Blondie vuelve a la carga.
La banda liderada por Deborah Harry presenta su noveno álbum de estudio tras 7 años de silencio, Panic of Girl. Álbum con un difícil recorrido, pues ha contado con 3 años de trabajo, multitud de problemas en la producción y una salida al mercado que pese a ser adelantada en Australia para el 2010, fue pospuesto al 2011 para el resto del mercado internacional.
En este nuevo proyecto Blondie muestra un estilo musical que nada tiene que ver con aquellos álbumes que dejaron huella en la new wave nacida a finales de los 70’s e inicios de los 80’s. Encontramos así un trabajo donde la parafernalia electrónica (bases, sintetizadores, efectos, pedales...), la comercialidad del proyecto y la búsqueda forzada de un hit, sustituye al sonido de rock potente y explosivo a base de bajo, guitarra y batería, arropado por la joven voz de la sexi vocalista. Estamos ante la difícil transición de una banda mítica al panorama musical actual, donde claro está no queda la valentía, agresividad y recursos de antaño, pues la descontextualización del grupo (y continuas separaciones) deja gran parte del trabajo a los productores.
Tratando ahora el disco, debemos decir que tenemos entre manos un trabajo que apuesta por una electrónica moderna, que busca sin embargo conseguir sonidos ochenteros que evidencian un claro déficit de guitarras. El peso lo lleva (como es comprensible) la voz de Deborah Harry, que en varios tonos por debajo de su versión juvenil y rockera sigue manteniendo su fuerza y garra.
El primer corte es D-Day, donde se evidencia ya la electrónica y ritmo que van a marcar muchas de las canciones que le siguen (como Love Doesn't Frighten Me At All), estamos ante un estilo de canción que aúna electrónica y rock creando una canciones más que correctas que hacen una crítica hacia la sociedad y juventud actual de amor rápido y dominios web.
Le sigue What I Heard, donde unos potentes sintetizadores marcan la salida a una canción rápida y alocada, que muestra un ritmo y estilo que suena demasiado a Metric (banda canadiense que también tiene líder y vocalista femenina). Es sin embargo en el tercer tema, donde se eleva la calidad del disco, pues Mother posee un alma más clásica que pese a su cobertura de efectos y sintetizadores, tiene paralelos con noventera María. Se crea así el hit bailable y con estribillo pegadizo que se aloja en el cerebro, que cumple el objetivo inicial del disco y se convierte a la postre en el mejor corte del mismo.
The End the end, Words in my mouth y China shoes, son canciones muy serias, de rock con matices ochenteros y conservadores que sin embargo resienten la falta de un cambio que acelere su desarrollo.
Extraño es encontrarnos con una versión del mítico tema reggae de Sophia George Girlie, Girlie, el cual pasará a formar parte de esa categoría de versiones que no ofrecen nada nuevo al tema original. Así como la versión Sunday Smile del aclamado Zach Condon (Beirut) que pierde aquí su gracia y calidad sinfónica, con unos coros y resonancia celestial que quedan omitidos por la voz redoblada de la cantante. Aunque si es destacable su influencia musical en el décimo corte, “Le bleu”, donde la banda realiza un exitoso homenaje a la canción francesa.
La mayor pega del disco es sin embargo Wipe off my sweat, un intento fallido de hit veraniego a base de spanglish, sonido electro-caribeño y frases fútiles como “No te detengas, Don’t stop for anything at all”, “Papi, papi, ven y bésame”, “Tengo tu nombre tatuado en mi piel, en esa parte que solo tú ves, la noche sigue y ya no me puedo aguantar…”. Sobran las palabras. Así mismo, esta crítica es exportable a uno de los bonus track, “Mirame”, balada a ritmo de cumbia y reggeaton que incomprensiblemente hace replantearse a qué precio puede una banda mítica rebajarse a hacer semejante producto.
Sin embargo, el último bonus track “Horizontal Twist” muestra un intento de crear una canción de rock explosivo con una voz que se come el desarrollo de la misma y un estribillo en falsete delicioso que vuelve a hacernos plantear la imposibilidad de compatibilidad entre estos dos temas del bonus track y la totalidad del disco. Pues no podemos decir que Panic of Girl sea totalmente fallido, pues temas como D-Day, What I Heard, Mother y Love Doesn't Frighten Me At All hacen la escucha merecida. Sin embargo no podemos pasar por alto unos resbalones muy serios que una banda como Blondie no puede cometer, pues no es justo que su imagen sea empañada a estas alturas.
Por Rubén López
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*Texto y fotos: Jorge Bravo “El Gurú”. *
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