
Han pasado de ser una banda “alternativa” a ser conocidos por todo el mundo. Algo que les ha costado recibir fuertes criticas desde algunos sectores de la prensa y del público. Pero bueno, ya sabemos cómo funciona esto. Ahora eres auténtico, ahora un vendido. El triunfo te saca de una categoría para meterte en otra. Esto es España, señores, pobre del que no lo entienda.
Lo cierto es que, más allá de lo que cada uno diga o piense, ahora Sidonie está recogiendo lo que ha sembrado durante tanto tiempo. Los catalanes ya no juegan en categorías menores, hace tiempo que no lo hacen, es un hecho. Ahora mismo Sidonie es uno de los grupos del momento, con el tirón suficiente cómo para proponerse llenar cualquier sala. En esta ocasión la elegida era la madrileña Penélope y a fe que lo consiguieron hacer.
Casi si

No vamos a ocultar al lector que este tipo de tardes siempre corren el riesgo de convertirse en un tedio. Uno sabe cuando llega pero nunca cuando se va a ir. Te puedes pasar horas y horas esperando sólo en una esquina. Afortunadamente las cosas no fueron así. Hubo espera, para que negarlo, pero salpicada con divertidas conversaciones con compañeros de otros medios. La verdad es que da gusto encontrarse por el camino a gente cómo Juan Pérez-Fajardo o a las chicas de “La Casa con Ruedas” (María y Tere). Gente que dignifica la profesión, alejándose de la pedantería y la impostura, que en otros tanto abunda.
Entre conversación y conversación, vivimos in situ cómo se preparan todos los pormenores que hacen posible un concierto. Cómo se monta, cómo se hace una prueba de luces, de sonido. En definitiva, toda la parafernalia que conlleva una actuación. Sin embargo y a pesar de estar a mil detalles, seré sincero, allí algo no cuadraba. No me acababa de convencer la sala. No me digan por qué. Mis temores se confirmarían pocas horas después.
Lo cierto es que a pesar de no haber visto ningún directo allí, nuestra relación con esta discoteca viene de largo. Conocía Penélope, antes de que tuviera ese nombre. Producto de alguna madrugada sin remedio, en las que el alcohol abundaba. Esas noches en que da igual ocho que ochenta. Antaño era un garito “pseudo-pijo” que llevaba por nombre La Diosa.

Eran poco más de las diez de la noche cuando hacían acto de aparición, sobre el escenario, los componentes de Sidonie. El calor era asfixiante, la visibilidad del recinto casi nula en algunos sectores, lo que unido a un sonido que tampoco era para tirar cohetes, convertían en realidad nuestras peores sensaciones. Menos mal que Sidonie supo en todo momento estar por encima de estas circunstancias. A pesar de todo hicieron divertirse a las mil personas que abarrotaban el recinto.
Porque si, esa es la constante del directo del trío barcelonés, ampliado a quinteto en sus directos, el salir a por todas. Divertir y divertirse, mientras le cantan al amor, esa parece ser la idea.

A partir de ahí el concierto se movió por los cánones habituales de lo que es una actuación de Sidonie. Marc tiró por enésima vez de su simpatía, sencillez y clase. Jesús fue el agitador de las masas. En uno de esos movimientos de bajo a punto estuvo de pegarle a Iván con él en la cabeza, menos mal que esté último todavía anda rápido de reflejos. Y que decir de Axel. El bueno de Axel, anduvo haciendo de funambulista sin red, cuando sus obligaciones a la batería se lo permitían. Además, descubrimos que para sus movimientos, cierto sector del público acuño el término “culebrear”. Este hecho nos hizo bastante gracia la verdad.
El resto del concierto fue un repaso por lo más granado de su discografía. No faltaron a la cita canciones cómo “El Loco que Inventó el Amor”, no le acabo de pillar el gusto a este tema, “Feeling Down”, una de sus escasas concesiones al ingles en toda la noche, la magnifica “Sylvia”, con

También destacaremos no por nada en especial, sino simplemente porque nos encantan, canciones cómo “Todo Lo que Nos Gusta”, hay algo mejor que ser un “joven conde Victoriano” o “una diva” en el “Berlín del treinta y dos”, yo creo que no. No faltaron tampoco el “Dandy del Extrarradio”, ni un paseo por “Nueva York” o la romántica “A la Vera del Mar”.
El final de la actuación puede calificarse cómo apoteósico, gracias a “El Incendio” y una psicodélica “Sidonie Goes to Moog”, en la que no dudaron en intercalar partes de “Break On Through” y “Riders On The Storm” de The Doors junto a “Miss You”, de los Stones.

Texto: Javier González
Fotos: Iván G. Padilla