Cuando uno ha tenido el placer de salir muchas noches por el Madrid más rockero, ese que encamina tus pasos desde las inmediaciones de la “Calle del miedo”, en otro tiempo llamada de la Montera, hasta el barrio de Malasaña, pasando como no, por la calle Fuencarral, sabe que esa parte de la ciudad emana un halo que la hace especial.
Al recorrer ese trayecto uno es consciente de que gran parte de la historia del pop-rock de nuestro país se ha escrito en cada una de esas esquinas con letras de oro. Por ese territorio que en ocasiones para el viandante más despistado aparece esquivo, se han movido muchos de los mitos, no solo musicales, sino también relaciones con otras artes, con los que algunos crecimos desde nuestra más tierna infancia. Tipos de aspecto, en muchas ocasiones, duro que nos hicieron pensar que en la vida había dos caminos. El correcto, el de los bienpensantes, y el otro, el lado peligroso. Este último mucho más divertido, quizás por eso nos decantamos por él sin género de dudas.
Años después de aquella infancia, en la época en que uno elige su destino para las noches del fin de semana, muchos empezamos a entender que más allá del calificativo de la zona más rockera de la city, ese barrio, el de las Maravillas, como se le conocía en siglos pasados, contaba con sus propios héroes. Por supuesto, no estamos hablando de Daoiz y Velarde, a los cuales también reconocemos bajo el manto de dicho título. Nos referimos a los héroes de la guitarra que hicieron de Malasaña una de las zonas más fructíferas musicalmente hablando de la segunda mitad de los años ochenta.
Hoy, uno de los tipos que hizo ganar para ese pedazo de Madrid tal condición, nos hablará de los discos y canciones que le influenciaron decisivamente hasta hacerle perder la cabeza y dedicarse a esa gran pasión que es la música. Por supuesto eso tiene nombre. Se llama Melomanía.
Tenemos el placer de que por nuestra sección se deje caer el gran Fernando Pardo, guitarrista de Sex Museum y de Los Coronas, poco más que añadir ante semejantes nombres. Madrileño, apasionado del rock, de la música con aromas sixties y, sobre todo, rojiblanco de pro. Uno de los tipos con más talento y sinceridad de cuanto pasean su palmito por nuestra escena. Actualmente se encuentra inmerso en la gira conjunta que Arizona Baby y Los Coronas están realizando por diferentes puntos de nuestra geografía. Una de las próximas paradas tendrá lugar en Madrid, el jueves 18 de noviembre en la Sala Joy Eslava.
Chicos y chicas cuidad de vuestra colección de discos, tenéis frente a frente a un auténtico melómano.
Discos:
DEAD KENNEDYS, “FRESH FRUITS FOR ROTTING VEGETABLES”
En mi barrio no había mucha elección o estabas en el lado de la rumba y los Chichos o con el punk rock, yo tiré por la segunda opción. Con el tiempo he visto porque me llegó tanto este disco, por la mezcla de garage, proto-hardcore y los ramalazos surferos de su guitarrista East Bay Ray. Lo que para otros fueron los Pistols para mi fueron los Dead Kennedys.
THE JAM, “SOUND AFFECTS”
Cuando salió el disco me decepciono un poco, yo esperaba mas potencia, mas energía. Entraban los 80 y no me quería enterar de que el mundo estaba cambiando. A base de oírlo y sobretodo de convertirse en la banda sonora de mi viaje de fin de curso, se ha acabado convirtiendo en mi disco favorito de unos de mis grupos favoritos. Además creo que junto al London Calling de The Clash, es uno de los discos de esa época al que mejor le ha sentado el paso del tiempo.
THE CRAMPS, “SONGS THE LORD TAUGHT US”
Compré este disco en el Escridiscos de la calle Sandoval el año 80 o el 81. Estaba en plena fasemod, pero había leído una crítica del disco en la que nombraban a Link Wray como influencia y me lo pillé. Podría decir que graciasa este disco viví una década de los 80 diferente a casi todo el mundo. Me salté el Heavy, el tecno, a U2, los pantalones bombachos, los peinados ochenteros y me tiré al mundo del garage y la música más oscura de las décadas de los 50 y 60 de cabeza.
LUIS PRIMA, “STRICTLY PRIMA”
Clásico en los viajes en coche con mis padres, con mis hermanos y yo cantando todas sus canciones en nuestra personal aproximación al inglés. Mi padre acababa quitando el cassette harto y nosotros continuábamos con nuestro recital durante horas. Al final nos ofrecía algo de dinero al que se callara. Es la primera vez que gané dinero gracias a la música.
THE WHO, “QUADROPHENIA”
La película Quadrophenia fue la causante de una adolescencia llena de peleas entre mods y rockers. En Madrid los rockers se tomaron al pie de la letra el mensaje de que eran rivales y enemigos irreconciliables de los mods, y durante 5 o 6 años casi se me olvidó que yo realmente estaba metido en todo esto por la música. A mediados de los 80 las
cosas volvieron a su cauce - con una muerte de por medio - y a mi se me evaporó el rastro que todo esto pudiera haberme dejado. Aún así, los Who en general y Quadrophenia en particular, son una influencia fundamental en mi manera de afrontar la música, especialmente sobre un escenario. Elegí que Pete Townsend era el camino a seguir y así continuo.
Canciones:
THE SHADOWS, "APACHE"
Mis padres solo oían r’n’r y música sudamericana, una dieta a base de Elvis y Jorge Cafrune, de Johnny Burnette y Atahualpa Yupanqui o de Ray Charles y Armando Manzanero. De entre todo lo que escuchaban, los Shadows se convirtieron en mis favoritos y Apache, en la primera de sus canciones que me atrapó. Todavía hoy alguno de sus temas me ponen los pelos de punta y su sonido de guitarras sigue siendo una referencia. La guitarra con la que toco en los Coronas es un homenaje directo a Hank Marvin, uno de sus guitarristas.
EASY BEATS, "GOOD TIMES"
Cuando mis padres se iban a los partidos del Atleti los domingos por la tarde, aprovechaba para entrar al comedor donde estaba el equipo de música - que teníamos prohibido usar - y grababa en una cinta de cassette un programa de radio que creo que se llamaba “Billete de vuelta”. Allí descubrí que en los 60 había una música con una actitud tan rockera y agresiva como Johnny Burnette o Little Richard y este Good Times es un ejemplo. Todavía guardo las cintas de muchos de esos programas.
LINK WRAY, "RUMBLE”
Prácticamente todos los guitarristas que me gustan están influidos por Link Wray o por alguien influido por él: Pete Townsend, Steve Marriot, John Cipollina, Mick Ronson... Este indio Shawnee es, junto con los Shadows, el responsable de que empezara a tocar la guitarra.
THE KINKS, "SHANGRILA"
Tres canciones en una. Obra maestra de la que probablemente es mi banda favorita de todos los tiempos. En todos sus discos encuentro canciones que me gustan, y eso que su carrera duró 32 años. Los sigo escuchando constantemente, maestros de la regeneración a través del cinismo y la inseguridad.
CODE BLUE, "FACE TO FACE"
De entre todos los grupos nuevaoleros me quedo con estos por desconocidos e incomprendidos y de entre las canciones de su cojonudo primer disco, con este pedazo de hit lento. Una de las canciones de mi lista de reproducción del IPod “Paseando en otoño por el Parque del Oeste”.
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