Cierra los ojos e imagina un mundo no muy lejano en
el que las generaciones más jóvenes tengan como ídolos a artistas
prefabricados, carentes de todo gusto e interés, y cuya única pretensión sea salir
guapos en las fotos, sin importarles absolutamente nada el contenido de sus
canciones y el defender una carrera discográfica mínimamente digna. Ahora abre
los ojos, observa a tu alrededor, y dime si no crees que ese mundo se muestra
ya a diario ante nosotros; si eres de los que no está de acuerdo con esa
afirmación, tranquilo, no tardarás en darme la razón.
Llegará, para nuestra desgracia, y lo hará de la
mano de los más poderosos, de las grandes empresas, de los políticos, y en
definitiva de todos aquellos que buscan adoctrinarnos y aborregarnos, de los
que nos desean controlar como siempre lo han intentado hacer, desde la noche de
los tiempos.
Suerte que en algún punto del camino, desde las
catacumbas, un riff de guitarra supo hacernos entender, a ti y a mí, que ya
somos perros viejos en ésto, la necesidad de mostrarnos altivos y rebeldes
frente a la imposición y la tiranía que se avecinaba; y es desde esas mismas
catacumbas, las que claman contra el crimen que se está perpetrando hacia las
nuevas generaciones; aquellas a las que se pretende alejar de por vida de la
música rock, condenada por mandato imperativo en la televisión, expulsada de la
radio, salvo honrosas excepciones, y cada vez más perseguida en el ámbito del
directo, a través de leyes y más leyes que solamente pretenden prohibir, de
donde surge un remedio basado en la inteligencia y en la sinceridad que intenta,
y a buen seguro logrará, atraer hacía el camino del rock a todos los niños, y
no tan niños, que quieran dejarse atrapar por una pasión tan sana como
venenosa.
Sobre un texto de Eduardo Izquierdo y Alfred Crespo,
y acompañado de las ilustraciones de Jordi del Río, nos llega “La pequeña
historia de Roc” (66 rpm Ediciones), una curiosa iniciativa en forma de libro
que pretende acercar el mundo de la música y de la cultura pop-rock a los más
pequeños, en una labor que en primera instancia debemos calificar de muy
necesaria, como medio para intentar combatir una persecución cada vez más
letal, y que desde una perspectiva claramente docente pretende explicar al
público juvenil, de una manera sencilla y concisa, la historia de cinco de los
nombres más importantes que haya dado jamás la música contemporánea, como son los de
Elvis Presley, los Beatles, los Rolling Stones, los Ramones y Bruce
Springsteen.
A través de un argumento sencillo pero efectivo,
valido para mayores y pequeños, como es contar la historia de Roc, un niño
solitario que disfruta acudiendo cada día a la tienda que regenta su padre con
la simple intención de escuchar sus discos favoritos, siempre clásicos y en
formato vinilo, y cuya mayor diversión es escuchar las historias que su
progenitor le cuenta acerca de todo lo relacionado con el mundo musical. Hasta
que un buen día las tornas cambian y ante la sorprendente visita de otro
compañero de colegio, Tocho, el chico malo al que todos temen, que se pasará
por el establecimiento para acompañar a su padre, el señor Livingstone,
habitual comprador de la misma, se verá ejerciendo las veces de tutor de su
“nuevo amigo”, logrando inocular el gusto desmedido por el Rock and Roll en él.
Será a partir de este momento en el que de forma
breve éstos simpáticos personajes desentrañarán parte de la carrera musical de
algunos de los nombres más importantes de la historia del rock, con la llaneza
y simpleza con la que solamente pueden hacerlo unos niños, pero aportando datos
clave en la biografía de los mismos que dejarán a más de uno sorprendido;
contando además con la “lujosa compañía” de los sabios consejos del señor
Balada, padre de Roc, quien al final de cada capítulo interviene para
recomendar algunas canciones de los artistas citados, en una labor harto
complicada pero repleta de mérito, que a buen seguro ayudará a los lectores más
benjamines del texto a aficionarse a las grandes composiciones que acaba por
descubrirnos.
Si a todo lo ya citado le añadimos la calidad y
coherencia de las ilustraciones, es impresionante ver como se han retratado a
escala muchas de las portadas más míticas de la historia, y la ya comentada
labor de resistencia frente a lo que el sistema impone, en un romántico intento
de ganar para nuestra causa, la del Rock and Roll, a las jóvenes generaciones,
las cuales corren el serio riesgo de perder una pasión que muchos entendemos
como forma de vida.
Creo poder afirmar que nosotros, seamos padres o no,
estamos en la obligación de apoyar, ya sea comprando o divulgando, una
iniciativa como ésta, tan necesaria como atractiva. De momento sus autores han
anunciado que “La Pequeña historia de Roc” tendrá continuidad, en una segunda
obra en la que darán cabida a nuevos nombres, puesto que muchos han sido los
que no han aparecido o son citado simplemente de pasada; nosotros por nuestra
parte estaremos aquí a la espera, en la trinchera, para seguir informando.
Por: Javier González / javi@elgiradiscos.com