Ayer se puso a la venta en las tiendas de toda
España “¡Menos Samba!” (Mushroom
Pillow), el álbum que hace las veces de número doce en la personal discografía
de Sr. Chinarro, el proyecto tras el que se esconde ese genio sevillano que
responde al nombre de Antonio Luque, y que llega apenas un año después de “Presidente”,
su irregular anterior entrega, en el que luces y sombras se sucedían sin
solución de continuidad.
Muchas son las cosas que resultan novedosas al
enfrentarnos a las nuevas composiciones de este veterano de nuestra escena;
entre las mismas podríamos resaltar la utilización de vientos, el acercamiento
a ciertos ritmos fronterizos, la aproximación a elementos sonoros de clara
raigambre sesentera, casi psicodélicos, o el uso de melodías de cariz
retro-futuristas, elementos sorprendentes todos ellos que sin embargo no hacen
desaparecer de su propuesta los rasgos costumbristas y el gusto por una forma
de hacer pop muy determinada, que a la larga ha logrado convertirle en uno de
los músicos más respetados dentro de la escena independiente de nuestro país.
Y es que “¡Menos Samba!” es un disco sorprendente
que contiene muchos elementos a desmenuzar. Algo que es patente desde la
inicial “La Plaga”, con un ritmo que bien podría hacernos pensar en la banda
sonora de ciertas películas de Berlanga, en la que el peso principal de la
melodía recae en los metales y donde a través de una letra de lo más crítica,
constante habitual a lo largo de todo el álbum sobre todo a partir de la
segunda mitad del mismo, no se deja títere con cabeza; tal y como queda claro
en otros cortes como “Tu Elixir”, donde cobran un inusitado protagonismo los
coros de Pablo Maronda, encargado de los mismos en más de la mitad de los temas,
“Hot Mothers”, un tema deudor del sonido sucio y saturado de The Pixies, o en
las muy actuales “Jaleo Real”, no hace falta decir a quien apunta, “Las
Habichuelas”, una acertada visión de aquellos que se limitan a poner la mano
para llevárselo muerto haciendo bueno el dicho de “Dame pan y llámame tonto”,
sustentada en un ritmo que podrían haber firmado los mismísimos Tigres del
Norte, y “Mr. España”.
En lo meramente musical, y más allá de las ya
citadas “La Plaga” y “Las Habichuelas”, a buen seguro que a los habituales
seguidores de Sr. Chinarro descolocaran canciones como “La Alcazaba”, con un
toque de pop-psicodélico y una temática que hacen pensar en el pop-rock
andaluz, quizás sea exagerado citar a Los Puntos y su “Llorando por la Alhambra”,
pero por ahí andan los tiros, además de contar con unos coros claramente
inspirados en el “Morrisong” de Ia-Batiste. También seguro que muchos fieles
arrugarán el gesto al escuchar en primera instancia “La Curva de la Felicidad”,
un texto repleto de sorna, sin duda alguna marca de la casa, pero al que muchos
consideramos digno heredero del espíritu Vainica Doble, a pesar de que Antonio
jamás se haya declarado seguidor del fenomenal dúo, la muy dylaniana “Dinero
(otra vez no)”, y ese amago de rumba eléctrica que es “La Iguana Mari”, donde
no podemos de pensar en grandes mitos de la rumba catalana como Gato Pérez,
Peret o Antonio González “El Pescailla”.
El tiempo de mirar atrás, hasta trabajos como “El
Fuego Amigo” o “El Mundo Según”, llega de la mano de cortes que se mueven entre
el sabio refranero, las escenas cotidianas, el costumbrismo, y en definitiva la
serie de rasgos propios que han hecho del andaluz uno de nuestros compositores
favoritos; nos estamos refiriendo a delicias como “Todo acerca del Cariño”, a
la memoria me viene “Del Montón”, “Brasilia” o “Medio Pollo”, quizás las que más
belleza formal encierran de toda la colección, “La Ley de Murphy” o “Santa
Bárbara (General Dynamics S.A.)”, geniales de principio a fin, e incluso la
introspección de “Todo para Mí”.
Fuera de categoría dejaremos tres cortes que poco o
nada aportan al minutaje, al menos en nuestra humilde opinión. Estamos hablando
de “La Aseguradora”, más por letra que por ritmo, “Los Años en Blanco”,
repetitiva y carente de la lucidez habitual de sus textos, y ese amago a mitad
de camino entre la nueva ola, el marxismo y lo científico, al más puro estilo
Aviador Dro aunque carente de la magia de las composiciones de éstos, que es “La Arenga de los Sindicatos Futurista”,
corte al que reconocemos no le faltarán adeptos, como ya es constatable en las
diversas redes sociales, pero que nos deja particularmente fríos.
Sin duda alguna “¡Menos Samba!” es un álbum producto
de los tiempos que nos ha tocado vivir, tanto en lo temático como en lo musical.
Muchos serían los adjetivos que podríamos utilizar a la hora de definirlo:
Convulso, abierto, arriesgado, valiente… aunque quizás el que mejor lo defina
sea libre. Sí, creo que es el término acertado. Puesto que Antonio Luque ha
decidido dar el valiente paso de editar un trabajo de diecinueve cortes,
producido brillantemente por el debutante Marc Greenwood, obligando al
hipotético oyente a una escucha pausada para desmenuzar toda la grandeza que el
álbum encierra, algo que no todos tendrían el valor de llevar a cabo.
Nuestra valoración personal es positiva, tanto en la
parcela continuista como en la parte más novedosa, podríamos decir experimental,
del mismo, salvo pequeñas excepciones ya comentadas. Si bien reconocemos que
una mayor mesura en el minutaje hubiera hecho brillar al disco en mayor medida,
pero aún así celebramos por encima de todo el afán de buscar nuevos cauces
expresivos de un artista que a día de hoy, tras más de una decena de álbumes a
su espalda, parece seguir buscando formas de reinventarse, sin por ello dejar
de lado sus grandiosas señas de identidad.
Por: Javier González / javi@elgiradiscos.com