Gran expectación la que se podía observar el pasado viernes en el Palacio de los Deportes. No en vano el cartel era uno de los mejores que se podrían haber ideado para los amantes del pop-rock independiente, puesto que contaba con dos de las grandes sensaciones de los últimos años. Como todo el mundo sabe nos estamos refiriendo a los ingleses Artic Monkeys y su telonero que era, ni mas ni menos, Miles Kane, compañero de Alex Turner en The Last Shadow Puppets, quien debutara el año pasado con un esplendido álbum, “Colour Of the Trap” que le granjeó el respeto unánime de crítica y público.
Lo cierto es que no defraudo el artista británico derrochando calidad y fuerza en el escenario al contrario de lo que suele ser habitual en los grupos teloneros. Miles gozó de decibelios y buen sonido, lo que unido a la simpatía y cercanía que nos mostró hizo muy divertidos los casi cuarenta minutos que estuvo sobre el escenario donde la base fundamental de su directo fueron las canciones que las tiene muchas y muy buenas.
Interpretó casi al completo su primer largo donde temas como “Rearrage”, ”Kingcrawler” o “Quicksand” sonaron de fabula, teniendo incluso tiempo para el estreno de una canción nueva que nos pareció tremenda. Un concierto agradecido el suyo que hace pensar a mucha gente que lo que le pertenece a Kane de aquí a no mucho tiempo es estar llenando grandes recintos, mimbres tiene para ello.
A tenor de lo visto no lo tenían fácil los de Sheffield para superar a su buen amigo, pero nos encontramos con un Alex Turner dispuesto a dar un paso al frente para mostrar quienes eran los artistas principales, chulesco, arrogante, y seguro de sí mismo, una imagen a la que contribuía sobremanera su cambio de imagen (el pelo largo a dado paso al tupe y a la cazadora de cuero ceñida), y sobre todo unos temas ganadores que siempre ponen patas arriba al respetable.
Empezaron fuerte y a las primeras de cambio ya sacaron sus ases en la manga “Teddy Picker” y “Crying Lightning”, que siendo uno de sus mejores temas quizás sonó demasiado pronto, fueron sus apuestas.
Tras “Brainstorm”, Alex invitó a la euforia colectiva encadenando los dos temas que los encumbraron las brutales “The View from the Afternoon” y “I Bet you look Good on the Dancefloor” a lo que el público que se dio cita en palacio respondió bailando y saltando como si les fuera la vida en ello.
Pocas sorpresas más hubo en el set list, tan solo cabe reseñar la aparición de la cara B “Evil Twin” y la interpretación, como era de esperar, de hasta siete cortes más de su último disco.
Con la sublime “When the Sun goes Down” en la que sobresalió por encima del resto un inmenso Matt Helders a la batería, se despidieron momentáneamente. En los bises llegó el turno de la canción titular de su último disco “Suck it and See”, “Fluorescent Adolescent” y el corte que sirvió de epílogo a una fenomenal velada “505”, en la que contaron a la guitarra con Miles Kane, dejando con un muy buen sabor de boca a las 15.000 personas que abarrotaban el mítico recinto madrileño.
Una velada de tan solo hora y media de duración que ejemplifica a las mil maravillas el dicho de “lo bueno, si breve, dos veces bueno”. Eso al menos parecía leerse en las sonrisas y caras de satisfacción de todos los que disfrutaran de tan magnífica noche.
Texto y fotos: Jorge Bravo Crespo “El Gurú”