"Confesiones de un artista de mierda" ha sido el último trabajo de Iván Ferreiro. Un trabajo, donde ha recogido gran parte de las canciones que han marcado su carrera (ya fuera en su etapa de Piratas o en su proyecto en solitario). Sin embargo, más allá de crear un recopilatorio al uso, ha querido grabar nuevamente los temas con el objetivo de obtener un retrato actual de quién es. Aspecto que posiblemente se han planteado todos aquellos que se han acercado a escuchar el mismo y que han seguido su evolución musical en los últimos veinte años.
Sin embargo, una vez que analizamos el mismo, así como el resto de discos, directos y reflexiones de este capital artista gallego. Sólo queda agrupar todas aquellas cuestiones que han quedado sin respuesta y tratar de alguna manera de acceder a ellas, pues sólamente Iván Ferreiro las conoce.
Por este motivo, concertamos una entrevista con él, en la cual nos encontramos a un Iván Ferreiro sencillo y abierto que no esquivó ninguna cuestión; por el contrario, se mostró abierto a hablar de todo lo que habíamos preparado. Fue una entrevista natural, una sucesión de comentarios no forzados, donde Iván se introducía tanto en las respuestas, como lo hace en muchas de sus canciones y donde se mostró tan cercano como en muchas de sus actuaciones.
A continuación os dejamos con la entrevista, esperando que disfrutéis tanto de ella, como nosotros lo hemos hecho realizándola.
Sin embargo, una vez que analizamos el mismo, así como el resto de discos, directos y reflexiones de este capital artista gallego. Sólo queda agrupar todas aquellas cuestiones que han quedado sin respuesta y tratar de alguna manera de acceder a ellas, pues sólamente Iván Ferreiro las conoce.
Por este motivo, concertamos una entrevista con él, en la cual nos encontramos a un Iván Ferreiro sencillo y abierto que no esquivó ninguna cuestión; por el contrario, se mostró abierto a hablar de todo lo que habíamos preparado. Fue una entrevista natural, una sucesión de comentarios no forzados, donde Iván se introducía tanto en las respuestas, como lo hace en muchas de sus canciones y donde se mostró tan cercano como en muchas de sus actuaciones.
A continuación os dejamos con la entrevista, esperando que disfrutéis tanto de ella, como nosotros lo hemos hecho realizándola.
¿Por qué definirte como “Un
artista de mierda”?
Pues porque es realmente como me
veo. No me considero para nada un artista y en caso de ser uno, creo que estoy
en la parte baja. Es por ello que he escogido esa definición.
¿Qué has querido confesar con este último trabajo?
El juego está en que al final no
confieso nada. He sido bastante desvergonzado toda mi vida, así que no creo que
me haya llegado la hora de contar mis pecados.
Ciertamente, escuchando tus canciones y analizando tu carrera, da la impresión que has hecho lo que te ha dado la gana.
(Risas) En realidad, no es que
haya hecho siempre lo que me haya dado la gana, pero sí que lo ha parecido
y quizás eso es más importante, que parezca a que sea (risas). Aunque, ahora ya hablando en serio, no me puedo quejar, porque casi siempre he podido tomar las decisiones verdaderamente importantes.
En la gira en la que estás embarcado compaginas conciertos
con banda y conciertos donde te enfrentas tu sólo al público con ayuda del
teclado ¿En cuáles te estás encontrando más cómodo?
Pues la verdad es que me gustan
todos, parece un tópico, pero es verdad. Supongo que lo ideal es el cambio de
formato, cada concierto tiene una situación distinta. Estoy disfrutando mucho
de ello, tenía ganas: banda, acústico...
¿Qué te está sorprendiendo?
Siempre te sorprenden los
conciertos. Nunca había estado yo por ahí solo, así que esa es la parte que más
cosas me está enseñando. Estar solo frente al público te ofrece muchas
sensaciones nuevas y esa parte la estoy gozando mucho.
La gira incluso ye ha llevado a París recientemente ¿Qué tal esos
conciertos?
París muy bien, estuvimos en
familia básicamente, casi todos españoles y muy divertido. Tenía muchas ganas
de hacer algo así.
Si miramos tu carrera en solitario, encontramos "Canciones para el tiempo y la distancia" (2005), "Las siete y media" (2006), "Mentiroso, Mentiroso" (2008), "Picnic Extraterrestre" (2010), cuatro
discos personales seguidos ahora de una retrospectiva de tu obra ¿Crees que
ha finalizado una etapa y estás en el proceso de comenzar otra?
Yo creo que más que retrospectiva
“Confesiones de un artista de mierda” es un retrato actual de quien soy. De
lo que soy ahora, más de que lo que fui. Mi idea es que durante esta etapa en solitario he
estado mostrando quien soy yo y con este último disco me reafirmo. Yo soy mis
discos en solitario y mis discos con Piratas. Soy muchas cosas que trato de definir: cómo concibo las canciones, cómo compongo, cómo me planteo mi carrera…
También creo, que los puntos de inflexión y las revisiones de uno
mismo tienen mucho que ver con tu momento vital y en mi caso me ha llevado a este último disco.
¿Qué te motiva a la hora de seguir componiendo?
Pues que me gusta mucho mi
trabajo. Disfruto un montón. Escribir no es algo que deba hacer, es algo que me
sale porque sí. Siempre hay nuevas historias y siempre es necesario escribir
sobre ellas. Soy consciente de que quizás en algún momento dejarán de ser
interesantes para todo el público, pero en realidad siempre escribo para mí, es
una necesidad y siempre tengo ganas de compartir mis pensamientos para todos
aquellos que quieran escucharlos.
¿Existe algún tema del que siempre has querido escribir, pero nunca has
encontrado las palabras necesarias?
Afortunadamente casi siempre
encuentro las palabras, ya sea de una manera u otra. Quizás lo que sí me falta o me cuesta es sacar un disco 100% alegre. Eso sí es algo que me gustaría conseguir. Algo que vaya siempre para arriba.
Ese es el reto más complicado, porque las canciones alegres siempre cuestan más.
Si analizamos tu figura artística, dos rasgos inconfundibles de Iván
Ferreiro son su voz y su gestualidad escénica. ¿Cómo vives tus actuaciones
desde el escenario?
Cantar es un acto del cuerpo. Es
un acto físico y un sitio mental. Con el paso de los años he ido
aprendiendo a cantar, a conocerme mejor y a utilizar mi voz como un instrumento más. Pero claro está, que no soy el mejor cantante del mundo y que
no doy todas las notas bien.
¿Quizás tampoco lo persigues?
En efecto. Me centro más en una
manera de expresarme, que en hacerlo perfecto completamente. Lo importante es el mensaje.
Ahora me preocupo menos. Mi proceso es muy diferente al que la gente puede
pensar. Con los años he aprendido a defenderme de las situaciones en directo.
Yo creo que a la hora de cantar me gusta que la voz vaya sola, que juegue y
vaya donde le de la gana. Hay que aprender, para desaprender y luego volver a
aprender, pero todo a tu manera.
Es algo así, como lo que podemos encontrar en “Mi Munchausen” ¿no?
Si, la voz va un poco dónde le da
la gana y quizás el directo es lo que te marca. Hay que tirarse a la piscina y
realizar una secuencia de la manera que la sientas. Cuanto menos lo piensas, más
lo sientes y más auténtico es. Y yo sobre todo en el escenario me entrego, no
pienso en hacer las cosas a medias. O lo haces o no lo haces. No es algo en lo que
tengas rueda y lo puedas modular. Lo veo más como un interruptor, o haces clic
o no.
A lo largo de los años tus letras han madurado, al igual que tú y tus “fieles”,
pero ahora muestras una crítica mayor, rozando lo extremo, tocando donde duele
(Fahrenheit 451, Cabaret…) ¿Crees en la música como un
instrumento de crítica y cambio social?
Sí, yo creo que a medida que uno
va haciendo canciones y las hace de forma personal, tienen que ir hacia algún
lugar, algo que la gente comparta. Además, mi trayectoria me ha ofrecido un
pequeño hueco y trato de ser responsable con ese espacio. Contar las cosas como
las voy viendo. Tal vez lo que tenga ahora,es que me expreso de forma más
abierta, pero creo que me defino más por decir cosas crudas con palabras cariñosas.
Trato de jugar con todo lo que me da el idioma
Hace poco has sobrepasado las dos décadas en los escenarios ¿Te ves con
otros 20 años metido en esto?
Por supuesto, yo aquí hasta que
me echen.
Si seguimos mirando al pasado, el año pasado fue el 20º aniversario de la creación de Piratas y el año que viene será el 20º aniversario de vuestro primer disco, el directo homónimo “Los Piratas” ¿Podremos ver algún día a la formación original subida de nuevo a los escenarios? ¿Qué porcentaje de probabilidad existe?
Pues creo que un 0%. No creo que
tenga ningún sentido. Entiendo que los fans lo reclamen, es una petición
habitual. Pero también creo que volver tendría que ver con las ganas y la empatía, y yo ahora
mismo no tengo ganas de subir al escenario de nuevo con el grupo. No por nada en
concreto. Ya tuve esa etapa. Es algo como querer volver con tu exmujer. La
quieres, la echas de menos, pero se acabó y eso significa que ya no funcionaba.
Ahora me encuentro cómodo en mi posición en solitario. No sería capaz. Si no
pudo ser y lo dejamos, es que no pudo ser y lo dejamos. Si es que ella era una
puta y me ponía los cuernos o yo era un cabrón y la ponía los cuernos… son
cosas que demuestran que eso ya no podía mantenerse. No soy muy dado a la
melancolía, así que no tengo esa necesidad. Me encantaron los momentos que
pasamos, los recuerdo con muchísimo cariño y belleza, pero también recuerdo
porqué se acabaron las cosas.
Pues me afectó más en la esfera
personal que en la musical. Mi vida personal ha sido siempre la que ha marcado mi carrera, todo lo que
tenía que hacer en cada momento y en ese momento, muchas situaciones se conjuntaron para indicar que era el final de Piratas.
Quizás toda el debate generado se deba a que fue algo difícil de digerir por vuestros seguidores
Es verdad, al público le llegan
las canciones, pero un grupo son muchas cosas. Hicimos lo que queríamos hacer y
esa etapa fue realmente importante para todos nosotros. Pero las cosas
cambiaron, de hecho no creo que Fon
(Román) tuviera muchas ganas de seguir adelante después de cómo estaba
todo. Pero fue muy natural, nos fuimos bifurcando poco a poco. Empezamos a
buscar cosas diferentes.
Quizás es algo que se puede ver en vuestras carreras en solitario, ofrecéis
productos diferentes. Fon Román por ejemplo, ha logrado encontrar un gran espacio de expresión,
logrando un buen resultado por su cuenta.
Si claro, Fon y yo buscamos cosas diferentes, no hubiéramos encontrado un
acuerdo. No creo que con cuarenta años él o yo hubiéramos tenido que dejar de
sacar canciones que de verdad sentimos y queremos. Fon es un fenómeno, canta muy bien y sigue experimentando. Creo que
hay espacio de sobra para los dos. Fon tiene un recorrido muy largo y supongo que querrá desarrollarlo y
disfrutar con ello.
Hace poco dijiste en tu nuevo blog que “la única canción que existe, somos nosotros mismos”, que la manera de entender la música depende
de nuestro estado de ánimo ¿cuál es tu estado de ánimo
actual?
Pues estoy bastante contento. Mi
estado actual es de felicidad. Estoy
disfrutando mucho de mi casa, estoy haciendo canciones nuevas, estamos Amaro
(Ferreiro) y yo componiendo a buen ritmo, disfruto de mis hijos, mis padres...
Además hay conciertos, estoy tocando un montón, lo cual me encanta.
¿Cuáles son los últimos discos que han caído en tus manos?
Pues tengo muchas cosas, tengo ahí
el nuevo de L’Altra “Telepathic”, me
he comprado el último de Maga, tengo
ganas de escuchar el del Mikel Erentxun,
me gusta mucho el de Zahara (“La
pareja tóxica”)…
Y ahora ¿cuál es el siguiente paso?
Pues disco. Un nuevo disco,
siempre es así. Además, como te he comentado tengo ahí temas nuevos, así que
será disco.
Texto y Fotos: Rubén López