
Lleno absoluto en la vuelta a la capital de Siniestro Total. La expectación por presenciar el directo de la banda de Vigo era máxima, tal y como pudimos comprobar en el mismo instante en que accedimos hasta el interior de la “Joy” donde cientos de personas, en su mayoría treintañeros, estaban esperando la hora de comienzo del espectáculo del mítico grupo liderado por Julián Hernández.
Con puntualidad británica las luces de la céntrica discoteca, convertida en sala de conciertos, se desvanecieron a las nueve en punto de la noche ante la algarabía generalizada de un público que había logrado colgar el cartel de “no hay billetes” en la madrileña presentación del último disco de los gallegos titulado, “Country and Western”.
Fue Julián, con sombrero incluido sobre su cabeza, el primero en aparecer desde el lateral del escenario, agarró su guitarra y mientras la hacía sonar con una tonada indeterminada, a modo de introducción, nos regaló un sincero, “Buenas Noches compatriotas”, recibido de una forma más que calurosa por los fieles de la banda.
Seguidamente pasó a relatarnos la forma en que discurriría la velada, explicando que el concierto se dividiría en tres actos, “El primero de ellos titulado “Country and Western”, el segundo, “Visite Nuestro Bar”- irónica a

Comenzaron con “The Very First One”, canción que abre su último trabajo de estudio. Como era de esperar Siniestro desgranarían en primera instancia las piezas que conforman su nuevo álbum.
De esta forma sonaron temas como “Country and Western”, “Asco” o “Sé”, fue en esta última donde el vocalista realizó un comentario diciendo que para nosotros, los que vivimos en esta ciudad, quizás este tema fuera una “perogrullada”, en clara referencia a la letra en la que el protagonista va relatando su conocimiento acerca de la ubicación de diferentes “instituciones públicas” que se encuentran a no muchos metros del lugar del concierto.

De entre las nuevas fue sin duda “Putos Amos” la que más gustó, de hecho creo que es la que más puntos tiene para permanecer en el repertorio por largo tiempo. Con ella lograron hacer que el público coreara y bailara, en un claro anticipo de lo que ocurriría unos minutos después.
Cerraron la presentación del disco con “Facundo Busca Lío”, “Mira donde Pisas, Cowboy” y “Quen me Dera na Casiña”, tras la que abandonaron el escenario.
Había llegado el momento de asistir al segundo acto, “Visite Nuestro Bar”, que consistía en, ni más ni menos, acercarse a la barra para tomar algo, mientras los Siniestro cogían aire y escogían un nuevo vestuario para acometer la tercera parte de la velada. Sin duda la más esperada por todos.

Convenientemente vestidos con sus trajes, con predominio de los colores oscuros, volvieron a tomar posiciones y parapetarse tras sus instrumentos para atacar una vibrante versión de “Matar Jipis en las Cies”, perteneciente a su álbum “¿Cuándo se Come Aquí?", sin duda uno de los temas – junto con “Heil Hitler” de Ilegales- que más crítico se muestran con el movimiento Hippie.
Tras ella llegó el momento de escuchar “Diga que le Debo”, “Vamos Bien” y “Vamos al Kwai”, tres clásicos de la banda con los que el público, ahora sí, comenzó a bailar y corear de forma notaria. Estaban disfrutando con parte de los temas que llevaban esperando toda la noche. Lo mejor, por suerte, estaba aún por llegar. Y es que de aquí al final el nivel de intensidad y la comunión público-banda no paró de crecer.
“Ay, Dolores” y “Alégrame el Día”, consiguieron que el ambiente festivo continuara creciendo, mientras el humor socarrón de Julián Hernández nos arrancaba una sonrisa de los labios antes de que llegara otra buena tanda de canciones de la mano de “¿Quiénes somos?, ¿De Dónde Venimos?, ¿A Dónde Vamos?”, “Cuanta Puta y yo que Viejo”, “Todo por la Napia” y “Yo dije Yeah!”.
Para ese momento el ambiente era de celebración total, con el respetable realizando pogos de un lado a otro de la sala en un completo desmadre. Esa era la imagen que un servidor quería ver. La de un concierto de Siniestro Total en su pleno apogeo.

Uno de los grandes momentos de la noche vino llegó con su interpretación de “Bailaré Sobre tu Tumba”, convenientemente arropada por un bonito sonido de saxo. Es emocionante escuchar en directo ciertas canciones que se han convertido, por derecho propio, en parte de lo mejor que se ha hecho en cuanto producción musical en nuestro país.
El final, de lo más festivo, lo marcaron otros dos íconos de su discografía como son su versión del clásico, “Sweet Home Alabama” de Lynyrd Skynyrd, convertido por ellos en “Miña Terra Galega”, una clara reivindicación del sitio que les vio nacer, y la descarnada, urgente y abrasiva “Ayatollah”, otro pedazo de canción repleto de urgencia e inmediatez punk desde sus primeros compases.

Texto: Javier González.
Fotos: Iván González.