Lo comentaba con un amigo unos días antes del concierto, “Probablemente Nada Surf sea el grupo de nuestras vidas”, y tiene razón. Siempre dentro de nuestro círculo han sido de las formaciones que más hemos seguido. Desde que llegó a nuestra manos su debut “High/ Low” en 1996. Mucho ha llovido y de aquellos primeros conciertos en salas de menor aforo como Caracol o Moby Dick, por fin después de más de 15 años de carrera se han atrevido con un recinto de mucho mayor capacidad, como es La Riviera, en la que si bien no era la primera vez que actuaban, si era su bautismo
como cabeza de cartel.
como cabeza de cartel.
El grupo neoyorkino formado por Mathew Caws, Daniel Lorca e Ira Elliot esta vez contaban con dos buenos refuerzos: Martin Wenk (Calexico) y Doug Gillard (Guided by Voices), que potencian de manera notable el directo de la banda que llegaba a nuestras tierras para presentar el nuevo disco “The Stars are indifferent to Astronomy”.
Abrieron fuego con la potente “Clear Eye Clouded Mind” y ese presumible hit que es “Waiting for Something”. Un emocionado Daniel Lorca, madrileño de nacimiento, dedicó a la ciudad el tema “Happy Kid”. La felicidad se reflejaba en su rostro, llenar La Riviera está al alcance de muy pocos y ellos lo consiguieron en la noche del sábado.
Abrieron fuego con la potente “Clear Eye Clouded Mind” y ese presumible hit que es “Waiting for Something”. Un emocionado Daniel Lorca, madrileño de nacimiento, dedicó a la ciudad el tema “Happy Kid”. La felicidad se reflejaba en su rostro, llenar La Riviera está al alcance de muy pocos y ellos lo consiguieron en la noche del sábado.
El concierto sonó razonablemente bien en un espacio en el que eso no siempre es posible, y así pudimos disfrutar tanto de la melancolía y dulzura de la voz de Mathew, como de los matices que aportaron Martin con la trompeta, los teclados o el theremin y Doug con sus solos de guitarra precisos y sin alardes.
Realizaron un total de 21 temas que supieron a poco. No en vano se trata de un grupo que acumula tantas canciones imprescindibles que tendrían que tocar durante tres horas para saciar a sus seguidores. No faltaron temas míticos como la oscura “Killian´s Red” o la sensacional “80 Windows” que fue recibida con aplausos por un público entusiasta y al que los arreglos de trompeta que introdujo Martin Wenk gustaron especialmente. El bestia de Ira Elliot también tuvo su momento de lucimiento a la batería, especialmente en los temas “The Way You Wear You Head” y “Hi-Speed Soul”, en los que demostró porque lleva treinta años a las baquetas (Ira debutó siendo muy joven en los Fuzztones).
Sin duda de los mejores momentos de la noche fue la maravillosa versión que haicieron del grupo albaceteño Mercromina “Evolución”, cantada en un esforzado castellano por Mathew. El himno “See These Bones” de probablemente su mejor disco “Lucky”, sirvió para terminar la primera parte del concierto por todo lo alto.
En los bises la delicada “Blonde on Blonde”, trajo la melancolía de caminar por New York con el mítico disco de Bob Dylan de fondo. Para terminar con “Always Love” y uno de los cortes más potentes de su último disco “Looking Trought”, tras el cual, la banda fue obligada a salir de nuevo a escena para sorprendentemente tocar la canción que los puso en el panorama en el 96 “Popular”. La fiesta terminó con la habitual “Blankest Year” que invitaba a seguir con la fiesta en una maravillosa noche de sábado donde Nada Surf triunfaron en casa.
En los bises la delicada “Blonde on Blonde”, trajo la melancolía de caminar por New York con el mítico disco de Bob Dylan de fondo. Para terminar con “Always Love” y uno de los cortes más potentes de su último disco “Looking Trought”, tras el cual, la banda fue obligada a salir de nuevo a escena para sorprendentemente tocar la canción que los puso en el panorama en el 96 “Popular”. La fiesta terminó con la habitual “Blankest Year” que invitaba a seguir con la fiesta en una maravillosa noche de sábado donde Nada Surf triunfaron en casa.
Texto y Fotos: Jorge Bravo Crespo “El Gurú”