Nuevo disco de los madrileños tras el buen resultado de su anterior "Vendaval" (Good Sounds 2009). De nuevo, vuelven a apostar de lleno para intentar hacerse un hueco en el complicado panorama musical de nuestro país. Crecen con cada disco, eso es innegable, una ascensión que les está llevado al lugar donde persiguen con toda su ilusión, y no es otra que la de estar jugando en la primera división de la música cantada en nuestro idioma.
Las primeras sensaciones al escuchar estas nuevas canciones, son las de un mayor acercamiento hacia el pop-rock, los medios tiempos, las baladas y melodías limpias, es decir, menos nervio guitarrero que en su disco predecesor. Su sonido cada vez va más orientado al estilo de grupos cómo Los Secretos o Quique González, en detrimento de sus influencias hacia el rock norteamericano. No obstante, aunque en su conjunto predomine el medio tiempo o la balada, sigue habiendo canciones enérgicas y directas como "Dividido", "Jamás" o "Sígueme Despacio", estas dos últimas con la inclusión de vientos a mitad de la canción, dándole así un mayor brillo y empaque a la estructura en este tipo de temas.
Buenas composiciones que harán las delicias de su público. Seguidores que poco a poco van añadiéndose con cada entrega a su causa, siendo cada vez más numerosos, y que a buen seguro corearán las letras de estas canciones en sus directos. Letras como la que abre y da título al disco, y otras bien facturadas como "Entre tú y yo" o "Skyline".
"Compás de Espera" ha contado con la producción e instrumentación de José Nortes, poniéndole especial cuidado y mimo a los arreglos en cada uno de los cortes y en el resultado final. También encontramos las colaboraciones de Miguel Ríos haciendo un dueto vocal en "Juego Sucio", y César Pop dejando su impronta en varios de los temas de éste disco, cómo "Ropa Nueva", "Blanco fácil" y aportando una composición propia, "Lo que queda". Además cabe señalar otras participaciones como la de Tony Brunet o la guitarra con el sonido característico de Ramón Arroyo en "Me estoy Vendiendo Mal".
Un nuevo paso hacia adelante para Txetxu y compañía, que con cada entrega continúan sumando y tratando de encontrar su propio sonido, un sonido que les identifique, un sonido Madison.
Por Alberto Vicente