(Bloodshot Records - 2010)
Ya podemos disfrutar de la nueva obra de este genial cantautor americano. Poco a poco va haciéndose con un nombre importante en la escena roots de su país, y aunque el peso de su progenitor será siempre grande y llamativo, Justin está forjando una sólida discografía que conduce al reconocimiento a nivel artístico.
Talento no le falta, recuerdo cuando visitó nuestro país por primera vez, pudimos comprobar como en su directo, (tocó el sólo, acompañado de una guitarra acústica), le basta para firmar una muy buena actuación, dando un repaso por diversos estilos de la música americana de raíces con pasión y entrega.
En aquella gira presentaba el Ep “Juma” de seis canciones. Ahora, tras su primer largo, el aclamado “The Good Life” y el que fue nominado para disco del año por la Americana Music Award “Midnight at the Movie”, presenta “Harlem River Blues” el cual supone un nuevo paso hacía adelante.
El espigado cantante sigue apostando por no quedarse estancado con un solo estilo y vuelve a abarcar diversos géneros, manteniendo todas las opciones abiertas para hacer que sus discos se aprecien en todo su conjunto, sin perder la atención y sin caer en la repetición o linealidad.
Ya desde el título hasta los primeros temas “Harlem River Blues” y “One More Night in Brooklyn”, se puede apreciar la mirada a su nuevo hogar en la ciudad de Nueva York. El propio Steve Earle, hace años también dijo adiós a su “Guitar Town” para recluirse en la ciudad de los rascacielos.
Siguiendo el transcurso del disco, con “Move Over Mama” podemos marcarnos unos pasos al ritmo de rock and roll. “Slippin´and Slidin” nos descubre un blues, con una gran profundidad y lamento, que junto con unos preciosos arreglos de vientos se torna al igual que “Rogers Park”, en piezas fundamentales del disco. Para “Workin for the MTA”, Justin se deja influenciar por el espíritu de uno de sus héroes Woody Guthrie, en una canción que podría basarse en su vida.
Dentro de los diversos estilos he de reconocer que es la del tema “Christchurch Woman” el que más me gusta de Justin, un medio tiempo que recuerda a esas canciones con las que Earle –padre– nos suele regalar en cada uno de sus trabajos. No cabe duda que le sobran recursos artísticos, ahí está “Learning to Cry” con una preciosa stell guitar y el nervio rock de “Ain´t Waitin”, para cerrar con una pieza gospel “Harlem River Blues Reprise”.
El disco está producido por Justin junto a Skylar Wilson que además se ocupa de todos los teclados. Otra colaboración a destacar es la de Jason Isbell que se ocupa de las guitarras en prácticamente todas las canciones, aportando un gran trabajo. Otro atractivo es lo cuidada que está la parte gráfica y visual de cada una de las portadas de sus discos. Como curiosidad, decir que a excepción de su primer Ep siempre aparece acompañado de una mujer.
Ahora sólo esperaremos poder verle pronto de nuevo en la carretera. Eso serían buenas noticias.
Por Alberto Vicente