“Queríamos captar toda la energía, el calor, la brutalidad e inmediatez de un grupo que está ensayando”
El miércoles pasado tuvimos la oportunidad de mantener una charla de lo más animada con Miguel Rivera, guitarra y vocalista de la banda sevillana Maga. El motivo de tal encuentro no era otro que hablar de todo lo bueno que encierra el que hasta el momento representa su último álbum de estudio el recientemente publicado, “Satie contra Godzilla”.
El miércoles pasado tuvimos la oportunidad de mantener una charla de lo más animada con Miguel Rivera, guitarra y vocalista de la banda sevillana Maga. El motivo de tal encuentro no era otro que hablar de todo lo bueno que encierra el que hasta el momento representa su último álbum de estudio el recientemente publicado, “Satie contra Godzilla”.
Un trabajo que supone un paso adelante en la carrera del trio pues con el mismo parecen dejar atrás el sonido onírico y cargado de ensoñaciones que durante mucho tiempo les ha caracterizado, para dar paso a un álbum mucho más directo y visceral en el que las guitarras se muestran exultantes hasta el punto de cobrar un protagonismo que hasta la fecha había sido inusitado en la trayectoria de los andaluces, tal y como atestiguan canciones como “Antorcha Humana” y “Ver de otra Manera”.
Con unos minutos de retraso sobre la hora prevista para la entrevista encendíamos nuestra grabadora para que un Miguel de lo más simpático, exultante, y extremadamente delgado, todo sea dicho, nos confesara hasta el más mínimo detalle de “Satie contra Godzilla”. Ahora desde “El Giradiscos” compartimos todo lo bueno que deparó ese encuentro con vosotros.
El pasado día ocho de noviembre vio la luz “Satie contra Godzilla”, un disco que supone vuestro quinto trabajo con material original. La primera pregunta es obligada sobre la génesis de este álbum. ¿Cómo fueron surgiendo las canciones que lo conforman?
Miguel: En primer lugar debo decir que durante la gira de a “A la Hora del Sol” teníamos muy claro que no queríamos que ocurriera como entre “Rojo” y, el ya citado, “A la Hora del Sol”, ya que desde la publicación de uno y otro pasaron más de tres años. Sentíamos la necesidad de tener que contar muchas cosas. Nos sentíamos en forma y, paralelamente a los conciertos de esa gira, empezamos a componer a partir de arreglos y melodías que surgían en el local de ensayo. No recuerdo exactamente cuando empezamos a trabajar con el material en firme, quizás fuera a principios de este año, pero para el mes de Mayo ya teníamos casi todo el repertorio preparado. Le dimos la puntilla final con los “Cinco martes con Maga” que es una iniciativa de una plataforma de Barcelona que se llama 365 días de Festivales que se dedican a hacer conciertos on-line. Lo que ocurrió es que decidí hablar con el director de la misma para que le diéramos una vuelta de tuerca a su idea. Le planteé poner una cámara en el local y que nuestros fans pudieran ver, siendo participes, el proceso creativo de la banda. La verdad es que funcionó a la perfección porque la gente se involucró, saliendo de ahí el título del disco inclusive.
Personalmente a nosotros “Satie contra Godzilla”, nos parece un álbum mucho más directo y visceral, en el que la intensidad de las guitarras sobresale sorprendentemente como pocas veces antes lo había hecho en vuestra carrera. Tal y como queda atestiguado en “Hagamos cuentas” o “Antorcha Humana”. ¿Había necesidad de buscar una evolución en vuestro sonido?
Miguel: Como cualquier creador que esté vivo, uno tiene necesidad de seguir explorando su propio vocabulario. A mí me aburren mucho los artistas, sean de las disciplina que sean, que se quedan en una formula. Parece que se aburren de sí mismos. Siempre habrá a quien le guste porque repiten formula y otros que dirán que no les gusta. Nunca llueve a gusto de todos. Nosotros pensamos en lo que queremos hacer y lo que queremos expresar. Corren tiempos nuevos para todo el mundo y también para los individuos de Maga. Necesitamos expresarnos con otro tipo de lenguaje, lírica y musicalmente. No creo que sea un momento oportuno para hacer canciones de ensoñación y oníricas.
Además parece un trabajo concebido de una manera clara y concisa, para el que, como confiesas, no os habéis tomado mucho tiempo de ejecución. De hecho el año pasado andabais presentando las canciones de vuestro anterior disco, “A la hora del Sol”. ¿Cuáles son las principales diferencias que observáis entre ambos?
Miguel: Es un disco mucho más crudo, más cañero y guitarrero. Esta hecho todo adrede. Hay que tener en cuenta que las canciones de “A la Hora del Sol”, algunas de ellas, tienen varios años. No se trata de que hayamos corrido para componer las canciones sino que entre éstas y las anteriores han pasado muchos años.
De lo que no cabe duda es que parece que en el nuevo disco reflejáis a la perfección lo que es Maga en sus directos, hasta tal punto que casi todas las canciones están grabadas en vivo. ¿Qué parte de culpa ha tenido Santi García, vuestro productor, en que el álbum suene así?
Miguel: Tocamos en directo todas las canciones pero de una manera que se pareciera al local de ensayo. Queríamos captar toda la energía, el calor, la brutalidad e inmediatez de un grupo que está ensayando. Para eso Santi García ha sido perfecto. Nos puso en contacto con él Ramón Rodríguez, al que conocimos hace un año y medio surgiendo un flechazo amistoso instantáneo, hasta el punto que nosotros hicimos una versión suya y el de “Silencio”, que la incluyó en “Eps Reunidos”. Fue Ramón quién pensaba que en directo sonábamos muy guitarreros y cañeros. Creía que eso se debía plasmar en un disco y que la persona adecuada era Santi. Yo creo que hasta esas palabras nos condicionaron a la hora de componer, o por lo menos de dar forma a lo que teníamos en ese momento. Teníamos en el subconsciente el concepto de expresar las ideas de una manera más rotunda, concisa y sintética. Y de hecho fue así. Nada más empezar a grabar nos dimos cuenta de que no nos habíamos equivocado en la elección. Hay anécdotas curiosas desde el primer día. Cuando llegamos en la prueba de sonido nos felicitó diciendo, “Suena de puta madre”, tras lo cual se acercó a los amplis, los puso al diez y dijo, “Ahora, ahora, sí”. Aquello sonaba atronador. (Risas)
Antes te hacía referencia a un tema, “Antorcha Humana”, que es el que me parece que marca claramente la evolución sonora del grupo, por ser uno de los cortes en los que se ve más claramente la preeminencia de las guitarras. ¿Qué otras canciones destacarías dentro de “Satie contra Godzilla”?
Miguel: Todas las canciones están hechas desde el corazón. Resaltar unas por encima de otras sería muy difícil. Se han desarrollado todas en el local. A base de improvisar y captando las cosas que más nos gustaban. Los instrumentos están desarrollados de una manera más rica. Las baterías de Pablo en este disco son mucho más libres, por poner un ejemplo. Es un trabajo a nivel técnico instrumental mucho más rico que otros. Con mayor dedicación individual de cada uno de nosotros. Además que todas las composiciones son de los tres, excepto “En mí Honor”, que la trabajé en casa y no se grabó en directo, como el resto del disco. “Antorcha Humana” se grabó en una sola toma. Además que nos ocurrió una anécdota de lo más curiosa en el transcurso de la grabación de ese tema. Hay un solo de Slide en mitad de la canción y el que yo tengo es transparente, pues cuando estábamos interpretándola no lo encontraba por ningún sitio. Me puse a buscarlo mientras tocaba y resulta que estaba encima del atril. Lo vi dos compases antes de que llegara el momento de usarlo. Después de terminar de grabarlo nos partíamos de risa. Fue de lo más espontáneo y gracioso. (Risas)
Hablas de una búsqueda de un sonido distinto y también de una forma de expresaros nueva. Sin embargo, y a pesar de la evolución, a mí me parece que de lo que no cabe duda es de que Maga repite ciertos tics que les han hecho únicos en nuestro panorama. Y una de esas señas de identidad es ese particular y críptico universo literario del que os servís para hacer las letras.
Miguel: Ten en cuenta que eso es parte de nuestra personalidad. A lo largo del tiempo vas creciendo, tus gustos van cambiando y vas pasando por una serie de estados distintos. Un grupo no deja de ser un “meta-Ser”. Cuatro personas que se convierten en una especie de “Transformer” que es uno solo durante un tiempo. Todo eso es Maga, con su propia personalidad que unas veces llora y otras ríe. Parecen obviedades pero es así.
La verdad es que escuchándote hablar de vuestro nuevo trabajo uno se da cuenta de que el grado de satisfacción respecto al disco es absoluto. ¿Estamos en lo cierto?
Miguel: Nos hemos divertido mucho al grabarlo, la verdad. Los temas estaban muy cerrados. Hasta el punto de haberse grabado en tan solo cinco días cuando el estudio estaba contratado para doce. No es por entrar en el tópico, pero de verdad creo que éste disco es el mejor. Estamos en un momento de forma muy bueno.
Otra cosa que queda fuera de dudas es que sois una de las bandas más prolíficas que existe actualmente. En un año habéis editado hasta tres trabajos distintos. Uno de ellos, “Tridimensional”, que fue un proyecto, que podríamos llamar ambicioso, en el que constasteis con la colaboración de Morosaurio DJ. ¿A qué responde este hecho?
Miguel: En realidad nunca hemos sido una banda muy prolífica. Lo que ocurre es que tuvimos un parón obligado de más de tres años por lo que desde antes de ese período hemos acumulado mucha energía que estamos liberando a lo largo de estos dos años y medio. Ahora somos como una dinamo, cuanto más tocamos más energía tenemos. Estoy deseando empezar la gira. De verdad os digo que sueño con pedales y todo. (Risas)
Y además contáis con el respaldo absoluta, al menos eso parece desde fuera, de vuestra casa discográfica, Mushroom Pillow. ¿Qué valoración hacéis de esta nueva etapa?
Miguel: La verdad que el trato que hemos recibido está siendo exquisito. Notamos que están haciendo todo lo que pueden por nosotros. Vemos un salto cualitativo importante. Ha coincidido con un período de crisis para todo el mundo, que a los músicos no solamente nos influye en que no se vendan discos, sino también en que las condiciones económicas de los directos son mucho peores. Hay algunos casos, no todos afortunadamente, que te hacen pensar que estamos en el año 95, con salas cutres con equipos de “mierda”. Se ven casos de equipos comprados en el mercadillo. Esperemos que no dure mucho. Por eso también valoramos el hecho de que desde Mushroom nos espolearan cuando les comentamos que teníamos material nuevo, ellos nos animaron en todo momento a grabarlo.
Desde siempre hemos observado vuestra carrera con cierto cariño y buena parte de la culpa de esto la tiene el hecho de que hayáis colaborado con músicos a los que admiramos mucho. Tal es el caso de Germán Coppini. ¿Dónde nació esta colaboración?
Miguel: Estas colaboraciones nacen de la admiración personal por su trabajo y de la amistad, que también te lleva a la admiración como artista. Yo recuerdo que de pequeño escuchaba Golpes Bajos y flipaba. Era muy fan. Al editar el disco “Rojo” le comentamos a nuestro mánager que nos gustaría colaborar con Germán, la verdad que con pocas esperanzas. Se puso en contacto con él, dijo que sí y se forjó una amistad interesante. Tanto fue así que hicimos una gira conjunta tocando material de Golpes Bajos, siendo nosotros la banda de acompañamiento.
Nos gustaba especialmente escuchar vuestra versión de “Centro di Gravitá Permanente” de Franco Battiato con Germán. Así como la adaptación que hicisteis de “Annabel Lee” de Radio Futura. Sin duda tres grandes nombres del panorama nacional e internacional. Un claro homenaje a la música de los ochenta. ¿Qué más bandas destacaríais de aquél período?
Miguel: A mí grupos españoles de los ochenta me gustan mucho. Danza Invisible, antes de “Sabor de Amor”, Parálisis Permanente, Los Pistones o Gabinete Caligari, por citar unos ejemplos.
También habéis colaborado activamente con el ya citado Ramón Rodríguez de The New Raemon, Sr. Chinarro o Deluxe, y sabemos de la admiración que siente por vosotros Iván Ferreiro. ¿Qué nos podéis decir a este último respecto?
Miguel: A Iván le conocimos porque nos enteramos de que en directo hacía una versión de “Diecinueve”. Un día coincidimos tomando algo y sin más surgió. De hecho cuando yo vivía en Madrid, me llegó a invitar a un concierto en “La Riviera” para que subiera a cantarla con él. Todas las colaboraciones que hemos tenido han sido el fruto del buen rollo surgido con los artistas.
¿Qué visión tenéis del panorama indie o alternativo en general actual?
Miguel: Yo sinceramente nunca me he sentido identificado con la escena “indie”, en el sentido de que nosotros nos hemos movido dentro de ese círculo más por necesidad que por vocación. A mí me gusta todo tipo de música. Muchas veces el “indie” español está muy encorsetado y es autocomplaciente. Llegando en casos casi a ser talibanes. Salirte del esquema que marca ese “hedonismo”, que cae casi en el onanismo mirándose al espejo, puede acarrear que te critiquen de manera negativa. Yo creo que hay otros estilos que son mucho más abiertos y menos prejuiciosos. No quiero decirlo de tal manera que parezca pedante, pero no soy un gran consumidor de música “indie” española. Para mí el término que se debería utilizar es música alternativa.
Desde nuestra web, huyendo de etiquetas, siempre hemos pensado que los artistas sois los que dotáis a vuestra obra de la verdadera independencia.
Miguel: Hay grupos alternativos como Pony Bravo, “¿tú los considerarías indies?”. Yo creo que no lo son. Yo pienso en eso y me imagino al tío con camiseta de rayas, gafas de pasta y mirando al suelo. No me siento identificado con eso. Creo que hay gente que está haciendo cosas muy interesantes a nivel nacional.
¿Qué bandas destacarías de las que están funcionando actualmente?
Miguel: Voy a aprovechar y barrer para casa. Allí en mi tierra están los mencionados Pony Bravo o Fiera, que es un grupo paralelo que hace música experimental con cacharraje metálico. Las Buenas Noches, que hacen folk con mestizaje de música andina. Mañana, Pinocho Detective, o All la Glory, que es lo recomiendo encarecidamente, vienen de ganar el concurso de Pop-Rock de la Junta de Andalucía, yo he metido algún bajo con ellos. La escena la verdad es que está viva, en cada sitio hay una cantera que no siempre tiene la repercusión merecida, pero que existe.
Antes has hecho mención al tema de la mala calidad de ciertas salas de conciertos. Me interesaría que profundizaras en el tema.
Miguel: Yo he notado que en ese aspecto hemos ido a peor. Y lo he puesto en común con gente de otros grupos que también lo acusan. Las condiciones de las salas son peores, no solamente las económicas sino también de equipos. Todo está un poco peor. A mí me vienen recuerdos de la década de los noventa. Y no porque nosotros o la gente de nuestra agencia no cuiden las condiciones, pero observo desdén hacia los grupos. No quiero dar una visión derrotista del asunto porque es todo lo contrario. Lo importante es que haya grupos girando y que venga el público, que eso es lo único que no se ha perdido. Hay más público ahora que hace quince años.
Para cerrar una última cuestión, Miguel. ¿Es posible para un grupo como vosotros importante dentro de la escena vivir de la música tal y como están las cosas?
Miguel: Es una apuesta que tienes que hacer. Yo la hice en el año 2005 cuando dejé de dedicarme a la otra actividad con que compaginaba Maga. Yo trabaja como freelance como diseñador gráfico. Tampoco era el mejor del mundo en mi profesión y me gustaba más tocar la guitarra por lo que decidí venir a vivir a Madrid y desligarme del otro mundo. Aquí estoy, he tenido épocas mejores y peores. Ahora mismo la cosa no está muy boyante pero sobrevivo. Estoy más delgado, en vez de hacer tres comidas hago una pero sigo en la pelea. (Risas)
Por: Javier González y Rubén López Sánchez.
Fotos: Jorge Bravo Crespo “El Gurú”.
Con unos minutos de retraso sobre la hora prevista para la entrevista encendíamos nuestra grabadora para que un Miguel de lo más simpático, exultante, y extremadamente delgado, todo sea dicho, nos confesara hasta el más mínimo detalle de “Satie contra Godzilla”. Ahora desde “El Giradiscos” compartimos todo lo bueno que deparó ese encuentro con vosotros.
El pasado día ocho de noviembre vio la luz “Satie contra Godzilla”, un disco que supone vuestro quinto trabajo con material original. La primera pregunta es obligada sobre la génesis de este álbum. ¿Cómo fueron surgiendo las canciones que lo conforman?
Miguel: En primer lugar debo decir que durante la gira de a “A la Hora del Sol” teníamos muy claro que no queríamos que ocurriera como entre “Rojo” y, el ya citado, “A la Hora del Sol”, ya que desde la publicación de uno y otro pasaron más de tres años. Sentíamos la necesidad de tener que contar muchas cosas. Nos sentíamos en forma y, paralelamente a los conciertos de esa gira, empezamos a componer a partir de arreglos y melodías que surgían en el local de ensayo. No recuerdo exactamente cuando empezamos a trabajar con el material en firme, quizás fuera a principios de este año, pero para el mes de Mayo ya teníamos casi todo el repertorio preparado. Le dimos la puntilla final con los “Cinco martes con Maga” que es una iniciativa de una plataforma de Barcelona que se llama 365 días de Festivales que se dedican a hacer conciertos on-line. Lo que ocurrió es que decidí hablar con el director de la misma para que le diéramos una vuelta de tuerca a su idea. Le planteé poner una cámara en el local y que nuestros fans pudieran ver, siendo participes, el proceso creativo de la banda. La verdad es que funcionó a la perfección porque la gente se involucró, saliendo de ahí el título del disco inclusive.
Personalmente a nosotros “Satie contra Godzilla”, nos parece un álbum mucho más directo y visceral, en el que la intensidad de las guitarras sobresale sorprendentemente como pocas veces antes lo había hecho en vuestra carrera. Tal y como queda atestiguado en “Hagamos cuentas” o “Antorcha Humana”. ¿Había necesidad de buscar una evolución en vuestro sonido?
Miguel: Como cualquier creador que esté vivo, uno tiene necesidad de seguir explorando su propio vocabulario. A mí me aburren mucho los artistas, sean de las disciplina que sean, que se quedan en una formula. Parece que se aburren de sí mismos. Siempre habrá a quien le guste porque repiten formula y otros que dirán que no les gusta. Nunca llueve a gusto de todos. Nosotros pensamos en lo que queremos hacer y lo que queremos expresar. Corren tiempos nuevos para todo el mundo y también para los individuos de Maga. Necesitamos expresarnos con otro tipo de lenguaje, lírica y musicalmente. No creo que sea un momento oportuno para hacer canciones de ensoñación y oníricas.
Además parece un trabajo concebido de una manera clara y concisa, para el que, como confiesas, no os habéis tomado mucho tiempo de ejecución. De hecho el año pasado andabais presentando las canciones de vuestro anterior disco, “A la hora del Sol”. ¿Cuáles son las principales diferencias que observáis entre ambos?
Miguel: Es un disco mucho más crudo, más cañero y guitarrero. Esta hecho todo adrede. Hay que tener en cuenta que las canciones de “A la Hora del Sol”, algunas de ellas, tienen varios años. No se trata de que hayamos corrido para componer las canciones sino que entre éstas y las anteriores han pasado muchos años.
De lo que no cabe duda es que parece que en el nuevo disco reflejáis a la perfección lo que es Maga en sus directos, hasta tal punto que casi todas las canciones están grabadas en vivo. ¿Qué parte de culpa ha tenido Santi García, vuestro productor, en que el álbum suene así?
Miguel: Tocamos en directo todas las canciones pero de una manera que se pareciera al local de ensayo. Queríamos captar toda la energía, el calor, la brutalidad e inmediatez de un grupo que está ensayando. Para eso Santi García ha sido perfecto. Nos puso en contacto con él Ramón Rodríguez, al que conocimos hace un año y medio surgiendo un flechazo amistoso instantáneo, hasta el punto que nosotros hicimos una versión suya y el de “Silencio”, que la incluyó en “Eps Reunidos”. Fue Ramón quién pensaba que en directo sonábamos muy guitarreros y cañeros. Creía que eso se debía plasmar en un disco y que la persona adecuada era Santi. Yo creo que hasta esas palabras nos condicionaron a la hora de componer, o por lo menos de dar forma a lo que teníamos en ese momento. Teníamos en el subconsciente el concepto de expresar las ideas de una manera más rotunda, concisa y sintética. Y de hecho fue así. Nada más empezar a grabar nos dimos cuenta de que no nos habíamos equivocado en la elección. Hay anécdotas curiosas desde el primer día. Cuando llegamos en la prueba de sonido nos felicitó diciendo, “Suena de puta madre”, tras lo cual se acercó a los amplis, los puso al diez y dijo, “Ahora, ahora, sí”. Aquello sonaba atronador. (Risas)
Antes te hacía referencia a un tema, “Antorcha Humana”, que es el que me parece que marca claramente la evolución sonora del grupo, por ser uno de los cortes en los que se ve más claramente la preeminencia de las guitarras. ¿Qué otras canciones destacarías dentro de “Satie contra Godzilla”?
Miguel: Todas las canciones están hechas desde el corazón. Resaltar unas por encima de otras sería muy difícil. Se han desarrollado todas en el local. A base de improvisar y captando las cosas que más nos gustaban. Los instrumentos están desarrollados de una manera más rica. Las baterías de Pablo en este disco son mucho más libres, por poner un ejemplo. Es un trabajo a nivel técnico instrumental mucho más rico que otros. Con mayor dedicación individual de cada uno de nosotros. Además que todas las composiciones son de los tres, excepto “En mí Honor”, que la trabajé en casa y no se grabó en directo, como el resto del disco. “Antorcha Humana” se grabó en una sola toma. Además que nos ocurrió una anécdota de lo más curiosa en el transcurso de la grabación de ese tema. Hay un solo de Slide en mitad de la canción y el que yo tengo es transparente, pues cuando estábamos interpretándola no lo encontraba por ningún sitio. Me puse a buscarlo mientras tocaba y resulta que estaba encima del atril. Lo vi dos compases antes de que llegara el momento de usarlo. Después de terminar de grabarlo nos partíamos de risa. Fue de lo más espontáneo y gracioso. (Risas)
Hablas de una búsqueda de un sonido distinto y también de una forma de expresaros nueva. Sin embargo, y a pesar de la evolución, a mí me parece que de lo que no cabe duda es de que Maga repite ciertos tics que les han hecho únicos en nuestro panorama. Y una de esas señas de identidad es ese particular y críptico universo literario del que os servís para hacer las letras.
Miguel: Ten en cuenta que eso es parte de nuestra personalidad. A lo largo del tiempo vas creciendo, tus gustos van cambiando y vas pasando por una serie de estados distintos. Un grupo no deja de ser un “meta-Ser”. Cuatro personas que se convierten en una especie de “Transformer” que es uno solo durante un tiempo. Todo eso es Maga, con su propia personalidad que unas veces llora y otras ríe. Parecen obviedades pero es así.
La verdad es que escuchándote hablar de vuestro nuevo trabajo uno se da cuenta de que el grado de satisfacción respecto al disco es absoluto. ¿Estamos en lo cierto?
Miguel: Nos hemos divertido mucho al grabarlo, la verdad. Los temas estaban muy cerrados. Hasta el punto de haberse grabado en tan solo cinco días cuando el estudio estaba contratado para doce. No es por entrar en el tópico, pero de verdad creo que éste disco es el mejor. Estamos en un momento de forma muy bueno.
Otra cosa que queda fuera de dudas es que sois una de las bandas más prolíficas que existe actualmente. En un año habéis editado hasta tres trabajos distintos. Uno de ellos, “Tridimensional”, que fue un proyecto, que podríamos llamar ambicioso, en el que constasteis con la colaboración de Morosaurio DJ. ¿A qué responde este hecho?
Miguel: En realidad nunca hemos sido una banda muy prolífica. Lo que ocurre es que tuvimos un parón obligado de más de tres años por lo que desde antes de ese período hemos acumulado mucha energía que estamos liberando a lo largo de estos dos años y medio. Ahora somos como una dinamo, cuanto más tocamos más energía tenemos. Estoy deseando empezar la gira. De verdad os digo que sueño con pedales y todo. (Risas)
Y además contáis con el respaldo absoluta, al menos eso parece desde fuera, de vuestra casa discográfica, Mushroom Pillow. ¿Qué valoración hacéis de esta nueva etapa?
Miguel: La verdad que el trato que hemos recibido está siendo exquisito. Notamos que están haciendo todo lo que pueden por nosotros. Vemos un salto cualitativo importante. Ha coincidido con un período de crisis para todo el mundo, que a los músicos no solamente nos influye en que no se vendan discos, sino también en que las condiciones económicas de los directos son mucho peores. Hay algunos casos, no todos afortunadamente, que te hacen pensar que estamos en el año 95, con salas cutres con equipos de “mierda”. Se ven casos de equipos comprados en el mercadillo. Esperemos que no dure mucho. Por eso también valoramos el hecho de que desde Mushroom nos espolearan cuando les comentamos que teníamos material nuevo, ellos nos animaron en todo momento a grabarlo.
Desde siempre hemos observado vuestra carrera con cierto cariño y buena parte de la culpa de esto la tiene el hecho de que hayáis colaborado con músicos a los que admiramos mucho. Tal es el caso de Germán Coppini. ¿Dónde nació esta colaboración?
Miguel: Estas colaboraciones nacen de la admiración personal por su trabajo y de la amistad, que también te lleva a la admiración como artista. Yo recuerdo que de pequeño escuchaba Golpes Bajos y flipaba. Era muy fan. Al editar el disco “Rojo” le comentamos a nuestro mánager que nos gustaría colaborar con Germán, la verdad que con pocas esperanzas. Se puso en contacto con él, dijo que sí y se forjó una amistad interesante. Tanto fue así que hicimos una gira conjunta tocando material de Golpes Bajos, siendo nosotros la banda de acompañamiento.
Nos gustaba especialmente escuchar vuestra versión de “Centro di Gravitá Permanente” de Franco Battiato con Germán. Así como la adaptación que hicisteis de “Annabel Lee” de Radio Futura. Sin duda tres grandes nombres del panorama nacional e internacional. Un claro homenaje a la música de los ochenta. ¿Qué más bandas destacaríais de aquél período?
Miguel: A mí grupos españoles de los ochenta me gustan mucho. Danza Invisible, antes de “Sabor de Amor”, Parálisis Permanente, Los Pistones o Gabinete Caligari, por citar unos ejemplos.
También habéis colaborado activamente con el ya citado Ramón Rodríguez de The New Raemon, Sr. Chinarro o Deluxe, y sabemos de la admiración que siente por vosotros Iván Ferreiro. ¿Qué nos podéis decir a este último respecto?
Miguel: A Iván le conocimos porque nos enteramos de que en directo hacía una versión de “Diecinueve”. Un día coincidimos tomando algo y sin más surgió. De hecho cuando yo vivía en Madrid, me llegó a invitar a un concierto en “La Riviera” para que subiera a cantarla con él. Todas las colaboraciones que hemos tenido han sido el fruto del buen rollo surgido con los artistas.
¿Qué visión tenéis del panorama indie o alternativo en general actual?
Miguel: Yo sinceramente nunca me he sentido identificado con la escena “indie”, en el sentido de que nosotros nos hemos movido dentro de ese círculo más por necesidad que por vocación. A mí me gusta todo tipo de música. Muchas veces el “indie” español está muy encorsetado y es autocomplaciente. Llegando en casos casi a ser talibanes. Salirte del esquema que marca ese “hedonismo”, que cae casi en el onanismo mirándose al espejo, puede acarrear que te critiquen de manera negativa. Yo creo que hay otros estilos que son mucho más abiertos y menos prejuiciosos. No quiero decirlo de tal manera que parezca pedante, pero no soy un gran consumidor de música “indie” española. Para mí el término que se debería utilizar es música alternativa.
Desde nuestra web, huyendo de etiquetas, siempre hemos pensado que los artistas sois los que dotáis a vuestra obra de la verdadera independencia.
Miguel: Hay grupos alternativos como Pony Bravo, “¿tú los considerarías indies?”. Yo creo que no lo son. Yo pienso en eso y me imagino al tío con camiseta de rayas, gafas de pasta y mirando al suelo. No me siento identificado con eso. Creo que hay gente que está haciendo cosas muy interesantes a nivel nacional.
¿Qué bandas destacarías de las que están funcionando actualmente?
Miguel: Voy a aprovechar y barrer para casa. Allí en mi tierra están los mencionados Pony Bravo o Fiera, que es un grupo paralelo que hace música experimental con cacharraje metálico. Las Buenas Noches, que hacen folk con mestizaje de música andina. Mañana, Pinocho Detective, o All la Glory, que es lo recomiendo encarecidamente, vienen de ganar el concurso de Pop-Rock de la Junta de Andalucía, yo he metido algún bajo con ellos. La escena la verdad es que está viva, en cada sitio hay una cantera que no siempre tiene la repercusión merecida, pero que existe.
Antes has hecho mención al tema de la mala calidad de ciertas salas de conciertos. Me interesaría que profundizaras en el tema.
Miguel: Yo he notado que en ese aspecto hemos ido a peor. Y lo he puesto en común con gente de otros grupos que también lo acusan. Las condiciones de las salas son peores, no solamente las económicas sino también de equipos. Todo está un poco peor. A mí me vienen recuerdos de la década de los noventa. Y no porque nosotros o la gente de nuestra agencia no cuiden las condiciones, pero observo desdén hacia los grupos. No quiero dar una visión derrotista del asunto porque es todo lo contrario. Lo importante es que haya grupos girando y que venga el público, que eso es lo único que no se ha perdido. Hay más público ahora que hace quince años.
Para cerrar una última cuestión, Miguel. ¿Es posible para un grupo como vosotros importante dentro de la escena vivir de la música tal y como están las cosas?
Miguel: Es una apuesta que tienes que hacer. Yo la hice en el año 2005 cuando dejé de dedicarme a la otra actividad con que compaginaba Maga. Yo trabaja como freelance como diseñador gráfico. Tampoco era el mejor del mundo en mi profesión y me gustaba más tocar la guitarra por lo que decidí venir a vivir a Madrid y desligarme del otro mundo. Aquí estoy, he tenido épocas mejores y peores. Ahora mismo la cosa no está muy boyante pero sobrevivo. Estoy más delgado, en vez de hacer tres comidas hago una pero sigo en la pelea. (Risas)
Por: Javier González y Rubén López Sánchez.
Fotos: Jorge Bravo Crespo “El Gurú”.