Melomanía: Igor Paskual

En los casi tres años que llevamos haciendo posible esta página web creo poder afirmar que jamás me he echado a la cara a una persona tan melómana como Igor Paskual. Su particular forma de ser, su peculiar forma de entender no sólo la música sino la vida misma como un derroche de pasión, visceralidad y actitud, le hacían postularse como candidato para aparecer en esta sección más pronto que tarde.

Creo sinceramente que la figura de Igor no necesita carta de presentación alguna. Estamos hablando de un artista que se ha dejado caer en infinidad de ocasiones por “El Giradiscos”, por lo que todos aquellos que nos leéis habitualmente conocéis su andadura vital más que de sobra.

Atrás dejó los tiempos en que comandaba la nave de Babylon Chat, repartiendo glam a diestro y siniestro, para enrolarse en las filas del ejercito del Loco, primero como Troglodita y posteriormente como fiel Mariscal de campo, al servicio del monarca más republicano de nuestro rock, en la defensa de una fe y de unos ideales, cuyo único dogma preconiza la defensa del rock como forma de vida y la eterna lucha contra los infieles -poperos de radiofórmula e indies feos advenedizos-.

Ahora que las heridas de la enésima batalla han cicatrizado, ha decidido formar, junto a sus amigos “hombres del norte”, una nueva guerrilla, que bebe de la herencia norteña de aquellas tribus primigenias, con la que en breve pateará los escenarios de toda la geografía de nuestra Iberia, para mostrarnos las bondades que encierra su primer disco en solitario, “Equilibrio Inestable”.

Les dejo con la compañía de las elecciones del último dandy de la terrible modernidad, revestido en novedad y con la clase y la elegancia de la que siempre hizo gala. En esta ocasión viene dispuesto a patear algún trasero y a derrocar el mal gusto, con elecciones dignas de lo que es…un enorme conocedor de música, en definitiva un gran melómano. ¡Puxa Igor!

Discos:
Guns N´ Roses- “Appetite for Destruction”.
Si me apareciera el genio de la lámpara y me pidiese varios deseos, sin duda le pediría que me convirtiera en Izzy Stradlin´ durante unas horas del 2-2 de 1988 en el concierto que dieron los Guns en el Ritz de Nueva York. Ahí está toda la historia del rock concentrada, el punk, el glam, blues, con una banda perfecta, viviendo en una química prodigiosa que apareció como un destello irrepetible y que a su alrededor, tras su paso, sólo quedaron cenizas. No sé que más se puede decir de esta obra de arte. Yo, al menos, o hago una tesis sobre este disco o me quedo callado. Puedes estar días escuchándolo y hablando de él. Me encantaba llegar borracho a casa con quien fuera y ver el concierto del Ritz y luego el DVD con los vídeos; si venías a mi casa era obligatorio verlo, no te librabas!!!

The Kinks- “Village Green Preservation Society”.
Vaya por delante que para mi Ray Davies, como compositor, está a la altura de Bowie y, de Lennon y McCartney. Es todo un mundo el tío!!! Consiguió que una banda sonase 100% británica después de haber aprendido de los negros americanos. Este disco porque es como un mundo aparte por el sonido y el concepto que subyace bajo todas sus canciones pero cualquiera suyo me basta. Tengo una manía y es que procuro aprender a tocar los discos que me gustan, conocer sus entrañas hasta el fondo y desenmascarar el secreto de su belleza. Con los Kinks la tarea es ardua y difícil porque Ray modula como un compositor de música clásica y bebe mucho del music hall lo que hace que tardes bastante en sacar una canción suya. Algunos de los mejores momentos de mi vida los he pasado frente al equipo de música, guitarra en mano, intentando comprender el esqueleto de esos temas magistrales, abrumado ante tanto talento.

Dwight Yoakam- “Dwightyoakamacoustic.net”.
No sé si es un disco al uso o de qué se trata. Son 23 canciones interpretadas con la voz y con la guitarra acústica y que podías descargarte de su página si mal no recuerdo. El nivel de las canciones de Dwight es algo sabido por todos, bebe del mejor country de Bakersfield y lo supera. Vale. Pero escuchar esa poderosa guitarra acústica que suena como si él fuese una banda entera es digno de oír. Sólo he visto a Pete Towshend superarlo. Y luego está esa voz, esa voz que lo llena absolutamente todo y logra que durante 23 canciones nada más y nada menos acompañado con sólo una guitarra acústica no te aburras ni un momento. Menudo jefe. Cuando empecé a hacer conciertos acústicos tenía este disco de Dwight Yoakam todo el día en mente. Lección magistral

Queens of the Stone Age- “Songs for the Deaf.”.
“Era Vulgaris” o “Lullabies to Paralyze” también están en mis favoritos pero este fue el disco con el que los descubrí y por eso lo tengo muy marcado y, además, de batería está Dave Grohl que es sobrehumano. Junto con Nine Inch Nails, Social Distortion y P.J. Harvey es el grupo en activo que más me gusta. Por su forma de producir y de tratar las canciones suenan a algo muy distinto de lo que había escuchado hasta ahora, pero lo mejor es que nunca olvidan que lo más importante es la composición. Cuando los vi en directo era alucinante ver cómo pese a la potencia bestial con la que sonaban, Josh Homme cantaba con suavidad, no forzaba nada y ese contraste me volvía loco por la tensión que generaba. Soy muy muy fan de ellos y llegué a comprarme una zapatos blancos iguales que los de Josn y en directo, en acústico, con esos zapatos blancos he tocado cientos de veces su “No one knows”. La sensación es indescriptible, mejor que un polvo. Mucho mejor.

Stray Cats- “Stray Cats”.
Discazo y encima me cogió en una época en la que estaba buscando gente para hacer una banda con dieciséis años o así y lo siento como un ángel que vino a traerme la buena nueva. Hace poco para efeeme escribí sobre este disco y no quiero repetirme mucho más, pero vamos que es impresionante. Ah, y en directo suenan como tres grupos al mismo tiempo. Por supuesto Rock de Luxe tuvo sus reparos a la hora de hacer la crítica de ese concierto y no los puso muy bien. Supongo que preferirán cualquier puta mierda de esas que gustan a los feos. Es lo malo de hacerse tanto el listo, que los extremos se acaban tocando.

Canciones:

Chet Baker- “Born to be blue”.
No hay explicación posible. Basta con escuchar este prodigio de tristeza solitaria que en lugar de caer en la autocompasión agradece el amor recibido. Pese a todo, la vida merece la pena ser vivida. Adoro a Chet Baker, esa voz de terciopelo agudo que roza lo femenino me pone los pelos de punta, junto con Dwight Yoakam y Gene Vincent es mi cantante favorito. Y, además, tiene esa pronunciación tan clara a lo Sinatra y luego sus fraseos con la trompeta deja unos espacios tan llenos de aire, tan elocuentes que son una lección de economía musical.

David Bowie- “Station to Station”.

De Bowie, obviamente podría escoger muchas canciones pero quizá esta es muy especial porque es el ejemplo de que se puede ser vanguardista sin ser un coñazo. Explica muy bien cómo no caer en lo obvio pero manteniendo la atención del oyente a base de melodías escalofriantes. Bowie es el puto amo. Hace poco en Málaga en una charla sobre glam rock conocí a David Buckley, su biógrafo oficial, nos hicimos un poco amigos y ahora estoy todo el día sacándole anécdotas sobre Bowie. Por supuesto, en esta gira recuperaré “Camaleón” de la época de Babylon Chat, que es mi homenaje personal al más grande.

Dion- “The Wanderer”.
Sigue transmitiéndome la misma energía que cuando la escuché la primera vez. Las ganas de vivir, de follar y de salir del barrio para girar por el mundo están concentradas en apenas dos minutos. Es un canto dionisíaco con una voz estremecedora que inyecta una fuerza capaz de mover montañas. A menudo se la canto a mi hijo y se vuelve completamente loco, patalea y sonríe como si hubiera escuchado una llamada que diga: “vive y diviértete”, vamos, lo contrario que estos amargados del indie nacional. Me gusta mucho el doo-wop y también grupos blancos de chicas como la Shangri-las porque son la calle sublimada. Hace poco toco tocando en solitario cerca de Valladolid, Tomy, un tipo de allí que controla muchísimo de música me llevó la maqueta de la canción por su compositor original, Ernie Maresca. Gracias!!!


Johnny Burnette Trio- “Lonesome tears in my eyes”.
Todos estos primeros rockers de los cincuenta son insuperables. Nada me emociona más que Fats Domino, Bo Diddley o Jerry Lee Lewis. Cualquiera de ellos son dioses. Incluso gente más antigua como Hank Williams o la Carter Family son una fuente eterna para beber hasta tus últimos días porque nunca será agua envenenada. Frente a ellos, los demás somos meros adornos superfluos. Qué época, madre mía, es que fue una generación tremenda, puedes escuchar a cantantes melódicos de principios de los cincuenta como Johnnie Ray o alguno de finales de la década como Ricky Nelson y nunca suenan melosos o blandos. “Lonesome tears in my eyes” es una de esas canciones que siempre toco cuando me reúno con algunos amigos a escuchar música y a enseñarnos trucos y temas. Se gana unos merecidos aplausos. Los hermanos Burnette hacen que cualquier canción, por lenta que sea, suene como una estampida de búfalos, es algo así como un motor rugiente recién encendido. Esa voz desesperada saturando el micrófono resucita a un muerto. El guitarrista, Paul Burlison y su toque mágico, es tan sorprendente como Messi en un buen día.

Ilegales- “Princesa equivocada”.

Jorge Martínez en plena forma engarzando una letra preciosa con una melodía celestial y que suena a rock pese a ser un tema aparentemente pop. Tiene esa mezcla que me gusta tanto de fuerza y tristeza que poca gente consigue. Normalmente o eres pop o eres rock, o eres sensible o el más macarra y a mí me interesa que todo sea a la vez porque las personas no somos de una sola forma sino que tenemos muchos matices según el momento o la circunstancia. Pocos artistas han sabido hacer una canciones que no son lo que parecen y también, por desgracia, pocas bandas han sido tan apreciadas por sus peores canciones.

Fotografía: Iván González