La tarde del pasado sábado una amplia representación de El Giradiscos decidimos acercarnos hasta el centro de la ciudad para disfrutar in situ de las actuaciones programadas en el LunaFest. La ciudad ofrecía múltiples posibilidades para este fin de semana pero una vez estudiadas las mismas, la calidad de bandas que irían apareciendo por la plaza de los Cine Luna se impuso al resto de opciones posibles. Por lo que sin ninguna duda decidimos dirigir nuestros pasos hacia allí.
Lo cierto es que llegamos a la carrera, cosa que se está convirtiendo en algo habitual dentro de nuestra web. En este caso fueron los compromisos profesionales los que impidieron que pudiéramos llegar con la debida antelación al evento. Esos mismos compromisos fueron los culpables de que nos perdiéramos las actuaciones de Arizona Baby y Elastic Band. Una pena la verdad, puesto que teníamos ganas de volver a ver ambas formaciones en directo. Suerte que el martes en el concierto de Chris Isaak al menos podremos desquitarnos con los vallisoletanos, quienes ejercerán de teloneros del artista norteamericano. Sin embargo, para ver a los granadinos en nuestra ciudad deberemos esperar un poco más de tiempo. A día de hoy, no sabes cuanto exactamente.
El primer concierto que tuvimos el placer de disfrutar durante la tarde fue el de Anni B Sweet. La de Fuengirola salió al escenario acompañada de su habitual timidez, para demostrarnos que poco a poco su propuesta está logrando calar en un público cada vez más numeroso. Fue bastante emocionante comprobar cómo gente de todo tipo y condición cantaba sus canciones. Sobre todo los más jóvenes. Lo que hace esta chica llega de manera sencilla, te atrapa, se te mete por dentro. Fue curioso comprobar cómo a pesar de estar en una plaza repleta de gente, consiguió volver a creer esa atmosfera tan cercana, casi íntima, que logra en las pequeñas salas. Sin duda esto es todo un punto a su favor.
Su repertorio desgranó, una vez más, su primer disco “Start, Restart, Undo”. Canciones cómo “lalala”, “Tumbado en Mí Moqueta Azul”, “Oh I Oh Oh I”, “Shiny Days” o “Motorway”, por citar sólo algunos ejemplos, volvieron a sonar de forma maravillosa en nuestra ciudad. Con ellas volvió a demostrarnos que para capturar la atención del oyente no es necesario subir el volumen de los amplis al “once”. Lo que ella propone es mucho más sencillo. Una receta basada en buenas canciones y una voz capaz de emocionar. Nos alegramos profundamente de que las cosas le estén yendo cada vez mejor.
Tras ella llegó el turno de L.A. iniciales bajo las que se esconde Luis Albert Segura, un mallorquín que el año pasado sorprendía a propios y a extraños sacándose un discazo de debajo del brazo. No exageraría lo más mínimo si dijera que, para un servidor, “Heavenly Hell” es uno de los discos del año, por lo que ver cómo lo defendía en directo era poco menos que una “cuestión de estado” para todos los que hacemos posible esta web.
La verdad es que lo que vimos sobre las tablas no nos defraudo en absoluto. L.A. desgranó sobre el escenario su “Heavenly Hell” casi al completo. Que queréis que os diga, si habéis tenido la oportunidad de escucharlo, sabréis que eso ya es mucho. Si por el contrario, aún no lo habéis hecho, no perdáis el tiempo y corred a vuestra tienda más cercana a comprarlo, merece la pena.
Decimos que el disco es bueno, pero el directo no se queda atrás. Del mismo disfrutaron todos los que abarrotaron la céntrica plaza. También lo hizo sobre el escenario Luis Albert, parapetado tras su acústica y cantando de esa manera tan característica que por momentos le acerca tanto a Eddie Vedder, vocalista de de Pearl Jam. Interpretó temas cómo “Hands”, con la que abrió su actuación, “Sweetest Goodbye”, “Elisabeth”, bajo mí punto de vista, la perfecta canción de amor, “Stop The Clock´s”, “Close to You”, la funky “Evening Love” o la cañera “Heavenly Hell”.
Dio por concluido su show con la revisión del clásico que durante los ochenta popularizó Cindy Lauper, “Girls Just Want To Have Fun”.
La verdad que es una suerte poder contar en nuestro país con artistas de la talla del balear, la lástima es que este tipo de músicos no obtengan el reconocimiento que merecen. No me cansaré de decirlo. Con un trabajo cómo éste, muchos cantantes británicos estarían girando de por vida gracias a semejante conjunto de canciones. Aquí, por el contrario, nuestros talentos se ven abocados a la lucha ante audiencias minoritarias que además tienen la virtud de olvidar con relativa facilidad. Es una pena pero así funcionamos en nuestro país.
Cómo quién no quiere la cosa, la noche se fue cerrando sobre Madrid. Esa era la señal inequívoca de que había llegado la hora de volver a ver a Vinila Von Bismark and The Lucky Dados. La verdad es que lo suyo es un placer para los sentidos, cómo tuvimos la oportunidad de presenciar no hace muchas fechas en la presentación de “The Secret Carnival” en la Joy Eslava. Pese a lo reciente de su último concierto en la capital, su espectáculo es uno de esos que siempre tienes ganas de volver a ver.
Ni que decir tiene que no defraudaron tampoco esta vez. Les he visto tres veces y, sinceramente, en ninguna lo han hecho. Es más, diría que a medida que avanzan los meses, a medida que van dando más conciertos, la cosa mejora y el espectáculo que montan en directo se sobredimensiona creciendo hasta la exponencialidad.
Comenzaron su actuación con “Evil Circus”. A partir de ahí, las escenas habituales de cada uno de sus conciertos. El público que avanza dos pasos, los flashes que empiezan a apuntar a, una sorprendentemente morena, Vinila Von Bismark -tranquilos, posteriormente, cómo por arte de magia, volvería a aparecer de rubia en escena-. En la retaguardia escénica quedaban una espectacular banda, cómo son los Lucky Dados, y una gran sección de vientos. En definitiva, sobre el escenario, todos los elementos necesarios para disfrutar de lo que fue un gran concierto.
No faltaron a la cita temas cómo “Oh Baby”, “Runaway”, “I´ll Rob Your Soul”, la maravillosa “Sad Song”, “Bad Boy” o las más que coreada “Where´s My Sugar?”, entre otras grandes canciones que también sonaron la noche del pasado sábado.
Fue un placer comprobar cómo la apuesta que ha unido a Vinila y a los dados de la suerte va contando, paso a paso, con un mayor número de público. Tampoco faltó el momento Lucky Dados de la noche, interpretando su revisión de “Tainted Love”. Volvió a sonar rotunda, cómo en anteriores ocasiones. Es muy gratificante comprobar que está banda es capaz de pasar por estilos musicales tan diversos, sin perder en ningún momento la rotundidad que tanto respeto y admiración les granjeó en su día en el panorama underground.
Para cerrar la actuación y por extensión el LunaFest, decidieron invitar al escenario a Anni B Sweet y a Javier Vielba, vocalista de Arizona Baby, con los que interpretaron una revisión del clásico de Nancy Sinatra, “These Boots Are Made for Walking”. Lo cierto es que fue uno de los momentos más simpáticos de la noche. Personalmente no me esperaba a semejante trío en escena y menos cantando ese tema. Fue una curiosa estampa ver a la frágil Ana, secundada por la presencia escénica de Vinila y Javier Vielba. Digno de ver.
De esta curiosa manera se dio por finalizado el LunaFest. Una iniciativa que nos permitió disfrutar de una tarde-noche de música de calidad en pleno centro de Madrid, al aire libre y por la cara, cosa que en tiempos de crisis se agradece sobremanera. Una bonita manera de celebrar el “Día de la Música” por todo lo alto.
Texto: Javier González
Fotos: Iván G. Padilla