Cuatro años ha tardado en ver la luz “El Extraño Disfrazado de Normal”, el primer disco de los madrileños Deniro. Un proyecto de larga gestación, más por imposición que por propia voluntad, en el que participan algunos veteranos de la escena alternativa como Nano Ruiz, ex – componente de Habeas Corpus, y en el que también destaca la presencia del televisivo William Miller, como vocalista de la banda.
Lo cierto es que se lo han tomado con calma, pero más allá del tiempo en que han tardado en ensamblar todas las piezas definitivamente -conviene no olvidar que durante este período de tiempo por el grupo han desfilado hasta tres bajistas distintos, y se han hecho pruebas con la nada desdeñable cifra de veintiún cantantes, se dice pronto, hasta dar con el adecuado- la espera se justificada por sí sola al dar por terminada la primera escucha del álbum.
Deniro no ofrece el típico trabajo primerizo, sino que las once composiciones que se encierran en su primer larga duración destacan por la calidad, unidad, y lo más importante, el sello propio del que dotan a cada uno de sus temas, tanto en lo musical como en la búsqueda de unas letras personalísimas con las que transmitir sus historias. Y también, para que omitirlo, en la sorprendente fuerza que transmite la voz de William, muy cercana, por momentos, a una épica cargada de sincera visceralidad. Elementos todos ellos que dotan a su música de un magnetismo y particularidad que les hacen únicos, algo realmente importante en una escena que tiende excesivamente a un mimetismo que empieza a cansar hasta al más pintado.
“El Extraño Disfrazado de Normal” se abre con “Secta”, una canción que lleva tiempo circulando por la red y que viene acompañada de un video realmente atractivo, un trallazo que resume a la perfección la filosofía de la banda, basada en un rock enérgico y de guitarras afiladas altamente inflamables. En esa línea se mueven también “Vengador”, “Arde”, “Agua” o, esa delicia instrumental que es, “Nueva Queen”, algunos de los cortes que a buen seguro más disfrutarán los fans de la banda en sus presentaciones en directo.
Entre mis preferidos se encuentra “Dispara”, un tema que va creciendo poco a poco y que constituye uno de sus mayores aciertos, lo tiene todo, la fuerza, un ritmo que va a más hasta convertirse en trepidante, una letra conmovedora y unos arpegios muy logrados que la convierten en un auténtico temazo.
El verdadero valor del primer trabajo de Deniro radica en su conjunto, pues estamos ante un disco muy logrado de principio a fin y eso en los tiempos que corremos es mucho decir.
Si a todo eso que hemos comentado con anterioridad, que no es poco, le añadimos que sus videoclips son de lo más llamativos y que la estética de la banda está cuidada al milímetro, cercana al Chicago de los años veinte y sus bandas mafiosas, nos sentimos capacitados para vaticinar que o mucho nos equivocamos o Deniro será una de las grandes revelaciones del año. Así, sinceramente, lo esperamos, puesto que se lo merecen.
Por: Javier González.
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*Texto y fotos: Jorge Bravo “El Gurú”. *
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