Madrid, Joy Eslava. 23 de Diciembre de 2010
Con la entrada del otoño, nos encontramos con la publicación de Para no ver el final, un álbum en el que M-Clan seguían la estela que comenzaron con Memorias de un Espantapájaros, volviendo a las raíces, al origen del rock, alejándose así del sonido de vocación comercial que había caracterizado sus anteriores entregas. En este séptimo álbum de estudio, los murcianos llevan más lejos esta evolución hacia las bases del rock. Esta vez, como dúo, retoman los aromas de Blues y Soul firmando un álbum que dignifica a la banda. Trasporta los aromas del acetato y a los crujidos de los surcos de un Lp viejo y desgastado que llena el espacio cuando la aguija se desliza sobre él.
La víspera de Nochebuena, los Murciélago Clan cerraban dos noches consecutivas en Madrid de presentaciones. Con mucha curiosidad nos disponíamos a ver la puesta en escena del nuevo trabajo sobre las tablas de Joy Eslava. Íbamos a poder ver la nueva formación en directo y escuchar las nuevas y viejas canciones que habían seleccionado para los dos bolos que tenían preparadas en Madrid.
Para ir entrando en harina desde la mesa de la sala pinchaban viejas canciones de Otis Reeding, mientras tanto, la sala iba tomando un aspecto inmejorable. Lleno absoluto las dos noches. Poco a poco y con la ayuda de Otis, se iba acercando el momento de que el show diera el pistoletazo de salida.
Salida en tromba de la banda dando un golpe en el pecho al público con Calle sin luz. Desde el primer acorde la temperatura de la sala subió enteros. Continuaron con Para no ver el final siguiendo el orden del álbum y ya en estos dos primeros temas de la noche dejaron a las claras de que va lo suyo. Se trata de Rock, Blues y Soul con mucha clase y muy buen gusto.
Vistazo al pasado para retomar viejas versiones renombradas como Llamando a la tierra y Maggie despierta. Por supuesto ni qué decir tiene, que se trata de dos canciones que el público recibió con fervor. Tras esto Me voy a dejar llevar encadenada con Inmigrantes y Las calles están ardiendo de su anterior Memorias de un Espantapájaros. Recuerdo para Pascual Sauras (Ex-Bajista de la banda) recientemente fallecido. Carlos anunciaba que llegaba la hora de hacer un Blues y en Joy Se hizo de noche. Vibrantes momentos con la desgarradora rabia que contienen estos temas.
Los nuevos M-Clan funcionan como una bomba de relojería, precisa, vital y explosiva. Además para dotar de aún más colorido su paleta sonora les acompañan en los temas más Soul el trío No Reply a los metales.
También hubo momentos para hacer bromas, como cuando Tarque animó al público a cantar el cumpleaños feliz a Iván González. Tarque se atrevió a imitar a Bunbury en la felicitación al nuevo bajista de la banda que cumplió 36 años. E incluso en algún momento sirvió bebidas a las personas que copaban las primeras filas.
No hay lugar para bromas cuando preguntaban por, -¿Cuanto tiempo tiene que pasar hasta que se acostumbre a la oscuridad?-. Llega la hora de Carrusel, Roto y la momentánea despedida con Hasta la vista R'n'R.
El público se niega en rotundo a aceptar el final y comienza a reclamar con pasión la vuelta del grupo al escenario. Un grupo de jóvenes reclama con fuerza Carolina, a lo que en la vuelta de la banda a escena Carlos nos informó -Carolina está en el hospital en este momento-. Volvieron al escenario para interpretar Miedo y Paso de equilibrista. Es digno de celebrar que saquen de su repertorio canciones de etapas pasadas no muy acertadas, Carolina no es mal tema, pero si nos ponemos a recordar Antihéroe, Sopa fría, etc, etc. Mejor centrarse en el brillante presente de la banda.
De nuevo volvieron momentáneamente a retirarse a los camerinos para atacar el último bis de la noche. Para ello se reservaban Gracias por los días que vendrán y para poner el punto y final a dos noches en Madrid una extraordinaria interpretación de Quédate a dormir que puso patas arriba a las 1.000 personas que llenaban Joy.
Una grata sorpresa lo que sucedió en Joy la noche del 23 de Dic. Al haber escuchado el nuevo álbum y saber de las novedades de Tarque y Ruipérez esperábamos ver una banda renovada pero lo que nos encontramos fue un grupo que realiza un espectáculo de alta costura, y no lo digo por los trajes negros que uniformaban a los componentes. Esperabamos algo bueno y nos encontramos algo de puta madre.
Texto y Fotos: Iván González