Guste o no es casi incontestable que el rock, y sus antecedentes directos (jazz, blues, etc...), encuentra su entorno más cómodo en las historias que surgen entre el humo, la nocturnidad, las derrotas o los efluvios alcohólicos. Una constatación a la que parece dar total credibilidad Luis del Roto, que con su disco debut “Yo fui el Asesino”, así lo atestigua.
Este joven músico, integrante de Los Incoherentes, no sólo estrena su carrera en solitario con este trabajo sino que también sirve como primeros pasos del sello discográfico El Cascanueces, surgido de las mentes de los partícipes de otros proyectos como la emisora de radio Estación Sonora o el estudio de grabación Bailén 37, lugar donde ha sido registrado principalmente este álbum.
Musicalmente estamos ante un disco que fija su mirada en el rock americano de raíces, clásico y sobrio, pero también interpretado con fuerza, con un sonido rugoso y donde el tono de voz de Luis del Roto suena profundo, crudo, perfecto reflejo tanto de la música como de las historias que se esconden entre los acordes. Todo ello es posible en parte a la acertada producción de Héctor Tuya (ex Babylon Chat), que aglutina todos estos aspectos de manera ordenada y consecuente, y la colaboración de músicos como Alfredo González, Miguel Herrero, Roberto Collado, Mike Vergara o Pablo Galiano, el que deja la impronta de su muy característico estilo.
Algunos de los momentos con sabor más clásico llegarán por parte de la influencia de Bob Dylan, y su fusión de folk y rock además de su forma de entonar, que se deja notar en canciones como “Empezar”, en la que a pesar de la nostalgia que desprende (sobre todo por el brillante trabajo de guitarras y teclados), reivindica una forma propia de vivir y soñar, o “Caso Cerrado”, en la que insiste en su particular visión filosófica. En ambas se apreciarán también gotas de Andrés Calamaro, obviamente de sus momentos más “dylanianos”. Este tipo de ambientación quedará completa con “Desfile de Locos”, que toma el camino de buscar una mayor majestuosidad, añadiendo así a las anteriores referencias la de Nacho Vegas, también por esa forma de frasear casi recitando.
“City Lights”, elogio o por lo menos aceptación de la vida nómada, es un oscuro rock mezclado con aires country, un estilo que toma mayor presencia en “El Quiz de la Cuestión”, una composición en la que el ritmo que propone recuerda a aquellos utilizados por Johnny Cash. El instante más potente del disco, en cuanto a la presencia de las guitarras se refiere, se vivirá con la rotunda y pesimista visión que escupe “Apesta”, guiada por un riff puro hard rock.
Blues acústico y tradicional es la forma elegida para “Cita con el Dr.”. Con la misma forma pero con un deje “tanguero” y por otra parte a Tom Waits, aparece la genial “Miss Integridad”, en la que ponen su voz Héctor Tuya y Pablo Galiano, creando un amplio abanico de tonalidades de lo más sugerente. El punto final, casi a modo de epílogo, llega con “Un Juego de Dos”, una mezcla de estilos con un ambiente cabaretero, festivo y canalla a la imagen y semejanza de Le Punk.
Luis del Roto debuta con un disco que se decanta por el rock americano tradicional presentado de una forma cruda tanto en lo musical como en las historias que trata. Un primer paso de gran calidad y, lo más importante, derrochando personalidad. Consideraciones que solo pueden hacer desear un nuevo capítulo de este “recién nacido” compositor madrileño.
Kepa Arbizu