Madrid, Joy Eslava, 27 de octubre 2010
Mucho tiempo esperando a John Hiatt, demasiado, pero por fin le veíamos subido a un escenario y a escasos metros. La última intentona fue hace dos años, cuando formaba parte de la programación del festival Jazzaldía de San Sebastián y un día antes nos enteramos de la noticia de la suspensión del concierto, siendo la causa una repentina enfermedad de su padre. Ahora ya nada podía fallar para ver a uno de los grandes del rock norteamericano.
Se podía notar la excitación en el ambiente horas antes del comienzo, formándose cola antes de que abrieran las puertas de la sala, y ya dentro se podía ver a muchos músicos del panorama rock nacional. Ambiente de las grandes noches.
La espera antes de Hiatt fue amenizada por Ainara LeGardon, que presentaba las canciones de su último disco “Forgive Me If I Don´t Come Home To Sleep Tonight”. No fue ni el día ni el momento para su propuesta sobria y ruidista, estando fuera de lugar y haciendo que fueran pocos los que mantuvieron la atención a lo que acontecía en el escenario.
Las expectativas se vieron cumplidas con creces, incluso más. No le hacía falta demostrar que juega en la misma liga que Petty, Fogerty, Mellemcamp, etc.. El está entre los grandes, lo suyo es de lo mejor que ha dado el rock americano.
Un gran momento, John Hiatt luce una veteranía envidiable. Su personal tono de voz está impecable y juega con los agudos y graves como si tal cosa, imprime a sus composiciones, –la mayoría de altísima calidad– una gran dosis de emoción y entrega. Hizo divertirse a la gente participando de un show que mantiene en un nivel alto durante más de dos horas.
Todo el show estuvo plagado de grandes momentos, destacando el comienzo con “Drive South”, la preciosa “Crossing Muddy Waters”, “Master Of Disaster” dedicada a Jim Dickinson, otro gran músico fallecido hace poco. Momentos del mejor blues con “Like a Freight Train” y “My Baby” de su último disco “The Open Road”. Una emocionante “Cry Love”, que abría uno de sus mejores discos “Walk On”. Piel de gallina con “Thing Called Love” o la enérgica “Real Fine Love”.
El concierto llegaba a su fin, con “Tennesse Plates”, “Menphis in the Meantime” y una sobrecogedora “Have a Little Faith In Me”, que no tocó sentado al piano, pero si con toda la banda, un “Combo” que cuenta entre sus filas con el gran guitarrista Doug Lancio, reputado músico de sesión y habitual con la americana Patty Griffin, a la batería Kenneth Blevins y al bajo Patrick O'Hearn. Para acabar otro título de su disco del ´83 “Ride With The King”.
Esperemos que la respuesta y el cariño del público Español demostrado, hagan que en las próximas giras nos tenga en cuenta y no tardemos mucho en volver a disfrutar de su música y de su presencia.
Texto y fotos: Alberto Vicente
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