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Napoleón Solo: Vamos bien, pero podríamos ir aún mejor.

Madrid, viernes 19 de Noviembre. Sala El Sol.
Llegaban a nuestra ciudad Napoleón Solo para presentar en directo las canciones de su primer álbum titulado, “Napoleón Solo en la Ópera”. En principio no había intención de acudir a verles, pero un inesperado cambio de planes en la tarde del viernes, unido a la cantidad de críticas y piropos elogiosos que ha recibido esta banda, hizo cambiar nuestra intención en el último instante.

Nos acercamos a la carrera, casi de forma súbita, a una sala “El Sol”, que para el momento de nuestra entrada presentaba un aspecto totalmente abarrotado, en su mayoría de gente joven, que esperaban expectantes la aparición en escena Napoleón Solo.

Antes de empezar a hablar de su directo diré que no me disgusta el disco que han editado los granadinos. Creo que es una más que digna carta de presentación. Contiene muy buenas canciones que beben de sitios fácilmente reconocibles. El influjo de sus paisanos los Planetas es patente, pero también al escuchar su propuesta suenan ramalazos que les emparentan con The Strokes, The Beatles e incluso, Bee Gees o, peor aún, Mika, en algún que otro atrevido falsete que han tenido el valor de incluir. De toda esta mezcla ha surgido una curiosa amalgama que se ha traducido en un trabajo altamente disfrutable.

No ocultaré mi escepticismo inicial al oír hablar de la banda en un primer instante. La enésima sensación del indie patrio en directo, dicha afirmación me hacía ponerme de uñas. No nos engañemos, uno es perro viejo en esto y sabe que muchas veces los trabajos de raigambre alternativa en nuestro país, pinchan en hueso al ser llevados al directo. Siendo sincero diré que nunca he disfrutado plenamente de un directo de Planetas o La Habitación Roja y sí, en mi casa hay un extenso catálogo con discos de ambas bandas, lo que no me impide juzgar sus directos como mejorables, al menos en mi opinión. Ambas bandas reconocidas, de prestigio y capaces de despertar la pasión de miles de personas. He acudido a sus directos, he visto a gente disfrutar con ellos, pero personalmente siempre he salido de los recintos con una sensación cercana a la indiferencia. Por todas esas experiencias recelaba del directo de Napoleón Solo.

Personalmente a medida que avanzaba su directo, en mi boca se asentaba un sabor agridulce. Es un grupo que suena potente. Más que correcto a nivel rítmico, apoyados por momentos en alguna base pregrabada, pero muy solventes y capaces de hacerte disfrutar. La crítica negativa viene porque, como ocurre con muchas bandas de esta cuerda, no me acaba de agradar la voz de Alonso Díaz, su vocalista. No soy sospechoso de premiar el virtuosismo vocal, pero su voz me parece muy limitada, hasta el punto de que creo que ensombrece el buen tono general del grupo.

Durante su actuación repasaron al completo su “Napoleón Solo en la Ópera”, ante una audiencia muy numerosa que parece les ha seleccionado como una de esas bandas con derecho a entrar, en un futuro, en el Olimpo de elegidos del Indie.

Sonaron canciones como, “Hola, Qué tal”, con la que abrieron su actuación, “De Noche”, “Todo está tan Cerca”, con un guitarreo que por momentos suena épico, la fantástica “Perdiendo el Tiempo”, o “Tiene que Acabar”, canción favorita del que suscribe y con la que hicieron amago de marcharse del escenario.

Volvieron otra vez para interpretar “Al Final”, “Lolaila Carmona”, canción que merece mención aparte, y “Explota”.

En el momento que sonó, “Lolaila Carmona”, a punto estuve de cambiar toda la idea que tenía para esta reseña. Era precisamente ahí, donde iba a llegar uno de los momentos más críticos con la banda, pero ocurrió algo por lo que he tenido que meditar a lo largo del día.

Comenzó sonando a rayos y, no creo que mienta mucho si digo que, siguió por ese sendero -me refiero al aspecto vocal-, pero en ese instante fue cuando me dio por mirar al público. La masa andaba bailando, festejando y cantando a viva voz, llegando incluso, a emular el falsete que hace tan característica a esta canción. En definitiva la gente andaba disfrutando, que a fin de cuentas es lo importante, que el público disfrute. Qué más da si a mí me parece una canción enorme, sonrojante por momentos, directamente “postmoderna” o mala como ella sola, que también podría ser el caso.

La verdad que después de muchas escuchas no sabría que decir de la misma. Solamente puedo decir que con ella han enganchado a un montón de gente a su propuesta y eso, siendo una apuesta arriesgada como es, me merece un respeto.

Con la emoción de lo que había ocurrido durante los tres minutos y treinta y nueve segundos que dura “Lolaila Carmona” y la posterior resaca con “Explota”, otra canción que también se las trae, se dio por terminada la actuación.

Subiendo las escaleras de camino a la calle todavía no tenía claro cual sería el veredicto de la noche. De hechos creo que ahora mismo sigo sin tenerlo.

Napoleón Solo tienen referentes muy conocidos, a los que no superan en ningún caso, pero por otro lado, son capaces de hacer ejercicios de trapecismo musical que gustan a gran número de gente, entre los que no me incluyo. Ya digo, en el disco me parece que suenan bien, en directo, no me apasionan tanto. Corren pequeños riesgos que les hacen transitar entre lo genial y lo vergonzante, esa delgada línea que una vez cruzada ya no tiene vuelta atrás. Solamente sacó una conclusión cerrada de la noche del pasado viernes. A tenor de lo visto en “El Sol”, mucho me temo que dentro de unos años tendremos nuevo grupo de culto, para mal o para bien.

Napoleón Solo, no dejan indiferente a nadie y por eso yo, les daré un voto de confianza. Veremos donde encaminan sus pasos, pero parafraseando una canción de Nacho Vegas diré, “Vamos bien, pero podríamos ir aún mejor”.

Texto: Javier González
Fotos: Iván González