre hay que hacer lo que a uno le de la gana, y por que en el arte de hacer canciones nadie habló de un patrón secreto escondido en los bolsillos de los que curran en las oficinas de management y que supuestamente son los salvadores de toda la industria de este país. Cuando un músico decide hacer lo que le apetece sin ningún tipo de prejuicios siempre aparecen las buenas sonrisas, si el músico tiene éxito, si en cambio se precipita a velocidades no conocidas hacia el asfalto, aparecerán los “este tío no tenía ni idea”, pero lo más chocante de todo es que nadie o casi nadie logra entender porqué ese músico hace lo que hace y porqué lo hace de esa manera.
Remate es un artista y los artistas se basan en su crítica para realizar su arte. No es fácil acercarse a sus discos (ocho ya, durante su extensa carrera de diez años, ya una vida entera en este país), son difíciles de primeras, duros, desconcertantes a la segunda escucha, pero absorbentes y comprensibles a la tercera. Que esto pase así, o por lo menos me haya pasado a mí en la ardua tarea de dulcificar mis oídos, no es nada malo, los discos no son de primeras escuchas, son de digestión lenta. (Anécdota: La primera vez que escuché el London Calling pensé que era una basura, obviamente me equivoqué…a la semana no podía dormir sin ese disco bajo mi almohada, de hecho lo tengo varias veces, vinilo, cd, cassette…)
“Una Araña a punto de comerse una Mosca” es su disco enteramente en castellano, con la narrativa más definida, más surreal y novelístico, fácilmente adquirible en su bandcamp y demás plataformas digitales, pero más difícil de conseguir físicamente, ya que sólo se pudo adquirir en el número de Abril de una revista musical. Es un disco muy emocional, grabado con gente muy cercana al músico, con amor, que se respira en todo el disco, y dando un paso en contra de la intelectualidad y aprovechándolo para lo emocional, menos cabeza y más corazón.
La maravillosa “Odisea de Fuego” es bellísima, cerca del pop que bien facturaban Esclarecidos y con la mejor ciencia ficción neoyorkina. La voz de Marina Gallardo es pieza fundamental en cada una de las canciones, las dotan de otra dimensión directamente, aunque veamos que canta igual que él, sin coros, sólo segundas voces, perfecto, así es…
“Shock” es mi favorita, tal vez por el toque folk, el cambio inesperado, armónicamente hablando, del comienzo de las estrofas, magistralmente resuelto. Y la letra es de diez “Me consideraba tan afortunado cuando especulaba con palíndromos y tazas de té / y que al despertar era otra persona y tú un monstruo y un fantasma era nuestro rehén”, la producción de diez. Grande. Un disco con siete canciones que aporta mucho más que muchos dobles. Música interesante para gente interesante. Remate está tan dentro de la industria como fuera, eso me atrae enormemente, ser la araña y también ser la mosca, depende del día y del momento.
Por R.