“Tratamos de escribir sobre lo que nos
emociona y hace sentir algo. Sobre situaciones, lugares y sentimientos muy
reconocibles porque a todos nos ha pasado”
Hace tan solo unos días que tuvimos el placer de
reseñar para todos vosotros el que hasta ahora supone el último trabajo de
estudio dentro de la particular discografía de McEnroe. Un disco que lleva por
título “Las Orillas”, y en el que vuelven a demostrar, mediante una serie de
composiciones de pop cristalino repletas de belleza lírica y sentimientos, que
su propuesta es una de las más sinceras y de mayor calidad de cuantas circulan
por nuestro panorama musical.
Después de haber dedicado a su nuevo álbum infinidad
de escuchas, desde “El Giradiscos” no hemos perdido demasiado el tiempo
entrando en contacto, tan pronto como nos ha sido posible, con Ricardo Lezón,
guitarra y vocalista de la banda, para que nos hablara de todo lo relacionado
con “Las Orillas”; éstas fueron sus respuestas.
Han pasado tres años desde
que editarais “Tú Nunca Morirás”, un disco que os asentó definitivamente en el
panorama musical de nuestro país y al que ahora dais continuidad de la mano de
“Las Orillas”. ¿Cómo ha sido el proceso de gestación de éste nuevo álbum?
Ricardo: Las composiciones de “Las Orillas” son las
canciones que surgieron después de “Tú Nunca Morirás”. Tuvimos la oportunidad
de poder escaparnos un par de fines de semana al campo para ensayar y allí las
fuimos vistiendo. Cuando estuvieron listas buscamos un sitio en el que poder
aislarnos y encontramos los Estudio La Mina y a Raúl; le enviamos las maquetas
y a partir de ahí comenzamos a trabajar juntos. En Agosto bajamos a Sevilla y
lo grabamos.
Se trata de un trabajo que
sigue las coordenadas sonoras de su predecesor, pero que aporta un punto de
mayor luminosidad, al menos en el caso de algunos de los textos, y un mayor
peso de las ambientaciones. ¿Qué diferencias observáis entre ambos discos?
Ricardo: “Tú Nunca Morirás” es un disco que refleja un
instante concreto y duro y que está escrito e interpretado desde ese momento.
“Las Orillas” tiene su propia historia y esa historia es diferente. “Tu Nunca
Morirás” es una tormenta de arena, y “Las Orillas” es el desierto. Los dos discos tienen su luz, tal vez la de “Las
Orillas” es más brillante, pero también la había en el álbum anterior. No están
tan lejos.
No sé si esa mayor
presencia de las ambientaciones a la que hago referencia, vendrá motivada por
la inclusión en la banda del productor y músico francés Olivier Arson. ¿Cuál ha
sido el motivo de su entrada en McEnroe y qué creéis que ha aportado al sonido
de este trabajo?
Ricardo: Oli es nuestro amigo. Todo comenzó con una
colaboración para “Tu Nunca Morirás” que se fue alargando y que ha terminado en
asociación. Oli aporta matices nuevos, alfombras y envoltorios que nos gustan y
que enriquecen las canciones.
Otra peculiaridad del
álbum es el hecho de haber decidido cambiar de productor, en esta ocasión de la
misma se ha encargado Raúl Pérez, aunque la relación con Abel Hernández, encargado
de esa labor en “Tú Nunca Morirás”, sigue intacta. ¿Qué buscabais con el
cambio?
Ricardo: “Tu Nunca Morirás” fue la búsqueda de un camino para
llegar a un lugar. Conseguimos llegar a ese lugar y durante el camino
aprendimos muchísimas cosas. Ahora queríamos utilizar todo lo que aprendimos
entonces para llegar a otro lugar. Abel ha sido importantísimo para McEnroe y
lo seguirá siendo. Queríamos que “Las Orillas” fuese un disco muy de banda,
participar todos de todo. Raúl ha sabido entender y dirigir todo ésto a la
perfección.
Es curioso pero
personalmente he tenido la percepción de que a pesar de las diferencias,
patentes, y de los diversos cambios, en el caso de “Tú Nunca Morirás” y “Las
Orillas” podríamos estar hablando de un disco dividido en dos partes o etapas,
por lo que tiene de homogéneo. ¿Estáis de acuerdo con la afirmación?
Ricardo: Si te refieres a “Tú Nunca Morirás” y “Las Orillas”,
como un solo disco en dos partes te diría que “Las Orillas” es la consecuencia
de “Tú Nunca Morirás”, y que los dos discos hablan de las mismas cosas, pero
desde diferentes sitios.
Aunque también es cierto
que se incluyen ciertas características que personalmente me han parecido
novedosas; en primer lugar esa distorsión inicial que incluís en “La Palma”,
que nos hace pensar en bandas como Red House Painters, o el cierre experimental
con “París, Encore” y por otro lado, como comentábamos antes, una pequeña luz
de esperanza y hasta de alegría en textos como “Las Mareas” y “Mundaka”. ¿A qué
responde este pequeño viraje sonoro y lírico?
Ricardo: Este es un disco que busca la naturalidad y la
sencillez. Es un disco que refleja perfectamente nuestro estado durante la
grabación; serenos e ilusionados. Empieza hablando alto y acaba hablando en
bajo, pero el tono general del disco es la calma. En cuanto a las letras hemos
tratado de contar las cosas no desde un punto tan personal sino haciéndolo de
forma mas abierta. Son canciones que hablan de las pequeñas cosas grandes.
Un pequeño viraje que como
decimos no hace que de vuestra propuesta desaparezca una bella melancolía, el
gusto por la cadencia lenta y por reflejar los sentimientos, propios y ajenos, que a todos nos atañen. La
que es sin lugar a dudas vuestra principal característica. ¿De dónde surgen
unos textos tan personales?
Ricardo: Tratamos de escribir sobre lo que nos emociona y
hace sentir algo. Sobre situaciones, lugares y sentimientos muy reconocibles
porque a todos nos ha pasado. Lo hacemos como sabemos. Son momentos que hemos
vivido y que queremos sacar fuera.
Por cierto, jamás pensé
poder escuchar de tus labios una expresión como “Ya no temo a las mareas que
vienen y van, ahora me tumbo en tus piernas a verlas bailar”, en el sentido de
que creo que es de lo más “luminoso” que he oído en mucho tiempo. Me parece una
estrofa cargada de amor y belleza, digna de un tipo con mucho talento. ¿Sois
realmente conscientes de la capacidad de emocionar que tienen muchos de
vuestros textos?
Ricardo: Creo que la razón es la que te comentaba antes,
todos nos podemos reconocer en esa situación. El momento en que te sientes
bien, seguro y sin miedo junto a alguien o algo. El momento en que sientes lo
que sabes que puedes llegar a sentir.
Una cosa que me ha llamado
la atención siempre de McEnroe ha sido la inmediatez de la que gozan algunas de
sus canciones. No están hechas para colarse en primeras escuchas, pero siempre
en vuestros discos conseguís incluir cortes que entran enseguida. De este disco
destacaría “Vistahermosa”, “La Cara Noroeste” y “Las Mareas” o “Mundaka”.
¿Curioso, no?
Ricardo: Hay muchas maneras de que una canción entre; una
melodía, una frase o una guitarra. Nunca se sabe que canción es la que va a
llegar antes. Eso es lo bonito. A veces hablamos sobre que canción creemos que
va a ser la que más guste y siempre nos hemos equivocado.
Los referentes que manejáis
a la hora elaborar las composiciones parecen claros. Además tampoco os importa
demasiado incluir pequeñas referencias a los mismos en vuestras canciones, lo
habéis hecho con algunos como The Smiths, El Pecho de Andy o Sr. Chinarro.
Ricardo: Nos gusta nombrar las cosas, grupos, personas o
lugares que nos recuerdan a momentos. Cuando recordamos el “Agosto del 94”, oímos
a Echo and The Bunnymen y a Jesus and Mary Chain y eso que oímos es parte muy
importante de ese recuerdo.
En una ocasión dejaste un
comentario en nuestra web que nos pareció muy interesante. Ahora te devuelvo el
mismo en forma de pregunta. ¿Cómo de necesario es el silencio para poder
disfrutar de las canciones de McEnroe en todo su esplendor?
Ricardo: Para nosotros todo cambia cuando quién nos escucha
lo hace con atención e interés y creo que pasa lo mismo al revés.